Crónicas Angostureñas / Américo Fernández
Recopila las crónicas que diariamente vengo publicando en el Correo del Caroní y Red Social
lunes, 18 de marzo de 2024
¿¿¿CIUDAD BOLÍVAR CAPITAL AMERICANA DE LA CULTURA???
La pregunta por su programa de radio a las diez de la noche, me la hizo el periodista César Díaz Decán y le respondí que efectivamente nos preguntamos y muchos se preguntarán luego de la rueda de prensa efectuada recientemente en el Hotel Laja Real por el señor Silen Boada, gerente de la fundación Ambiental “Alejandro de Humboldt” y Jenny Hernández, representante del buro Internacional de Capitales Culturales. Nos preguntamos. Nos preguntamos: ¿será esto posible, ahora que el Casco de la ciudad capital donde se ubican todos los bienes históricos, está en plena decadencia, pues hace más de veinte años que el programa de revitalización se halla paralizado: Casas derrumbadas, intervenciones temerarias, la Oficina Técnica del centro Histórico desaparecida, los museos cerrado o saqueados. Dónde está el Museo Etnográfico? Qué es del Museo de Ciudad Bolívar con 200 años de pintora venezolana fundado por Rafael Pineda? Qué sucede con el Museo Histórico de Guayana fundado por el doctor Oswaldo de Sola, dónde está el Museo Talavera, el Museo Geológico y Minero. El Museo de Ciencias decretado por Garrido Mendoza? Qué ocurre con los Museos de Sitio. Qué sucedió con la librería Alarico Gómez que dirigía Luisa Barroso. Qué pasó con el Taller de Artes Plástica Alejandro Otero, con el Cine Club fundado por Joaquín Latorraca y Gilberto Lara, con las Danzas folklóricas de Ramón Silva y Diomedes Túnez, con la Escuela de Gimnasia Rítmica de la profesora Maura Tovar, con la escuela de danzas clásicas de Everest Mayora… y pare usted de contar…
Vale decir que la Capital Americana de la Cultura es un reconocimiento cultural fundado en 1998 que se entrega a ciudades americanas, que tiene los objetivos de ayudar a conocer diversas características de las ciudades y pueblos del continente, respetando su diversidad nacional y regional, mostrar el patrimonio cultural común; fomentar nacional e internacionalmente dicha ciudad y establecer nuevos puentes de cooperación con las otras capitales culturales del mundo.
La Capital Americana de la Cultura es miembro del Bureau Internacional de Capitales Culturales, está acreditada ante la Organización de los Estados Americanos (OEA) y tiene el reconocimiento de los parlamentos Latinoamericanos y Europeos, pero vemos con intensa preocupación que el actual Gobierno sacó a Venezuela de la OEA.
La primera Capital americana de la Cultura ocurrió durante el año 2000, fue la ciudad de Mérida en México. Luego le siguieron en el 2001: La ciudad de Equique en Chile. En el 2002 la ciudad de Maceio en Brasil y así sucesivamente cada año. Hasta hoy han sido favorecidas ciudades de México. Chile, Brasil, Panamá´. Argentina, Perú, Ecuador, Colombia, Santo Domingo y Anzoátegui en Venezuela el 2018. Para este año 2024 ha sido declarada capital americana de la Cultura a la ciudad de Nayarit en México. ¿Entonces, dónde estamos, dónde quedamos? Dígalo usted aquí César Díaz Decan ¡!! (AF)
viernes, 15 de marzo de 2024
ÁNGEL BOANERGES CORASPE
Le pusieron Ángel –es lo que se cree- para contrarrestar el segundo nombre Boanerges que, de acuerdo con el diccionario bíblico, significa “Hijos del trueno”, pero no, fue porque su padre se llamaba Ángel, descendiente, dicho sea de paso, de un corso francés. Pero la verdad, verdad, es que, por Mnemosina quizá, se le ocurrió a doña Luisa Coraspe, cuando encinta de él, su primer hijo, leía una novela basada en un pasaje de la Biblia en el que Jesús de Nazaret le puso el sobrenombre de Boanerges a Santiago y Juan, dos de sus apóstoles, hijos de Zabedeo. Los llamó Boanerges porque eran muy fogosos e impetuosos y dialécticos y ciertamente por coincidencia o intuición de parturienta que así resultó el muchacho desde que nació el 2 de abril de 1936 bajo el signo de Aries. Quiere decir que contaba 83 años y meses cuando falleció el 9 de octubre a las 2 de la madrugada, tras una operación en el Hospital Universitario Ruiz y Páez. Había sufrido un accidente cardiovascular hemorrágico tras una caída.
Bueno, murió irremisiblemente este sociólogo, amigo, quien había hecho un doctorado en salud pública. Era profesor titular de la Universidad de Oriente y ejerció durante toda su existencia en el Núcleo de Ciudad Bolívar, donde se destacó como dirigente gremial y entre los fundadores de UDO-70 que hizo posible el ascenso a cargos de decanato y rectorado a numerosos docentes de la alta casa de estudios.
Quizás la mejor obra de Coraspe sea el Centro Multidisciplinario de Orientación sobre Drogas, CEMODRO, centro de prevención integral social del Estado Bolívar que actualmente preside su hijo el licenciado Halley Coraspe y que tiene desde su fundación como misión primordial la prevención integral social en materia de reducción de la demanda de drogas en nuestro estado y fuera del mismo.
La labor preventiva de Cemodro abarca los ámbitos, familiar, educativo, laboral, empresarial y comunitario, así como el asesoramiento a los organismos del estado, ministerio, sistema bancario, centros educativos, unidades de atención, fiscalías, consejos de derechos, organismos de seguridad, apoyar a todas y cada una de las instituciones que así lo requieran.
Yo lo conocí a muy temprana edad, puesto que éramos vecinos en la calle Venezuela. Consecuente amigo, voluntarioso y mucha iniciativa, idealista y convencido siempre de sus ideas. Era uno de los mejores alumnos del profesor José Simón Escalona en castellano y literatura y cuando egresó del Peñalver quería ir a la Universidad, pero carecía de recursos, por lo que se puso a cantar como solista de conjuntos musicales locales, tenía buena y rítmica voz, pero no era ese su camino. Logró laborar en los laboratorios de la Orinoco Mining, compañía norteamericana que al final lo becó para irse a estudiar sociología en la UCV Yo medié para lograr otras ayudas y al fin se graduó e hizo la carrera universitaria que todos conocemos, especialmente sus diez hijos en dos matrimonios y otros amoríos así como generaciones de estudiantes que pasaron por sus manos.
En estos días, tuve el privilegio de leer toda vez que todavía permanece inédita una novela de mi hija Riolama, quien conoció a su tío. Esa novela se inicia con el capítulo “El Edificio”. Es una novela un tanto autobiográfica pues Riolama, quien no obstante ser magister en biología marina, ha resultado escritora muy amena. El primer capítulo “El Edificio” del libro “La Secuela”, refleja a mi manera de ver, el estilo de vida de este docente, único quizás, muy apegado al impulso existencial:
Lo describe así: “Mi tío pasaba horas mirando la construcción del edificio, se paraba en la esquina, cuando venía de la panadería, a observar detenidamente los movimientos que hacían los obreros, levantar un balde, vaciar cemento, agregar arena, batir la mezcla, colocar ladrillos, elevar materiales por la grúa; así se le iba toda la mañana, viendo con admiración como de la nada iban apareciendo estructuras, paredes, escaleras, pisos, hasta que llegó a estar casi completo, pero la obra se detuvo por la crisis económica del país, entonces mi tío murió, justamente antes de la pandemia.
Es que mi tío fue siempre así, vivió la vida de modo intenso, pero despreocupadamente. Era un hombre sumamente guapo y las mujeres se agarraban de las greñas por él, pues tuvo muchas amantes y a todas les compró casa y las mantuvo, cuando el país tenía una de las economías más pujantes del mundo. Además, era sexólogo y tenía fama de ser experto en la cama, pero le encantaban mujeres de bajo nivel social, que veían en él no solamente la satisfacción de su sensualidad, sino un vehículo para subir de estatus económico, pero como eran tantas, las mujeres se peleaban entre sí y muchas terminaron agarradas de los cabellos, profiriéndose todo tipo de insultos, mientras a él esas situaciones ni lo inmutaban, le eran totalmente indiferentes, como si no tuvieran nada que ver con él. En efecto era asunto solamente de ellas. Así, con esa manera de ser desprendido, era con todo, simplemente vivía su vida sin aferrarse absolutamente a nada, al punto que cuando llegó a viejo y ya no tuvo dinero que dar a las mujeres, quedó sin tener donde vivir. Un hombre que le dio casa a tantas mujeres, estaba literalmente en la calle y arruinado. Su primera esposa lo recogió, cediéndole una habitación, donde pasó los últimos años de su vida. Justamente en la esquina de esa casa estaba la construcción, que cada mañana se instalaba a ver como si fuera su trabajo inspeccionar la obra. A las seis de la mañana cruzaba la avenida, sin importar si el semáforo estaba, en verde, rojo o amarillo; el pasaba sin mirar a los lados, convencido que los carros debían detenerse para dejarle pasar, y así sucedía, los carros frenaban al verlo y le daban paso, independientemente del color de la luz.
Al cruzar la avenida estaba la panadería, la gente pedía lo que iba a consumir y luego pagaba, pero mi tío consumía y se iba sin pagar, al punto que la panadería tuvo que cambiar la modalidad y cobrar por anticipado. Gracias a él, pedías, pagabas, te daban un tiquete de compra con el que retirabas el pedido, de esa manera mi tío se vio obligado a pagar, pero por lo general hacía que algún conocido le pagara la cuenta, no es que no tuviera dinero y fuera un indigente, de hecho, había sido profesor universitario, simplemente era un estilo que había adoptado después de haber tenido mucho y dado demasiado; asumía su carencia con gracia, con un humor parecido a una travesura infantil.
Un estilo derivado de una actitud de merecimiento, de un hombre que pasó toda su vida comprando casas a sus mujeres y nunca compró una para él. Tampoco le hizo falta, pues, ya viejo andaba de un lado a otro, visitando a sus ex mujeres y se quedaba con una y con otra, quienes veían en su obsolescencia una oportunidad de heredarle la pensión de vejez y su jubilación de profesor universitario, de manera que, estando ya casi decrépito, las mujeres todavía se peleaban por él.
Un día la obra se paralizó por falta de dinero y materiales para continuarla, como paralizada empezó a estar la economía del país.
Una nación con todos los recursos para hacer cualquier cosa, pero no se hacía nada, porque todo lo que podía producir fue tomado por gente incapaz de hacer algo.
Cuando dejaron de construir, mi tío pasaba por allí, pero ya no había nada que ver, el edificio permanecía igual, ya no había cambios diarios para maravillarse y de pronto es como si hubiera desaparecido lo que le daba sentido a su vida…” El profesor universitario Ángel Boanerges Corspe murió el 9 de octubre de 2019 “La Secuela”, refleja a mi manera de ver, el estilo de vida de este docente, único quizás, muy apegado al impulso existencial. (AF)
LA FIGURA DEL CRONISTA
Desde Brasil a donde fue a parar hace cuatro años, me escribe Alfonso Castro Escalante y me pregunta si es cierto que me destituyeron como Cronista Oficial. Le respondí que aunque mi nombramiento así lo define tras la muerte del doctor José Sánchez Negrón, postulado por el Colegio de Periodistas, Sindicato de la Prensa y Gremio de abogado labores, ya prácticamente lo era puesto que soy miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia. Es decir, Cronista de Ciudad Bolívar y resto del Estado, llegando a ser Vicepresidente a nivel nacional. No obstante debo aclarar que Cronista Oficial es aquel que depende de la municipalidad como un funcionario más para consulta de valor histórico y administración de bienes históricos dependientes de la Municipalidad, un funcionario con sueldo y oficina bien dotada, lo cual nunca fue en mi caso. Todo salió de mi peculio personal. Con las prestaciones sociales del diario El Nacional formé un fondo editorial que me permitió publicar 20 libros vinculados con ls Historia de Guayana. Sigo siendo Cronista a pesar de los pesares. Esa condición nunca se pierde. Existen Cronistas deportivos como lo fue Antonio López Escalona, cronista de arte como lo fue como Rafael Pineda, Cronista musical como lo fue José Francisco Miranda y luego Ivo Farfan, cronista hidrográfico del Orinoco como lo fue Ernesto Sifontes y cronistas históricos como lo fueron Bartolomé Tavera Acosta, Adán Blanco Ledezma, Manuel Alfredo Rodríguz, Luz Machado y José Sánchez Negrón. (AF)
domingo, 10 de marzo de 2024
MÉDICO JOSÉ RAFAEL ORTA VÁSQUEZ
José Rafael Orta Vásquez, hoy jubilado, es Obstetra pre y postgraduado en Montevideo y en la Universidad de los Andes. Tiene un doctorado en ciencias médicas y empezó en la Escuela de Medicina de esta ciudad como docente instructor, ascendiendo escalonadamente hasta titular. Un titular que llegó con resistencia a la jubilación y hoy podemos decir que celebra la octogenariedad 85 a la que es difícil llegar, Ingresó al Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente, junto con su primera esposa, pediatra Graciela Isolina Burgazzi Simonetti, y a ella entregó lo mejor de su profesión y en ella cifró sus esperanzas, al final frustradas lamentablemente por un proceso de involución pues jamás el Núcleo llegó a ser Universidad independiente. Orta Vásquez, alternó el ejercicio de la medicina y la docencia con el deporte motonáutico. Una vez lo acompañé en su lancha y me confesó que él como Arturo Uslar Pietri, no estaba de acuerdo con la jubilación y opinaba que la gente no debería jubilarse sino por incapacidad física o mental. El hombre mientras sea hábil y capaz no debe rehuirle al trabajo ni alentársele para que lo abandone cuando está en plenas facultades. El, por supuesto, hablaba con propiedad, pues aborrece la flojera y la molicie. Cuando tenía tiempo de sobra se iba al rio con sus tres hijos y participaba en alguna competencia. Sobre el techo de su biblioteca se ven los trofeos, entre ellos, dos internacionales. A veces, fuera de competencia, navegaba con su lancha hasta el estuario, para ver, a decir de Gallegos, el rio repartiendo como hijos sus caudales hacia la gran aventura del mar. La identificación de Orta Vásquez con el Orinoco no es sólo por haber nacido en su orilla, allá en Soledad el 02 de febrero de 1936, que en el pasado fue parte integral de Ciudad Bolívar, sino porque como el rio, él también reparte o ayuda en todo caso a repartir hijos hacia la gran aventura de la vida. Es el acto sublime y profundamente humano de la maternidad. Tal vez por eso el gineco-obstetra, en general, además de ser científico, es idealista como en cierta ocasión lo expresó Fernando Rísquez: comprende lo grande de la capacidad genética de la mujer y la ayuda a parir. Cuántos niños dieron el primer grito de vida entre sus manos mientras la tensión y el dolor de la madre afloraban de alegría. Bastaría con decir que en la Sala de Maternidad del Hospital “Ruiz y Páez” integrada al Departamento de ginecología y Obstetricia, del cual fue Jefe durante varios años, nacían para unos 6.000 niños, muchos de los cuales parteados por él. Orta Vásquez fue un crítico rotundo de la UDO. Decía que la UDO como institución rectora se manejaba con criterios reducidos y en el caso de la UNEG señalaba no ser realmente el reflejo de la promesa electoral de Luis Herrera Campins, pues Guayana demandaba el ensamblaje de todas las instituciones de educación superior en una nueva concepción. La UDO se volvía un monstruo en Cumaná mientras en los demás estados aún se aguarda la conversión de los núcleos en universidades pequeñas, pero administrativa y académicamente autónomas. Durante muchos años se alimentó la ilusión de que el Estado Bolívar tuviese su propia universidad. El proyecto original de la UDO debía en los primeros 25 años transformar cada núcleo en universidad. Se hablaba de que cada universidad llevara según la entidad federal, el nombre epónimo de sus héroes: Universidad Sucre, Universidad Anzoátegui, Universidad Monagas, Universidad Mariño y Universidad Piar y todas integradas bajo una confederación”. Pero ¿qué ha pasado? “Que hoy en día nos sentimos muy, muy defraudados” (AF)
viernes, 8 de marzo de 2024
FALLECIMIENTO DE JORGE INATTI, INTRODUCTOR DE LAS CHALANAS DE HIERRO EN EL ORINOCO
Jorge Inatti falleció el 9 de marzo de 1961 en su casa de la calle Santa Ana. Fue masón de relevantes méritos, comerciante de origen libanés, dueño de una de las principales estaciones de gasolina de la ciudad e introductor junto con Del Valle Lugo de la primera chalana de hierro.
Esa primera Chalana de hierro fue lanzada al Orinoco el 13 de octubre de 1948. La construyó la sociedad Jorge Inatty y Del Valle Lugo, con capacidad para transportar hasta seis camiones. En el mismo lugar escogieron el nombre: “Inalugo” y fue bendecida antes de lanzarla al río por el Obispo Monseñor Miguel Antonio Mejía. Su construcción se inició en el sector de La Cerámica. Allí se soldó el casco para lo cual hubo que apelar muchas veces a técnicos soldadores de fuera, ex compañeros de Del Valle Lugo en compañías petroleras. Fue realmente una empresa arriesgada, difícil, debido no sólo a la falta de experiencia en construcciones navales sino por los insumos, equipos y recursos especializados que encarecía la circunstancia de la Segunda Guerra Mundial, realmente más desastrosa para la economía global que la Guerra del 14.
Esta primera chalana se autopropulsaba con dos motores Gray Marine, a los lados, lo que le permitía entrar de frente y salir hacia atrás sin las usuales maniobras de abordaje. Su primer Capitán fue Juan de Dios García Requena y posteriormente su hermano Eduviges Coraspe, popular por su llamativo vozarrón y gran sentido del humor.
Después de la Inalugo, la misma sociedad Inatty y Lugo construyó la segunda chalana, bautizada con el nombre de Santa Ana, patrona del barrio, al poco tiempo la sociedad se disolvió. Las dos chalanas fueron vendidas y estuvieron prestando servicio hasta naufragar en las aguas del río Apure.
A la chalana de hierro de Inatti le salió más luego un competidor: Alberto Minet, quien había venido de Francia traído por Antonio Levanti para construir igualmente chalanas metálicas en sustitución de las tradicionales barcazas de madera.
Alberto Minet montó un Varadero en el puerto de La Trinidad (La Carioca) para sus construcciones navales.
Minet, quien se hallaba en Caracas, fue contratado por su paisano Antonio Levanti, quien operaba en una empresa de transporte fluvial en sociedad con Félix Tomassi y Enrique Planchart, para construir chalanas de hierro. De allí salió La Múcura, de 20 metros de eslora y con capacidad para 50 toneladas de carga. Esta chalana después de 13 años de navegación, naufragó por sobrecarga, el 27 de febrero de 1952, cerca de la Piedra del Medio.(AF)
jueves, 7 de marzo de 2024
TULIO RAMÓN BADARACO RIVERO, CRONISTA DE CUMANÁ
“”Américo, o América toda, es increíble la magnitud de tus conocimientos, desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes. Como me gustan tus crónicas, llenas de conocimientos, como no los he visto en ninguna otra persona que conozca. La verdad, viejo amigo, me llenas del orgullo de ser un viejo amigo, desde que te visite en Ciudad Bolívar, y te obsequié un tabaco cumanés, y me dijiste con cierta repulsión: “No fumo”, pero yo insistí y después de encenderlo, me dijiste, Es peor de lo que pensaba, en cambio yo seguí fumando, y tu sonreías socarronamente. Y después de aquel largo día, me regalaste un libro que estabas leyendo. Yo te dije, pero hermano, lo estás leyendo, y me enseñaste otro ejemplar. Verdaderamente, amigo, que lastima que no pueda estar contigo hoy 8 de marzo, día de mi cumpleaños”.
miércoles, 6 de marzo de 2024
Gabriel García Márquez en Ciudad Bolívar
El 6 de marzo de 1927 nació, Gabriel García Márquez, escritor, guionista, editor y periodista colombiano., autor de la universal novela "Cien años de Soledad", Premio Nobel de Literatura, y a quien recuerdo personalmente, pues el 28 de marzo de 1990, , estuvo de paso visitando durante dos horas Ciudad Bolívar, acompañado de su esposa Mercedes, María Di Mase, Ceciia Matos, del capitán de fragata, Julio Peña Acevedo, edecán del Presidente de la República Carlos Andrés Pérez y del Jefe de Relaciones Públicas de Edelca, William Riera.
Yo, en mi calidad de Cronista y corresponsal de El Nacional le serví de cicerone al distinguido visitante que deseaba desde hacía tiempo, según me dijo, conocer la ciudad donde nació el nombre de su patria. Para mí, realmente, fue una sorpresa y lamenté que la visita fuese tan efímera y más de las veces a bordo de una buseta militar.
Gabriel García Márquez estaba virtualmente de incógnito en Venezuela, atendiendo a una invitación de C.A.P. y como parte de esa invitación estaba programado un paseo por los pasajes edénicos de Guayana, específicamente la Gran Sabana, los imponentes Tepuyes y el Salto Ángel
Lo que no estaba en el programa era la visita a Ciudad Bolívar que el Gabo García Márquez decidió en el trayecto de regreso a Maiquetía, primero porque desde hacía tiempo quería conocer esta ciudad que tuvo mucho que ver con Santa Fe de Bogotá y donde se forjó la República de Colombia y, segundo, porque en su novela “El General en su laberinto” editada un año antes (1989) por la editorial Oveja Negra, se refiere a la ejecución de Manuel Piar en la Plaza Mayor de Angostura y a los sueños perturbadores de Bolívar revividos cuando estaba con su fiel mayordomo José Palacios en la villa de Soledad (Colombia): “Vamos nos de aquí, volando -dijo el general- No quiero oír los tiros de la ejecución”. Fue un 16 de octubre cuando al levantarse se asomó a la ventana de la casa donde se hospedaba y vio la plaza solitaria y polvorienta, la iglesia de muros descascarados, y un pleito de gallinazos por las piltrafas de un perro muerto”.
Entonces, quería verificar en el sitio de la ejecución si el manejo de los hechos en su novela se ajustaba a la realidad del paisaje. De manera, que en el trayecto del avión, acompañado de su familiar comitiva, manifestó antes de regresar a Caracas, ese deseo que lo inquietaba y de ahí que el oficial llamó al Comandante de la V División y requirió que fuera llamado el Cronista de la ciudad para que atendiera a García Márquez.
Una buseta de la V División vino a buscarme y me llevó a un hangar privado del Gobierno y minutos después aterrizó el avión de Edelca. García Márquez, como si me conociera desde mucho antes, se bajó y me abrazó efusivamente y yo, por supuesto, quedé cortado y alborozadamente impresionado.
Después embarcamos en el vehículo militar y fuimos directamente a la Plaza Bolívar donde respondí a todas sus interrogantes. Posó junto con su esposa ante la lápida incrustada en el muro de la Catedral donde se supone cayó mortalmente herido el héroe de la Batalla de San Félix. Seguidamente recorrimos todos los salones de la Casa del Congreso de Angostura. Hizo un comentario sobre la cúpula bizantina del siglo diecinueve y finalmente, tras un recorrido por las empinadas calles de la ciudad se detuvo un buen rato en la casa de San Isidro, donde se sentó con plácida felicidad, y se hizo tomar varias fotos, incluida la que ilustra la columna. La que se hizo tomar conmigo, prometió enviármela tan pronto llegara a Bogotá, pero todavía la estoy esperando, primero llegó la mala y conmovedora noticia de su muerte el miércoles Santo. (AF)
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