jueves, 15 de agosto de 2013

El Cristóforo Colón


En 1975, los guyaneses estaban muy atentos y a la espera del transatlántico “Cristóforo Colón” prometido por el Gobierno para solucionar el problema de hospedaje que padecían quienes laboraban en los planes de crecimiento de la Planta Siderúrgica del Orinoco.
         Sin embargo, los cables internacionales traían noticias inquietantes:  Los sindicatos italianos se manifestaban opuestos a la venta del transatlántico Cristóforo Colombo al Estado venezolano y anunciaron una serie de huelgas de tripulantes de la línea naviera Compagnia Italia, de propiedad del gobierno, y pidieron audiencia al ministro de la Marina Mercante para gestionar la anulación del trato.
Los sindicalistas alegaron que centenares de tripulantes per­derían el empleo si vendían al extranjero los pocos transatlánti­cos de lujo que le quedaban a la flota mercante italiana.
La amenaza de huelgas surgió pocos días después que una de­legación de la Compagnia Italia viajó a Caracas para suscribir un "acuerdo general" para la venta del Cristóforo Colombo a la CVG-Siderúrgica del Orinoco.
Se informó que la corporación  venezolana ofreció cerca de 6 millones de dólares por el transatlántico y proyectaba Convertirlo en un hotel flotante en el río Orinoco frente a Puerto Ordaz.
Construido en 1953, el Cristóforo Colombo desplazaba 30.000 to­neladas. Medía  213 metros y tenía  capacidad para 1.350 pasajeros y 570 tripulantes.  Su último viaje en ese entonces estaba transcurriendo entre Río de Janeiro – Génova.
El Cristoforo Colombo había sido retirado del servicio del Adriático y la idea era que prestara servicio en la  América del Sur para reemplazar el  “Julio César” (Giulo Cesare” que había sufrido graves problemas mecánicos, pero en 1977, se convirtió en antieconómico mantenerlo activo y sus propietarios le buscaron compradores que encontraron con buena fortuna en el Gobierno de Carlos Andrés Pérez. De suerte que lo compró Venezuela pensando en Ciudad Guayana, donde fue utilizado como buque alojamiento para los trabajadores en Puerto Ordaz.
Anclado estuvo durante años desde 1977 en  Matanzas prestando la función de hospedaje a más de 1.200 personas que participaron en el Plan IV de Sidor.
A finales de la década de los años 70, a casi 20 años de la fundación de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG, la ciudad estaba en construcción. Apenas se había levantando algunos espacios de lo que hoy día es conocido como el emporio industrial más importante de Venezuela luego del petróleo.
Ciudad Guayana carecía de la infraestructura habitacional para albergar a los técnicos y profesionales, que venían de todas partes a contribuir con la creación del llamado Plan IV de Sidor, por lo que el Estado venezolano resolvió comprar el trasatlántico Cristóforo Colombo, para dar hospedaje a al menos 1.200 personas. Su arribo a Guayana fue en septiembre de 1977.
El Cristóforo fue rebautizado con el nombre “Residencias Cristóbal Colón”. Ya al llegar a Venezuela era famoso por haber servido de reposo a sultanes, estrellas de cine y demás artistas y personalidades de la época.
El Barco ostentaba un hermoso altar que fue donado por la Siderúgica a la Diócesis de Ciudad Guayana, que se usó durante la visita del papa Juan Pablo II a la región. En dicho retablo ofició el pontífice la misa y éste reposa actualmente en la sede de la Diócesis.
En 1981, el Cristoforo Colombo fue vendido a los raspadores de Taiwán. Sin embargo, al llegar a Kaohsiung, Cristoforo Colombo fue remolcado a Hong Kong con la esperanza de que alguien expresara su interés en comprar el barco. Sin embargo, cuando nadie aparecía Cristoforo Colombo fue remolcado a Kaohsiung, en el otoño de 1982 y desguazado.


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