domingo, 27 de junio de 2021

LA CULEBRA DE LA PIEDRA DEL MEDIO TIENE RITMO

El músico y profesor de matemática, Eulices Álvarez, le puso música a la leyenda de la culebra de siete cabezas que tiene su morada debajo de la famosa y emblemática Piedra del Medio del Orinoco, entre Soledad y Ciudad Bolívar. Y no era para menos, sí la Zapoara tiene su merengue y hasta un joropo y una guasa, por qué la hidra de le Piedra del Medio no ha de tenerla igualmente. Le parecía injusto. Por eso, un buen día de agosto, cuando el Rio Padre llega al tope de sus aguas, desenfundo el bandolín y emergió la boa ondulante, sigilosa y reptante a recorrer a ritmo de guaracha los enrevesados caminos de la leyenda que se remonta a la época de los aborígenes y recala por estos contornos de la música moderna. Esta culebra de dos o siete cabezas, acaso como la del Mar Mediterráneo que amenazó la barca de Ulises después de la guerra de Troya y que tanto atrae a chicos y grandes no solo de Guayana y Soledad sino de más allá del puente que disputa a la piedra fluvial la emblemática identificación de la ciudad capital. (AF) .

jueves, 24 de junio de 2021

200 AÑOS DE LA BATALLA DE CARABOBO

El 24 de junio de 1821 Bolívar con sus mejores soldados salió al amanecer de las sabanas de Tinaquillo y a las once de la mañana bajo un sol claro y luminoso alistó sus armas contra los cinco mil hombres bien dispuestos del General La Torre que en el campo de Carabobo, lo aguardaba para la gran batalla que habría de decidir la suerte definitiva de la Patria. “Es mi deber hacer la paz o combatir” había exclamado Bolívar ante la imposibilidad de mantener el armisticio firmado meses antes con Morillo, y combatir fue su consigna cuando los marabinos perdiendo el concepto de la integridad venezolanista se precipitaron a declarar el territorio del Lago “Provincia de la República de Colombia”. Morillo se había marchado para España confiando en las pautas del armisticio y las tropas realistas que mandaba quedaron bajo la jefatura de La Torre. Era un ejercicio bien dotado y superior al de los patriotas, pero Bolívar que veía desmoronarse la integridad territorial no podía seguir prolongando una tregua que conspiraba contra sus fines, de manera que decidió entrar en campaña y a través de Bermúdez abrió operaciones sobre Caracas para distraer al ejército realista y poder concentrar para la gran batalla sus fuerzas de San Carlos. Bolívar ordenó su ejército en tres divisiones comandadas, la primera, por le general Páez; la segunda, por le General Manuel Cedeño y, la tercera, por el General Ambrosio Plaza. La Batalla duró apenas una hora y el saldo final fue de 200 muertos y heridos, la mayoría perteneciente a la Legión Británica a la que le tocó la parte más dura y heroica del combate. Destruido el ejército realista los sobrevivientes fueron a refugiarse a la plaza de Puerto Cabello de donde más tarde los echarían definitivamente los llaneros de Páez. En la acción murieron Negro Primero, los comandantes Farriar, Devis y Scott de la Legión Británica y los generales Plaza y Cedeño. Bolívar entró el mismo día a Valencia y cuenta el historiador Mariano Picón Salas que estando Páez descansando al lado del Libertador, le pregunta: “General, usted que ya nos conoce bien, puede decir ¿quien es la primera lanza del llano? Monagas, contesta el Libertador. ¿Y cuál es la primera lanza de Venezuela? - insistió el catire. Monagas -reafirma Bolívar. Y Páez, ya molesto, exclama: Caramba, mi general, ¿entonces yo que soy? Usted, general Páez, es la primera lanza del mundo”.(AF)

miércoles, 23 de junio de 2021

Devueltos a Ciudad Bolívar Expedientes Campaña de Carabobo

El 4 de octubre de 1975fueron devueltos a Ciudad Bolívar, originales de los expedientes de 1821 correspondientes a Carabobo, pues la campaña había sido planificada en Angostura. Antes, habían sido ubicados y rescatados por el Instituto de Conservación del Patrimonio y Desarrollo Cultural del Estado que presidía el doctor José Sánchez Negrón. Estaban en Caracas en manos de los paleógrafos Ricardo Pardo, quien trajo los documentos debidamente restaurados y paleografiados. Los más importantes están aún en poder lo Pardo, pero se ha logrado una paleográfica del mismo. Es el más importante por todo lo relativo a la Batalla de Carabobo mientras que los otros sólo en a las actividades políticas, militares, culturales y relaciones internacionales del gobierno de 13 expedientes devueltos a la ciudad. (AF)

DÍA DEL ABOGADO

El 23 de junio de 1.722, por ser la fecha del natalicio de Cristóbal Mendoza, es el día del abogado. Los profesionales del derecho la adoptaron por haber sido Cristóbal Mendoza, además de una afamado jurista de su tiempo, quien inauguró en calidad de Presidente la era republicana de Venezuela. Los estudios de derecho en Venezuela datan desde 1716 cuando se fundó la cátedra de Instituta de Leyes en el Seminario y Colegio Santa Rosa de Santiago de León de Caracas. Con la transformación del Seminario en Universidad Real, estos estudios tomaron un impulso vital que se afianzó en 1725 cuando el Papa Inocencio XII declaró Pontificada a la Real Universidad. Luego se agregó a su favor la Cédula Real. En 1788, sesenta años más tarde, fue cuando surgió el Colegio de Abogados por iniciativa de los juristas Miguel José Sanz, Juan Germán Roscio, José Felix Sosa, Francisco Espejo, Cristóbal Mendoza, García Cádiz y Bartolomé Asacanio, quienes luego se destacaron como líderes del proceso de emancipación. La fecha que los abogados celebran en todo el país, fue instituida por la Federación de Colegios de Abogados el 17 de enero de 1970. Hasta entonces se celebraba en mayo, en el onomástico de San Ivo, de quien se ha dicho es el único abogado que ha llegado al cielo. San Ivo, que al parecer también desapareció del santoral, fue relegado o sustituido patrióticamente por una figura ejemplar, por una figura modelo, paradigmática, tal la de Cristóbal Mendoza, quien promovió la declaratoria de la Independencia y fue el primer Presidente de los venezolanos. El eminente jurista trujillano convenció a los congresistas para que optasen por la Independencia absoluta y se enfrentasen a las consecuencias.(AF)

CENTENARIO DEL COLEGIO DE ABOGADOS

El 9 de diciembre de 1994, Lino Martínez, de las nuevas promociones de abogados, resultó electo Presidente del Colegio de Abogados del Estado Bolívar, superando los votos obtenidos por la plancha que lideraba el doctor Alcides Sánchez Negrón. De manera que bajo su presidencia, el Colegio de Abogados celebró su centenario con un programa en el que figuraba el doctor Manuel Alfredo Rodríguez como Orador de Orden. Durante su disertación, el doctor Manuel Alfredo Rodríguez abordó el tan discutido tema de la administración de justicia en Venezuela, destacando que “una buena administración de justicia sería el mejor homenaje a los fundadores de la institución cuyos orígenes se localizan en los anales de los tiempos de la Capitanía General de Venezuela. Nuestra obligada contribución al mejoramiento de la Doctrina, la legislación y la jurisprudencia imponen el deber de luchar por despartidizar la justicia y la existencia de escuelas de Derecho que no se limiten a formar técnicos, conocedores del oficio, sino que proporcionen a sus egresados real comprensión de su función social. MAR aprovechó la ocasión para referirse a la forma como se elaboran y sancionan las Constituciones del Estado Bolívar, sin tomar en cuenta al Colegio de Abogados. Resulta insólito que para redactar la constitución del estado Bolívar, cuya letra y espíritu no puede apartarse del articulado de la constitución nacional so pena de nulidad, se ignore al Colegio de Abogados y se paguen millones de bolívares a bufetes capitalinos.(AF)

NELLY MÁRQUEZ DE AFANADOR PRIMERA MUJER EN PRESIDIR COLEGIO DE ABOGADOS DE BOLÍVAR

El 17 de enero de 1967, Nelly Márquez de Afanador (en la foto celebrando el triunfo con sus colegas), se convirtió en la primera mujer electa a la Presidencia del Colegio de Abogados del Estado Bolívar. Tenía Doña Nelly 30 años de edad, pues había nacido en Caracas el 26 de marzo de 1937 y radicada en Ciudad Bolívar desde que contrajo matrimonio con un guayanés, doctor Alberto Afanador Arreaza, quien igualmente había sido Presidente del Colegio de Abogados. Cuando recibió el respaldo mayoritario de sus colegas para que asumiera la presidencia del Colegio de Abogados, era Juez de Segunda Instancia en lo Penal. La magistrado encabezaba la plancha No. 1 consignada en la Comisión Electoral y a la cual se opuso la No. 2 liderada por el doctor Ricardo D´ Marco. El escrutinio de las elecciones efectuadas el mismo día, la Plancha No. 1 sacó 41 votos contra la No. 2 que obtuvo 30 votos. De todas maneras, la Junta Directiva del Colegio quedó integrada de acuerdo con el cociente electoral, con miembros de ambas planchas, del siguiente modo: Presidente, doctora Nelly Márquez de Afanador; Vicepresidente, doctor Juan Eduardo Carpio; Secretario, doctor Francisco Wendehaker; Tesorero, doctor Ramón Antonio Sambrano y Bibliotecario, doctor Carlos Elías Rendón. El tribunal Disciplinario integrado por los doctores Pastor Ollarves, Domingo Álvarez Rodríguez, José Louis Machado Luengo, César Bello Dalla Costa y Carlos Eduardo Oxford Arias, en calidad de principales. Suplentes: doctores Manuel Antonio Cárdenas, Josefina de Aveledo, Carlos Luis Gil y José Manuel Carranzas. En la reunión de proclamación, los abogados acordaron bautizar la Biblioteca del Colegio con el nombre del “Doctor Reinaldo Sánchez Gutiérrez”, quien recientemente había fallecido. Cuando Nelly Márquez de Afanados se elevó como la primera mujer en ocupar la Presidencia del Colegio de Abogados, tenía a de su lado como se ve en el extremo izquierdo de la fotografía, a Gloria Casado, la primera mujer guayanesa graduada de abogado. Ella, Nelly, tenía entonces 30 años de edad. Falleció un domingo de 2005 en esta Ciudad Bolívar adoptiva donde se radicó. Nació en Caracas el 26 de marzo de 1937 y contrajo matrimonio con el guayanés, doctor Alberto Afanador Arreaza, quien al igual que ella, fue Presidente del Colegio de Abogados, lejanamente emparentado con Eugenio Afanador, diputado al Congreso de Angostura.. Nelly Márquez de Afanador ejerció hasta su jubilación la titularidad de Juez de Segunda Instancia en la cual su fama trascendió en el colectivo por su honestidad, impecabilidad y severidad contra los delitos de agresión y violación en perjuicio de la mujer. El 17 de enero de 1967, Nelly Márquez de Afanador, recién condecorada con la Orden Congreso de Angostura, se convirtió en la primera mujer electa a la Presidencia del Colegio de Abogados del Estado Bolívar. Entonces acompañada en la Vicepresidencia por el doctor Juan Eduardo Carpio; Secretario, doctor Francisco Wendehaker; Tesorero, doctor Ramón Antonio Sambrano y Bibliotecario, doctor Carlos Elías Rendón. No pudieron sobrevivirle pues fallecieron antes que ella, quienes integraron el Tribunal Disciplinario: los doctores Pastor Ollarves, Domingo Álvarez Rodríguez, José Luis Machado Luengo, César Bello Dalla Costa y Carlos Eduardo Oxford Arias. Asistentes fieles e inseparables como secretarias en el Foro Judicial fueron siempre la hoy abogado Francia Barrada y la upatense Odett Spósito + casada con el oncólogo Ramón Perdomo. (AF)

martes, 22 de junio de 2021

EL COLEGIO DE ABOGADOS DEL ESTADO BOLÍVAR

El Estado Bolívar fue uno de los primeros en constituir su Colegio. El 12 de septiembre de 1894, a los dos meses y doce días de haber sido sancionada la Ley de Abogados y Procuradores, se reunieron en el salón de actos académicos del Colegio Federal de Primera Categoría (Casa del Congreso de Angostura) los doctores Brígido Natera, Heraclio Ortiz, Wenceslao Monserratte Hermoso, Luis Antonio Natera Ricci, Antonio García Romero y, conforme a los artículos 25 y 28 de dicha ley, procedieron a constituirse en Colegio y de hecho nombraron la primera directiva. Como eran sólo cinco los iniciadores del Colegio, los cargos directivos que también eran cinco recayeron en todos los asistentes, de la siguiente manera: Presidente, Dr. Brígido Natera (en la foto); Primer Vicepresidente, doctor Herácleo Ortiz; Segundo Vicepresidente, doctor Wenceslao Monserratte Hermoso; Tesorero, doctor Luis Antonio Natera Ricci y Secretario, Antonio García, para el período bienal 1894-1896. Una de las primeras tareas del Colegio de Abogados, fue la de invitar a los profesionales del derecho a cumplir con el requisito de inscribirse en la institución y estudiar a través de una comisión el Código Orgánico de los Tribunales y todas aquellas leyes que ameritaban revisión. La Directiva se reunía cada jueves de la semana y 15 y último habría asamblea. Era también atribución del Colegio otorgar títulos de procurador. Los primeros en solicitarlos durante ese período fueron Hilarión Gambús, quien tenía 30 años como agente judicial, Carlos Henrique Acosta y Brígido Natera Guerra, primer Presidente del Colegio. El doctor Brígido Natera Guerra, Presidente fundador del Colegio de Abogados del Estado Bolívar, era nativo de Cumaná y se hallaba radicado en Ciudad Bolívar desde 1856. Aquí llegó en tiempos de los Monagas, siendo jurisconsulto graduado a los 25 años. Había sido Presidente de la Asamblea Legislativa en 1869, y le tocó firmar la Ley del 6 de diciembre de ese año por la cual se creaba la Escuela de Artesanos, Industriales y Jornaleros, la cual se mantuvo hasta mediados del siglo veinte y con cuya materialización tuvo mucho que ver el Presidente del Estado, Juan Bautista Dalla-Costa y el insigne letrado Ramón Isidro Montes, fundador de los cursos de derecho y medicina /AF)

jueves, 10 de junio de 2021

WITO, PELOTERO Y RADIOESCUCHA

Toribio Antonio Guerrero (Wito) fue siempre de color oscuro y de pelo corto ensortijado. Nunca pudo desteñir su piel como Michael Jackson porque sus únicos ingresos los determinaba el “martillo” y porque en sus interminables caminatas por calles y avenidas de la ciudad, jamás quiso nada con la umbrella que se añeja en el baúl de los Guerreros, ni siquiera con su gorra de L. fielder. De esa gorra se desprendió aquel día de estudiante de la escuela Félix Montes en que al lanzador Cachimbo le salió la curva tan alta y adentro que le tocó en lo más sensible de la testa y lo dejó desprovisto de conciencia o para seguir a Khalid Gibran, de sus egos o de algunos de sus egos. Quisiéramos creer en Khalil Gibran y suponer que a Wito le faltaba una de sus siete mascaras de cuerdo porque ordinariamente, aunque jamás lo vimos ni tan siquiera con un radio transistor, estaba al día con los programas de las emisoras, especialmente de farándula y deporte y de ello daba fe un consumado hombre de radio llamado el Chino León. De todas maneras, el 21 de agosto de 1953, Wito cumplió su primera hora de edad con un solo llanto que le ha valido por todos los llantos que deparan los sinsabores y reveses de la vida porque, Wito, desde entonces, no lloraba. Nunca más lloró aunque tampoco reía, simplemente hablaba con espontánea locuacidad al comentar algún espectáculo del día. Wito conocía y lo conocían y nadie le era indiferente. La ciudad era suya y de sus pies alpargatados. Pensini Fleury le habría pronosticado larga vida porque según el farmaceuta “correr es vivir” y aunque Wito no corría como en sus viejos tiempos de pelotero, caminaba tanto y tanto que para él caminar era correr pues tan pronto estaba en Rondinela como unas cuantas leguas más allá donde fuese posible encontrar un amigo, un conocido o un personaje popular con el cual entablar una conversación muy breve y suigéneris pues consistía en preguntar e informar sobre temas que estaba seguro interesaban al interlocutor que conmovido lo retribuía. Pero quien en realidad ganaba a Wito devorando caminos era Pecheche. “Caminante no hay caminos, se hace caminos al andar” Pecheche hacía caminos porque adoraba las distancias, ida y vuelta sin cesar podía ir de Ciudad Bolívar a Upata tomando la vía de Caruachi casi sepultada hoy por la represa. Carretera polvorienta durante la canícula del verano y fangosa durante la estación lluviosa, el incansable Pecheche la cubría a paso raudo con un abultado guayare minero tercio en la espalda, divirtiéndose con los cocuyos y aguaitacaminos de la noche y los pájaros cantores de la aurora. Pecheche apenas descansaba de su interminable jornada y cuando lo hacía era debajo de la anchurosa sombra de alguna Ceiba del camino. Luego reanudaba su paso apresurado, cuando quien iba por algo que siempre estaba infinitamente fuera de su alcance. Estos personajes de la picaresca angostureña, eran muy pacíficos y decentes. Nunca se les oyó una grosería y tampoco los muchachos lo molestaban. Distinto era “Vorágine” que las soltaba como un remolino impetuoso. Jamás en esta ciudad hubo tantas groserías juntas. (AF)

ANTOLINA

Antolina solía decir que era Anna Eleanor, la esposa del Presidente de los Estados Unidos, Franklin Delano Roosvelt, pero la morena y rolliza Antolina, colmada de collares y abalorios, juraba y perjuraba que era ella y para que ninguno entrometido lo dudara, sacaba de su seno la “partida de matrimonio” y los telegramas de los giros que su consorte le enviaba y que debía cobrar en el Banco de Venezuela. Sólo que el acta o partida de matrimonio redactada en papel sellado nacional y los mensajes telegráficos fechados de Washington jamás prosperaron en la taquilla del Banco. Antolina, siempre locuaz y animosa, discutía con buenos argumento a quienes pretendían con sorna poner en duda sus asuntos de viuda del Presidente de una de las potencias del mundo. Lo que nunca nadie le discutió ni puso en duda fue la muerte de su esposo ocurrida el 12 de abril de 1945. Allí estaba la foto y la reseña en el periódico que mostró a uno de los cajeros del banco cuando hizo cola y presentó por enésima vez el telegrama del giro en dólares que nunca pudo cobrar. Entonces, Antolina, en un sólo lamento se iba todos lo días al Terminal de Pasajeros a preguntar cuál autobús pasaba por los Estados Unidos. Al fin de tanto fastidio dio con uno que jamás pudo hacer escala en el norteño país, pues según las prodigas lenguas de este pueblo, se quedó seriamente accidentado en Bárbula. (AF)

MURIÓ REPORTERO GRÁFICO ROGELIO SALAZAR

Ha muerto Rogelio Salazar, margariteño de Santa Ana del Norte que cambió la caña de pescar por una máquina fotográfica que lo acompañó en los lugares de Venezuela donde reclamaban su presencia profesional. Después de los fragores del Porteñazo, todavía con el humor acuoso de la pólvora sobre la piel, llegó al Orinoco atraído por el paisaje del que tanto oyó hablar a los navegantes, pero específicamente, por el periodista José Luis Mendoza, un compañero de lucha tanto en el terreno político de la izquierda como periodístico en tierra falconianas, quien ejercía la corresponsalía del diario El Nacional en Ciudad Bolívar. Rogelio Salazar se residenció en la antigua calle de La Pica, en la misma cuadra de la Familia Montes. Allí encontró a Carmencita Montes, la que iba ser además de su cámara fotográfica, la compañera de por vida. Comenzó a trabajar en el Laboratorio fotográfico de Nino Marchesse, un italiano también abortado por la miseria fragorosa de la guerra allá en la mediterránea tierra del fascista Benito Mussolini. Nino al llegar a la ciudad a finales de los años sesenta montó una tienda donde todo costaba un real, pero luego de la atractiva novedad, descubrió que tenía buen ojo para la fotografía y terminó montando el estudio más cotizado de la ciudad. La verdad que el hombre tenía sensibilidad artística, tanto así que los parroquianos bolivarenses lo connotaron con remoquete de “El Ojo Mágico”. Allí con todos los hierros comenzó a trabajar Rogelio Salazar, alternándose con Nino ya en el laboratorio, en el Estudio como en la calle desempeñando el oficio de reportero gráfico del diario local El Bolivarense y de los diarios metropolitanos El Nacional y La República. Los hijos de Nino, Anita y Pipo, se hicieron reporteros gráficos al lado de Rogelio Salazar, quien al final saltó a la Orinoco Mining de Puerto Ordaz donde las perspectivas económicas y profesionales eran muy superiores. El 23 de marzo de 1966 llegó a la Orinoco Mining Company para una entrevista de trabajo y se quedó ese mismo día con el cargo de fotógrafo. Para entonces vivía en Ciudad Bolívar con su esposa, por lo que tenía que viajar diariamente para poder cumplir. Entre este ir y venir, y con tan sólo 20 días laborando en la Orinoco, tomó la decisión de presentar la renuncia, lo que causó preocupación a sus superiores, quienes le gestionaron una vivienda en Puerto Ordaz, y fue así como se quedó en la empresa durante más de treinta años trabajando, pero con mayor dedicación a la revista El Minero al lado de Pedro Acosta, Luis Viteri Huerta, Leopoldo Villalobos y Carlos León. Trabajó en los laboratorios de El diario el Nacional de Caracas, La Esfera, la Mañana de Coro, Diario de Occidente y Panorama. Recibió el premio regional de periodismo “Andrés Roderick” 1984 y premio municipal de periodismo Lucas Manzano en 1971. Fue condecoradp con la Orden al Merito en el trabajo en su 1ra y 2da clase. En 1972 realizó una exposición fotográfica de mo-tivos guayaneses en la Casa del Periodista de Ciudad Bolívar, con ocasión de la entrega de certificados de asistencia al curso de mejora-miento profesional promovido por la AVP na¬cional y la CVG y como parte de los actos con los cuales iba a ser celebrada la semana del periodista. La muestra fotográfica comprendía paisajes de los tepuyes de la Gran Sabana, sus grandes saltos de agua, indios guaraunos del Delta del Orinoco, monumentos históricos de Guayana, estampas de la Ciudad Bolívar antigua y moderna, elaboración del casabe y otros temas atractivos (AF).

miércoles, 9 de junio de 2021

KALIMAN

Por las calles de esta ciudad dejó de ser transeúnte de la picaresca bolivarense, el pintoresco Kalimán, nadie sabe si fue que murió o se los llevaron los caravaneros, aunque el actor de teatro Gustavo Basanta, antes de morir, me dijo que a Kalimán lo vio sorpresivamente en una esquina de Caracas luciendo su muy peculiar vestimenta en la que destacaba su informe corona de emperador que más bien parecía una tiara pontificia tachonada de zunchos y desechos. Tirso Cova, carpintero y dueño de la desaparecida “Caranta” de La Sabanita, me contó que Kalimán se alienó y adoptó ese nombre por ser un apasionado lector de las historietas mexicanas que hablaban del séptimo hombre de la dinastía de la diosa Kalí. Kalimán era un hombre justo que dedicaba su vida en cuerpo y alma a combatir las fuerzas del mal siempre acompañado de un niño egipcio, descendiente de Faraones llamado Solín. Los orígenes de Kaliman son ambiguos, existe el mito referente a que sería descendiente de una antigua civilización que habitaría las profundidades de la Tierra conocida como Agharta. Por otra parte, y por motivos aún desconocidos, siendo apenas un recién nacido, fue encontrado flotando en una cesta por un príncipe llamado Abul Pasha, quien lo habría adoptado como su hijo y heredero del reino de Kalimantán, ubicado en un ficticio punto de La India. El problema del Kalimán bolivarense era que en vez de un turbante con un medallón frontal usado por el verdadero Kailimán de las historietas mexicanas e incluso el de la película “Kalimán, el hombre increíble”, usaba una corona de emperador o de pontífice, tachonada de cachivaches que ponía de buen humor al más cascarrabioso de la comarca.(AF)

EL JEQUE

Nadie, a esta altura del tiempo da razón del paradero del Jeque, ni sus propios paisanos, aunque hay quienes dicen que fue la propia colonia árabe que lo sacó de circulación por el extraño comportamiento del personaje que tendía a lastimar el orgullo de la gran familia musulmana. Pero, ¿cuál el comportamiento extraño del Jeque? Simplemente que usaba indumentaria un tanto maltrecha, pava margariteña que lo protegía del recio sol angostureño, un repujado bolso de cuero, larga-vista y una pequeña silla de extensión en la cual se acomodaba para descansar y leer el periódico. Este Jeque trae a la memoria del colectivo la historia de un negro inglés de nombre Óscar, que se lo pasaba con un tubo a guisa de telescopio sondeando el firmamento en busca del Cometa Halley. El diario El Luchador que junto con el Bachiller Ernesto Sifontes, seguía día a día la llegada del cometa, insertaba en sus páginas todas las especulaciones de investigadores como Flanmarión y Ambrosio Paré que presagiaban calamidades que llenaban de pánico a la población. Aquí en Ciudad Bolívar causó sus efectos y el periódicos vespertino daba cuenta de lo ocurrido al negro inglés: “Así lejano como está el Halley, comienza hacer sus estragos en el cerebro y sistema nervioso de los débiles. Tal acaba de suceder con un negro inglés de nombre Óscar, a quien una obsesión por el cometa lo ha dejado en completo estado de enajenación y con la monomanía de estar fabricando con cartón tubos en forma de cilindro para buscar con ellos a guisa de telescopio al errante viajero causante de su locura. Es preciso que la idea que tenemos de estas atrocidades pregonada por los escritores no ocupen en nuestras mentes sitios de importancia porque así lo débiles serán los que vengan siendo perjudicados por el visitante siderio, que quizás no nos traiga otra cosa que momentos de distracción”. Kalimán era otro alienado, no por el cometa Helley que nos visita cada 76 años, sino por las historietas del super héroe que durante un tiempo cautivaron a los lectores por sus aventuras épicas, misteriosas y emocionantes, aunque inverosímiles. (AF)

martes, 8 de junio de 2021

BADUEL PARRA

A Baduel Parra lo conocí en la Asamblea Legislativa los años sesenta. Era un joven alto, elegante y estudioso. Redactaba y escribía a máquina como todo un experto mecanógrafo hasta el punto que su compañero de Partido Roger González, cuando era Presidente de la Asamblea Legislativa, lo puso de Secretario. De repente nadie más supo de Baduel y una noche de luna llena alguien que preguntó, encontró esta repuesta: “Esta en Bárbula haciendo un curso”. ¿Bárbula? ¡Por Dios! Donde queda eso? Lo cierto es que Baduel Parra un día se apareció hablando hasta por los codos y citando a connotados intelectuales de la talla de Unamuno, Uslar Pietri y Jorge Luis Borges. El sastre Víctor Inojosa era uno de los que desde entonces le soportaba sus interminables erudiciones mezcladas con asuntos menores de la vida cotidiana. Pero antes de instalarse en el sitio donde podía dar rienda suelta a sus conocimientos literarios, hacía escala en la Legislatura para chequear el monto de su jubilación; después en la Casa del Partido, donde reprendía a más de uno, y en el despacho del Vicario General de la Catedral, monseñor Samuel Pinto Gómez, a quien saludaba en términos de realeza !Hola Príncipe! Y a la secretaria Iris Aristeguieta !Hola Princesa! Al día siguiente podía elevarlos: !Hola Rey! !Hola Reina! Y el día más perturbado: !Hola Loco!” !Hola Loca! De todas maneras, Monseñor le alargaba su mesada y él abandonaba la Sacristía persignándose en vez de hacerlo antes de entrar como es costumbre. (AF)

CARLOS ARGENIS Y BADUEL PARRA

“El camino más largo comienza con el primer paso”, solía decir el increíble Kaliman. Faltaría saber en el caso de Carlos Argenis Durán y Baduel Parra cuándo dieron el primer paso en ese largo camino que no los deja o dejaba en paz consigo mismo ni con sus semejantes. Argenis caminaba y caminaba, aunque no tanto como Baduel, pero si apresurado, tal vez porque era más liviano y más joven. Argenis se disparaba un tanto eufórico desde el sector Amores y Amoríos mostrando sus dibujos enrevesados y un tanto caricaturescos, hasta el casco urbano de la ciudad, donde terminaba regalándolos y ostentando las profesiones más relevantes y diversas, desde diputado hasta docente de la medicina psiquiátrica de cuyos conocimientos según confesaba se habían nutrido expertos como Iván Augusto Cividanes y el mismito ex decano del núcleo de la UDO, Miguel Grau, incluía también a José Luis Cestari y a los psicólogos César Avendaño y Rómulo Gipson. El primero de diciembre, día de su cumpleaños, doña Rosario y Diógenes Troncone Sánchez, sus protectores en cierto modo, lo obsequiaban con una torta de chocolate, precisamente cuando iba por su almuerzo generoso de todos los días. Argenis quien ordinariamente anda o andaba de paltó y en días muy especiales luciendo una corbata que según advertía le regaló Jaime Lusinchi, comentaba haber sido alumno de Juan Bautista Farreras aunque este había muerto antes que él naciera y haber intentado su bachillerato en un Liceo de Caicara donde cada 28 de diciembre formaba parte de la comparsa de los locos, decidiendo un día quedarse allí, aunque muy solo, para poder olvidar a sus 50 mujeres y seis mil hijos que ya no podía sostener con todas las profesiones recibidas. Pero caminando, caminando, Baduel Parra se los ganaba a todos en fuerza, palanca, velocidad y larga distancia. Tan pronto lo veíamos en el Mercado Periférico de Ciudad Bolívar como en Guarataro y Maripa buscando por los lados de la familia de Brisne Parras con la que hacía buenas migas.(AF)

lunes, 7 de junio de 2021

EL GUAYABO DEL LLANERO VENEZOLANO

Soy irremisiblemente aficionado a la música llanera de arpa, cuatro y maraca, sobre todo, poco antes de despuntar el Sol que nos alumbra todos los días. Me seduce la narrativa del canto llanero, muy distinta a la urbana como el Trap y el Reggaeton y me llama la atención el llanero que casi siempre cabalga con un guayabo atravesado, lo que por supuesto, habla no muy bien de la mujer del llano. La metáfora calza muy bien si tomamos en cuenta que el Guayabo es un árbol tropical de tronco torcido, hojas puntiagudas, ásperas y gruesas, flores blancas olorosas y fruto (guayaba) comestible. Lo aconsejable es que el llanero con un guayabo atravesado se quede en su rancho acurrucado en su chinchorro en vez de frecuentar la Cantina. Padecer el guayabo como un dolor de cabeza producido por insolación o migraña y no por el peso de una cornamenta igual a la que vemos en esta caricatura que le hizo Kiko a Régulo una noche que estábamos en torno a una mesa en la ya desaparecida Rotisería del germano Wolfgan Schroder, en la Avenida Táchira, junto con Denis Andarcia y Jesús Rodríguez Coa (AF)

domingo, 6 de junio de 2021

UN NUEVO PUERTO PARA CUDAD BOLÍVAR

En 1988, el Presidente de la República Jaime Lusinchi creó una Comisión para el aprovechamiento y desarrollo integral del - Orinoco. Esta comisión, presidida por el Almirante Carlos Luengo Romero y de la cual formaban parte el Vicealmirante Víctor Núñez Rodríguez, en calidad de Secretario y el Contralmirante Hernán Gruber, en representación del Ministerio de la Defensa, además de representantes del MTC, Hacienda y otros organismos, presentó al más alto nivel un estudio sobre la necesi¬dad de un nuevo puerto para Ciudad Bolívar, vale decir, un terminal de carga y pasajeros. Este estudio, en el cual participaron directa y activamente expertos de la Armada venezola¬na, descarta las instala¬ciones ocupadas por la Base Naval. Asimismo la zona de La Carioca por estar allí el Club Náutico y el Mercado La Sapoara. Recomienda a cambio el área compren¬dida entre El Rosario y Angosturita, a unas diez millas de Ciudad Bolí¬var. Los expertos de la Ar¬mada, luego de varios meses de estudio, anali¬zando el río, corrientes, profundidades y acci¬dentes, dieron con esta área de Angosturita don¬de, durante la época más crítica podrían maniobrar y atracar buques de cual¬quier calado, sin ningún inconveniente, toda vez que existen allí profun¬didades de 35 hasta 40 metros. Por otra parte, el sitio conforma una topografía que permitiría conectar con la autopista que comunica a Ciudad Bolívar con Puerto Ordaz y el área donde se tiene proyecta¬do construir el aeropuer¬to regional para servicio común de Ciudad Bolí¬var y Ciudad Guayana. Un nuevo puerto para la capital bolivarense, lo justificaría, según el es¬tudio, la actividad eco¬nómica que generaría una pequeña y mediana industria en formación que tendría como su epi¬centro el Parque Indus¬trial Los Farallones, el comercio, el turismo y la necesidad de desconges¬tionar los muelles de Ciudad Guayana que tie¬nen un tráfico de carga anual superior a 2 mil buques. Paralelo a este estu¬dio, la Dirección de Hi¬drología y Navegación hizo otro vinculado con la canalización y draga¬do del Orinoco en el sector comprendido en¬tre Matanzas y Ciudad Bolívar. El Río Padre tiene un canal profundo que no requiere de dra¬gado, que es por donde va el balizaje actual y otro que sería preciso dragar debido a la exis¬tencia de escollos y grandes promontorios de arena favorecidos por ciertos accidentes en el lecho del río. (AF)

LA BASE NAVAL DEBILITÓ EL MERCADO DE LA SAPOARA

Desde los años setenta se conformó en el extremo occidental de La Carioca un mercado natural y espontáneo donde la gente madrugaba para desayunar o almorzar con pescado fresco del río y comprar verduras, artículos de buhonería y el mismo pescado del río y hasta de mar para llevar. Ese movimiento cotidiano se ve incrementado por la actividad del Club Náutico Orinoco que se alza en las antiguas instalaciones de la Esso desde 1982 y por alguna que otra motonave de las que suelen atracar en el antiguo puerto de La Trinidad, justo en el área donde hasta no ha mucho permaneció en pie una ceiba centenaria bajo cuya fronda pasaban cuarentena los negros esclavos que algunos barcos traían por encargo de adineradas familias angostureñas. Pues bien, ese mercado natural y espontáneo que funcionaba en condiciones insalubres debido a la falta de servicios y a lo improvisado de las construcciones, fue realzado con una obra arquitectónica contratada por la CVG y entregada para su administración al alcalde Leonel Jiménez Carupe, quien lo inauguró el 7 de noviembre de 1993 El proyecto contratado a la arquitecta Mildred Egui Boccardo se concibió luego del estudio urbano y socioeconómico del lugar y toma en cuenta la importancia de la zona para la ciudad dado su potencial pesquero y la necesidad que tiene el pescador artesanal, como el consumidor de facilidades para una oferta mayor del producto. El mercado dispone de 14 restaurantes, 12 puestos de ventas de artesanía, 14 puestos de ventas de verduras y frutas frescas, 12 puestos para la venta de pescado, 3 núcleos sanitarios, áreas verdes, estacionamiento para 80 automotores más un estacionamiento exclusivo para cavas, camiones y ventas al mayor. Cuenta asimismo con un muelle metálico y una bomba de gasolina, venta de hielo y artículos náuticos. En fin, se trata de un Mercado turístico y artesanal que en homenaje al pez tradicional y autóctono del Orinoco ha sido bautizado Mercado la Sapoara; con ese justo y atractivo nombre, el alcalde Leonel Jiménez Carupe lo inauguró el 7 de noviembre de 1993. Posteriormente la CVG construyó el Mercado de los Buhoneros, inaugurado en junio de 1995. Antes, hasta finales de los años cincuenta, esta actividad típica del Mercado de la Sapoara la cumplía el Mercado Municipal ubicado en el hoy Mirador Angostura. Los pescadores madrugaban y se iban a bordo de curiaras a lanzar sus redes de ahorque y luego regresaban temprano para poner a la venta el producto en el Mercado Municipal. Allí estuvo ese mercado por casi una centuria. Los pescadores atracaban allá directamente. Durante la gestión del gobernador Eudoro Sánchez Lanz (1953-1958) se resolvió demoler el edificio del Mercado Principal para construir el Mirador Angostura y los mercados periféricos. Esto que afectó o produjo un desajuste en las relaciones de compra y venta del pescado que surtía a los puestos del mercado, obligó a los interesados a tener que ir directamente a La Carioca en donde se quedaban los pescadores artesanos con su producto. Con el tiempo se cumplió una transferencia espontánea de lo que fue el mercado Principal del Mirador a lo que es hoy el mercado de La Carioca, reforzado a fines de los años setenta cuando el presidente municipal Antonio José Grimaldi resolvió construir unos puestos de venta de pescado. Pero de ese lugar inundable, donde siempre se hacía difícil instalar servicios de agua y drenaje, todo el mundo se quejaba del estado de insalubridad. De allí nació entonces la idea del Mercado de La Carioca o Mercado “la Sapoara”. Creo que uno de los primeros que lanzó la idea fue el biólogo Daniel Novoa. Hoy, lamentablemente, se ha venido debilitando y restaurantes y negocios han cerrado o están debilitados y en quiebra porque desde antes de la Pandemia, las autoridades de la Base Naval impiden la circulación de automotores por el tramo de prolongación del Paseo Orinoco entre la Capilla del Carmen y La Carioca. (AF)

sábado, 5 de junio de 2021

PIAR Y SU QUERIDA MÓNICA

En enero de 1917, Rafael Ramos fue el primer angostureño con quien el General Manuel Piar hizo amistad y Ramos le presentó paisanos que querían adherirse a su causa. Fue él quien de manera clandestina repartió la Proclama de Piar a los Guyaneses. A través de Ramos, Piar conoció a Mónica Farreras, una bella dama descendiente de los primero Farreras peninsulares y criollos radicados en Angostura en la época del Gobernador Manuel Centurión. Félix Farrera fue el tronco mayor. Tuvo varios hijos: Martín que fue el primer Médico de Angostura, Félix, el primer abogado de la ciudad. Apolinar, Ambrosio, y Matías Farrera que fue más tarde Gobernador de la provincia. Podríamos decir que, Piar y Mónica, se enamoraron y tuvieron relaciones desde el primer momento, pero debido a la campaña de Guayana no se juntaban con permanencia. Cuando mayor tiempo estuvieron juntos fue unos diez días después que Piar, tal como lo había solicitado ante el Jefe Supremo, obtuvo el Pasaporte para salir del país a reunirse con su familia en Curazao. Piar obtuvo el pasaporte el 30 de junio de 1817 y permaneció en la Villa de Upata hasta la primera semana de julio cuando se dirigió a El Juncal donde permaneció ocho días. El día 15 de julio se ausentó a la Mesa de Angostura para conferenciar con Manuel Cedeño que en ese momento era el segundo de Bermúdez en el control del sitio de la Plaza. El Brigadier La Torre abandona Angostura y Bermúdez ocupa la ciudad el día 18 de julio. El 26 de julio Piar abandona Angostura. En esa ocasión, Piar se hospedó en casa de la Familia Farreras. Allí se supone que conoció a Mónica Farreras por primera vez y con la cual tuvo a Inés, su segunda hija (la primera, María Elizabeleta, la tuvo en su matrimonio con María Marta Boon). Inés, de la que nunca supo ni pudo conocer, se casó a temprana edad con Tomás Vásquez León, de cuya unión nació Mercedes Vásquez Farreras, esposa del General Ramón Cecilio Farreras, quien llegó a ser Gobernador y Jefe Militar de Guayana al final de la Guerra Libertadora. Piar pasó a Soledad después de haber preparado su fuga en varias curiaras. En unas iban su concubina Mónica Farreras, dos mulas y sus archivos privados; en otras, bastante adelantada, había pasado Piar escoltado por sus dragones. Bermúdez supo de la fuga de Piar muy tarde, de todas maneras se movilizó y logró devolver a la orilla las embarcaciones donde iban su mujer y sus archivos, mientras Piar devoraba distancias favorecido por las sombras de la noche. Se detuvo en Cucasana donde fue atendido por el oficial José Lara y luego prosiguió con suerte hasta Maturín. Desmontó en la posada del General Andrés Rojas, comandante de la plaza, donde fue atendido y saludado por otros oficiales. (AF).

POR VENAS DE OTTO GRANADO CIRCULA SANGRE PIARISTA

Cuando El Gobernador doctor Domingo Álvarez Rodríguez, dispuso prolongar el Paseo Orinoco, ahora tomado a espaldas de los citadinos ¿Y del Concejo Municipal?, por el Cuartel de la Armada, lamentablemente, debió expropiar los terrenos de La Trinidad (La Carioca), y expresamente vino a Ciudad Bolívar, conduciendo un Rolls Royce el bachiller Otto Granado, uno de los herederos. Otto, a quien conocí en esa ocasión y me invitó a unos tragos en la casa que igual que los terrenos de La Trinidad, era propiedad de su ascendiente León Granado. León Granado, ascendiente de Otto, era comerciante, y adquirió para su residencia tal Casa que en 1817 sirvió de sede del Almirantazgo presidido por el Comandante de la marina patriótica, Luis Brión. León Granado era descendiente de Tomás Vásquez León, casado con Inés, la hija del General Manuel Piar con su pareja Mónica Farreras que conoció y embarazó, meses antes de ser fusilado en la Plaza Mayor de Angostura. Inés, de la que nunca supo ni pudo conocer Piar, se casó a temprana edad con Tomás Vásquez León, de cuya unión nació Mercedes Vásquez, esposa del General Ramón Cecilio Farreras, quien llegó a ser Gobernador y Jefe Militar de Guayana al final de la Guerra Libertadora. (AF).

ENERVADO EL MERCADO DE LA ZAPOARA

La ocupación militar del tramo de la prolongación del Paseo Orinoco, entre la Capilla del Carmen y La Carioca, evidentemente que ha debilitado cuando no cerrado y en quiebra al Mercado de la Zapoara, a los Mercados de los buhoneros, al Club Náutico y al instituto universitario IUTIRLA. Buena bandera política para los aspirantes electorales que, al parecer, por miedo hasta ahora ninguno se ha atrevido a enarbolar. (AF)

viernes, 4 de junio de 2021

98 AÑOS DEL NATALICIO DE JESÚS SOTO

Soto nació el 5 de junio de 1923, cuando otro Soto, el general Vicente Pérez Soto, gobernaba en el Estado Bolívar. Nació el niño en pleno juegos florales del Teatro Bolívar, cuando se jugaba Rondá y llegaba a la ciudad Monseñor Miguel Antonio Mejía. Soto creció delgado e inquieto en el regazo d su madre doña Enma, con una sinusitis que no lo dejaba respirar, pero con la cual acabó de una vez la yerbatería indigenista de Paula, la abuela ágil que bailaba joropo y descifraba las estrellas. Pescaba el niño, atravesaba el río a nado. Otras veces en curiara, en piragua, y entre el puerto de Santa Ana, Soledad y el hato de Doña Paula en los llanos de Anzoátegui, parecía transcurrir la vida de su infancia. El niño Soto como Juan Ramón Jiménez, también tenía su Platero. Se llamaba Comino, acaso porque se ponía del mismo color del onoto cuando relinchaba y se restregaba contra los matorrales y la greda del río. Con su Comino ensillado se iba de trote por el aquel llano abierto que le infundía cierto temor y respeto. El Llano al igual que el Río le impresionaba hondamente. Pugnaba entonces entre la soledad del llano y la cercanía de la gente. En ese tiempo tenía edad de escuela, de palotes y de garabatos hechos con pintura de labio y de carbón sobre cartón o el duro lienzo de paredes y tapias. ¡Déjalo tranquilo! Terciaba muchas veces la abuela. “Déjalo mujer, tranquilo, que a lo mejor quiere ser pintor y eso es bueno” Y para que dejara en paz el lápiz de la Tía Irma y no gastara los carbones del fogón, la complaciente abuela le obsequió un arcoíris de creyones. Desde entonces, desde la edad de cinco años, Soto pintaba, jamás dejó de pintar y fue pintor. Pero, acaso, también músico, buscando la vena del padre Luis García Parra que era violinista de circos, cines y parrandas. El, igualmente, pretendía atrapar el sonido con la misma gracia y sensibilidad de su padre. Más, no con el violín. Prefería la guitarra, intermedio entre ese instrumento antiguo de Carmona y el cuatro criollo del llano. Siempre Soto soñó con una guitarra hasta que al fin un día la tuvo, ya fuera de infancia, en Caracas, Maracaibo, París, donde había un sabio del instrumento, el maestro Lagoya, que tanto le enseñó y tanto quiso fuese como él. Pero Soto había nacido y crecía para ser pintor. Un día Soto se dio cuenta que su infancia se le estaba quedando atrás. Fue cuando el amor rozó su piel impregnada de playa, llano y sol. El amor le llegó temprano y temprano quiso deshacerse de él, obligado por quien tiene metas en dirección hacia otros horizontes. El amor primaveral, tierno y romántico, entre picoteos, excursiones y películas, lo sacudió, pero sin que pudiera alienarlo. Soto era un joven de muchas horas de cine. Estaba exonerado de puerta gracias a que desde muy de madrugada, pintaba los carteles y cartelones anunciando la película del día. Asimismo calzaba unas buenas horas de pista, bailando en cada fiesta de amigos. El baile era su pasión. Cualquier música contagiaba su ser, armonizaba sus pasos, un bolero, una rumba, una guaracha y hasta un foxtrot. Pero un día de tanto pintar carteles, hasta 50 en una hora, de los cines Royal, América y Mundial, a alguien, aparte de sí mismo, se le ocurrió que debía ser pintor de verdad y le puso como único requisito una beca. Entre Vicencio Pérez Soto y Mario Briceño Iragorri, habían pasado por esta Ciudad Bolívar casi un gobernador por cada año de su vida y él contaba diecinueve. El Obispo, sin embargo, era el mismo llegado a la ciudad cuando él abría los ojos en el siempre animado puerto santanero. donde se había refugiado su familia agobiada de tanto llano Entre el obispo y el Gobernador hubo acuerdo y el adolescente pudo distanciarse físicamente de la Ciudad y el río y llegar a la ansiada Caracas que parecía abrir todas las posibilidades. Luego fue la ciudad del Lago y finalmente París, capital de la cultura y el arte occidental. La ciudad que definitivamente le alumbró el camino, un camino, sin embargo, con rastros de azul y ocre, con intermitencias de moriche y luminoso rielar del Orinoco. Allá se sembró, allí se quedó, lejos del Orinoco, muy cerca del Sena, que también riela como el río padre de todos los ríos de su tierra mestiza, de ese gran río del cual aprehendió las líneas que atraparon el tiempo y que también tiene sus agujeros negros donde quedó sepultado como enésima estrella del universo. (Soto, pionero del arte óptico universal, nació en Ciudad Bolívar el 5 de junio de 1923 y murió en Paris el 14 de enero de 2005)

DÍA MUNDIAL DEL AMBIENTE

El 5 de junio de 1972 fue dispuesto por la Organización de las Naciones Unidas como Día Mundial del Ambiente y Venezuela, país miembro de la ONU, se asocia al gran acontecimiento universal dirigido a promover la participación del habitante de la tierra en la defensa, conservación y mejoramiento del ambiente. La primera celebración realizada en nuestro país, alusiva a la conservación del medio ambiente, tuvo lugar el 23 de mayo de 1905, fecha escogida por el gobierno del General Cipriano Castro por haberse iniciado en ella la Revolución Restauradora que lo llevó al poder. Se llamaba entonces Fiesta del Arbol y la responsabilidad de organizarla, a nivel de todas las Escuelas, estaba en manos del Ministerio de Instrucción Pública. Cesado Cipriano Castro en el poder y ascendido el General Juan Vicente Gómez, el gobierno decidió cambiar las cosas y dispuso que la fiesta del árbol fuese el 15 de mayo de cada año. Día de San Isidro, patrón de los labradores. Cambiaba el día, pero no el mes por ser mayo cuando comienzan las lluvias, germina la tierra y reverdece la flora. Un 19 de mayo de 1951, una Resolución del Ministerio de Educación dispuso que la última semana de mayo se denominara “Semana de la Conservación” y que el domingo final de la misma fuera Día del Arbol. Esto se cumplió hasta el 16 de diciembre de 1975 cuando el Gobierno Nacional, mediante Decreto 1348, estableció la celebración de la Semana de la Conservación de los Recursos Naturales Renovables entre el 12 y el 19 de diciembre de cada año, como homenaje al Decreto Conservacionista dictado por el Libertador Simón Bolívar en la ciudad de Chuquisaca, hoy Sucre, de la República de Bolivia, el 19 de diciembre de 1825. Esta fecha, no obstante su alto sentido histórico, no resultó propicia para la enseñanza de la Conservación al coincidir con las vacaciones estudiantiles, por lo que el 17 de mayo de 1979, el Presidente Luis Herrera Campins, dictó el decreto 132 disponiendo la fecha para que la Semana de la Conservación concluyera el 5 de Junio que es el Día Mundial del Ambiente, resuelto por las Naciones Unidas y de obligatoriedad para todos los países miembros.(AF)

jueves, 3 de junio de 2021

EL “GUA” DE GUARATARO

El monosílabo GUA de Guarataro que es el mismo de Guaricongo, de Macagua., de Guasina y Guasipati. me hace suponer que por esos lados estuvieron los Arukas, primitivos habitantes de Guayana Esto a juzgar por lo que dice el historiador Lino Duarte Level, que los arucas dejaron huellas de su dominio en el oriente de la América del Sur. El prefijo gua o oua, que corresponde al ah de los mayas y al güe de los tupís de donde tal vez viene, se halla por todas partes en esta región. Su lengua fue estudiada en toda su pureza al tiempo de la conquista y De Laet publicó un vocabulario obtenido en 1598. Es crecido el número de palabras Arucas: Guamache, Cubagua, Guarapiche. Guárico. Gua, segúnDuarte Level, significa dominio, posesión, protección, algo así como nuestro y hogar, el prefijo se coloca al principio de la palabra guajiro, jefe de la tribu, en el medio Taguanes, ‘lugar de mujeres’, Churuguara, ‘lugar de piel oscura, o al final Cagua, ‘nuestro collar’, Cubagua, ‘nuestro hueso , Aragua, ‘nuestro sitio’. Tribus arucas fueron halladas por los descubridores en las islas Lucayas y restos de ellas en las Antillas. Raleigh las encontró también en Trinidad que ellos llamaban kairi, isla. Según Ehrenreich, el desenvolvimiento cultural de los arucas varía mucho, habiendo alcanzado alto grado en las grandes Antillas donde dejaron notables esculturas en piedra. Sus ideas religiosas indican influencias ejercidas por las naciones de la América Central. También los arucas septentrionales del continente suramericano tenían una cultura considerable y superaban a los demás indios industrialmente, parece que fueron los inventores de la hamaca, los propagadores del cultivo del tabaco y del maíz; se dedicaron a la cerámica y fueron traficantes que llevaban sus productos a otras tribus para cambiarlos por otros objetos. (AF)

SUCRE EN GUARATARO

Atendiendo a una invitación del Alcalde de Maripa, Jesús Rodríguez, viajé a Guarataro en junio de 1995 en compañía de Beatriz de Level y Óscar Betancourt para dictar una charla sobre el Mariscal Antonio José de Sucre, con motivo del Bicentenario de su asesinato el 4 de junio dde 1830. Guarataro para entonces era un pueblo agrícola de 8 mil habitantes fundado en 1957 por la familias Montenegro, Espinoza y España. En 1995 la producción fue de 40 millones de kilos de ñame; 500 mil kilos de maíz y 3 mil de otros rubros. Maripa de la cual es parroquia, está situada en las riberas del Río Caura atravesado por un sólido puente que conduce hacia Caicara. Dos Plazas Públicas: una dedicada a Bolívar y la otra a Sucre. Antes hubo una estatua de Sucre y un busto de Bolívar, El Gobernador Acides Sánchez Negrón exclamó asombrado que esto no podía ser. Entonces montó un busto de Sucre y la estatua del Mariscal de Ayacucho la montó en la Plaza Los Báez de Ciudad Bolívar, A mi me tocó pronuncia el discurso de instalación. Esa vez conocí en Maripa a los Sanemá, indios de baja estatura, piel clara y ojos rayados y a los Yecuanas o Maquiritares, indios más altos, pelo liso, piel oscura. En esa memorable ocasión dí, por sorpresa con un hijo del extinto periodista Víctor Manuel Mendoza Yajure, Me dijo que trabajaba en el Alto Caura como maestro y que estaba escribiendo un diccionario de la lengua Sanemá que sería publicado por la Universidad de Carabobo. (AF)

miércoles, 2 de junio de 2021

ESTIAJE DEL ORINOCO FRENTE A CIUDAD BOLÍVA

R
Finalizando febrero de 1975 y de manera inusual, el Orinoco comenzó a presentar una baja considerable en el nivel de su caudal que recordaba a los ribereños el reflujo de marzo de 1923 cuando se podía ir saltando entre piedras, islotes de arena y troncos atravesados, de una orilla a otra, por lo menos por su parte más angosta, vale decir, entre Ciudad Bolívar y Soledad. El 27 de febrero, el Capitán de Puerto, Abraham Pérez Camejo, informaba que frente a Ciudad Bolívar sólo era posible navegar el Orinoco a bordo de curiaras y lanchas con menos de cinco pies de calado, porque el Río Padre estaba hecho un esqueleto de piedras, islotes y playones. Para esa fecha el nivel del Orinoco era de 2,50 metros sobre el nivel del mar, mucho menos de lo que tenía el año anterior para el mismo día. Evidentemente, estábamos en verano y para asombro había que suponer que el Orinoco continuaría decreciendo, como en efecto, hasta el mes de abril. La navegación para barcos de 31 pies sólo era posible de Punta Barima hasta Puerto Ordaz gracias al dragado constante de que es objeto el Orinoco en ese trecho. Pero de allí hacia arriba era prácticamente imposible, de todas maneras ese reflujo acentuado presagiaba para los entendidos que el año siguiente la crecida sería descomunal como, en efecto ocurrió al superar el Río la cota de 18 metros sobre el nivel del mar. El Bachiller Ernesto Sifonts, observador tradicional del río durante cincuenta años, dice en una de sus clásicas monografías del 58 que el nivel más bajo lo presentó el Orinoco “el 23 de marzo de 1923 y fue entonces cuando se cortó, se pobló de playones arenosos con arrecifes entre ellos y de troncos secos que impedían la navegación, incluso de la curiara o cayuco, pudiéndose ir de una ribera a la otra vadeando los canales o saltando por sobre las pequeñas islas”. El tramo de 83 kilómetros entre Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar es navegable parte del año por buques de hasta 9 metros (30 pies) de calado, reduciéndose a unos 2 metros (7 pies) durante el período de alturas mínimas del río. El Instituto Nacional de Canalizaciones elaboró un anteproyecto de cana¬lización de este tramo con varias alternativas: utilizar el canal natural exis¬tente con un balizamiento adecuado y dragado del río a distintas profundidades hasta 9,8 metros (32 pies). El tramo Cabruta-Ciudad Bolívar, con 405 kilómetros de longitud, durante el período de aguas bajas la navegación por este tramo está limitada a unos 2 metros (7 pies) de calado. El cauce es generalmente estable y de carácter aluvial con ocasionales afloramientos de rocas y escollos en su lecho y en sus márgenes. En el tramo Cabruta a Puerto Ayacucho, de 323 kilómetros. existen diversos obstáculos naturales que dificultan la navegación para embarcaciones de más de 2 metros (7 pies ) de calado durante el período de aguas bajas. El raudal de Caribén representa uno de los mayores obstáculos a la navegación por este tramo. Se presenta una idea de proyecto para ser estudiada, la cual consiste en un dique sumergido cuyo propósito sería producir un aumento en el nivel del agua que facilite la navegación aguas arriba a través de la barra del río Meta y del raudal San Borja. Para salvar el desnivel del raudal Cari¬bén se requeriría una esclusa, paso obligado para las embarcaciones que serviría como estación de control del tráfico nacional e internacional de mercancías y pasajeros provenientes del río Meta y del Alto Orinoco. (AF)

martes, 1 de junio de 2021

GUARICONGO

El Guaricongo es una lagartija que siempre anda por los techos, muro y piedras. Los gatos hambrientos las persiguen y siempre parece decir “Si” con un constante movimiento de cabeza. Abundaba en uno de los sectores urbano fuera de la vía perimetral conocido como Barrio José Antonio Páez, hoy en día Parroquia, limitada con el Río Marhuanta por el Este. Oeste con el Río Orocopiche. Norte, Avenida Perimetral y carretera hacia Maripa. Comprende esta Parroquia los asentamientos José Antonio Páez, Brisas del Sur, Nueva Guayana, Guaricongo, Cardozo, Los Baez, Villa del Sur y Los Ruiz. El Barrio surgió entre 1979 y 1984 y fue el producto de invasiones de los sin techos. Entre sus fundadores están las Familia Rivero, Ortiz y Farfán, a la última pertenece el amigo y servicial Elpidio Farfán. Héctor Guillermo Villalobos le dedicó un romance poético en 1940, titulado “Ño Guaricongo” y al parecer se emocionaba cuando muchacho disparándole con su honda. (AF).