sábado, 5 de junio de 2021

PIAR Y SU QUERIDA MÓNICA

En enero de 1917, Rafael Ramos fue el primer angostureño con quien el General Manuel Piar hizo amistad y Ramos le presentó paisanos que querían adherirse a su causa. Fue él quien de manera clandestina repartió la Proclama de Piar a los Guyaneses. A través de Ramos, Piar conoció a Mónica Farreras, una bella dama descendiente de los primero Farreras peninsulares y criollos radicados en Angostura en la época del Gobernador Manuel Centurión. Félix Farrera fue el tronco mayor. Tuvo varios hijos: Martín que fue el primer Médico de Angostura, Félix, el primer abogado de la ciudad. Apolinar, Ambrosio, y Matías Farrera que fue más tarde Gobernador de la provincia. Podríamos decir que, Piar y Mónica, se enamoraron y tuvieron relaciones desde el primer momento, pero debido a la campaña de Guayana no se juntaban con permanencia. Cuando mayor tiempo estuvieron juntos fue unos diez días después que Piar, tal como lo había solicitado ante el Jefe Supremo, obtuvo el Pasaporte para salir del país a reunirse con su familia en Curazao. Piar obtuvo el pasaporte el 30 de junio de 1817 y permaneció en la Villa de Upata hasta la primera semana de julio cuando se dirigió a El Juncal donde permaneció ocho días. El día 15 de julio se ausentó a la Mesa de Angostura para conferenciar con Manuel Cedeño que en ese momento era el segundo de Bermúdez en el control del sitio de la Plaza. El Brigadier La Torre abandona Angostura y Bermúdez ocupa la ciudad el día 18 de julio. El 26 de julio Piar abandona Angostura. En esa ocasión, Piar se hospedó en casa de la Familia Farreras. Allí se supone que conoció a Mónica Farreras por primera vez y con la cual tuvo a Inés, su segunda hija (la primera, María Elizabeleta, la tuvo en su matrimonio con María Marta Boon). Inés, de la que nunca supo ni pudo conocer, se casó a temprana edad con Tomás Vásquez León, de cuya unión nació Mercedes Vásquez Farreras, esposa del General Ramón Cecilio Farreras, quien llegó a ser Gobernador y Jefe Militar de Guayana al final de la Guerra Libertadora. Piar pasó a Soledad después de haber preparado su fuga en varias curiaras. En unas iban su concubina Mónica Farreras, dos mulas y sus archivos privados; en otras, bastante adelantada, había pasado Piar escoltado por sus dragones. Bermúdez supo de la fuga de Piar muy tarde, de todas maneras se movilizó y logró devolver a la orilla las embarcaciones donde iban su mujer y sus archivos, mientras Piar devoraba distancias favorecido por las sombras de la noche. Se detuvo en Cucasana donde fue atendido por el oficial José Lara y luego prosiguió con suerte hasta Maturín. Desmontó en la posada del General Andrés Rojas, comandante de la plaza, donde fue atendido y saludado por otros oficiales. (AF).

No hay comentarios:

Publicar un comentario