jueves, 29 de agosto de 2013

El Colapso indigenista


El indigenismo nacional está realmente en un colapso espantoso en el que lo único que priva es ese colonialismo en el que hemos sido educados durante la niñez, señaló en una conferencia el doctor Daniel Barandiaran (en la foto), asesor de la Dirección de fronteras del Ministerio de Relaciones Exteriores y autor de la monografía antropológica Los Hijos de la Luna”, editada por el Congreso Nacional
         Barandiarán, fundador del pueblo de Santa María de Erebato en 1958,  dictó su conferencia el 19 de octubre de 1975, en el Museo del Correo del Orinoco e insistió en que si el indigenismo quiere realmente una vivencia nacional, tiene que ser básicamente con el conocimiento mayor posible de la condición espiritual, social, familiar, religiosa, filosófica, de todos los veintisiete pueblos  indígenas existentes en Venezuela, con su lengua, con la ficción de su mundo, con todas sus riquezas internas y todo eso comprendido de manera a que cuando llegue el problema de la confrontación, de la integración con el resto de nuestra vida, lo que hagamos no sea solamente una integración en una línea, es decir, que ellos reciban de nosotros lo bueno de nosotros y todo lo malo de nuestra sociedad.
         Expresó que el deseo de indigenismo es no recibir la espuma de la periferia nacional, sino entrar en un diálogo fraternal de conocimiento de tipo regionalista, tal cual como un andino puede dialogar con un monaguense y conocer que la idiosincrasia del guayanés es distinta a la larense y dentro de ese plano de comprensión  regional, entender también que  tenemos veintisiete pueblos aborígenes autóctonos que son la raíz  de la vivencia misma de nuestra nación y que para conocerla debemos aprender              como lo hace el alumno que va a la escuela.
         Ayudar al indígena, llenar sus necesidades perentorias sin tener que menoscabar sus valores naturales, es la tarea.  No considerarlo como una gente anormal que anda por allí, a la que hay que civilizar siendo que los indios están más en armonía consigo mismo, con la sociedad, con la naturaleza.
El Dr. Daniel de Barandiarán, fundador de la comunidad yecuana Santa Elena de Erebato, estuvo metido de lleno con los gobierno de Betancort  Leoni en la investigación sobre el territorio de la Guayana Esequiba y, al efecto, terminó escribiendo el libro “ La Guayana Esequiba su Tierra y su Gente” que in se puede enarcar en la bibliografía publicada  entre los años de 1966 a 1989.
El libro abarca dos periodos bien definidos . Desde la firma del  Acuerdo de Ginebra en  1966, hasta el vencimiento del Protocolo de Puerto España en 1982, cuando Venezuela decidió no renovar el mismo y continuar con lo establecido en el artículo IV (2), del  Acuerdo de Ginebra que tipifica que de no llegarse a un acuerdo con respecto a la elección de uno de los medios de solución previstos en el Articulo 33 de la Carta de las Naciones Unidas referirán la decisión: “…o de no llegar a un acuerdo sobre este punto, al Secretario General de las Naciones Unidas…”.
Ese mismo año. En 1987 Guyana y Venezuela decidieron aceptar el método de los Buenos Oficios que en realidad comienza a funcionar en 1989, con el llamado Proceso de Buenos Oficios bajo la intermediación del referido Secretario General de las Naciones unidas según lo establecido en el artículo IV (2), del Acuerdo de Ginebra 1966.
El doctor. Daniel de Barandiarán, padre jesuita y reputado como un gran  venezolano, falleció el  sábado 08 de octubre  de 2012 en     el municipio Oyón, Provincia de Álava en  España.






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