martes, 30 de julio de 2013

Pintores del Taller de Artes Plásticas


Del Taller Regional de Artes Plásticas de Ciudad Bolívar, fundado por el Instituto de la Cultura y las Bellas Artes (Inciba) creado por Mariano Picón Salas, egresaron promesas del arte visual que el tiempo ha venido desvaneciendo, pero que en sus comienzos figuraban todo un porvenir que apuntaba hacia el horizonte donde estaban brillando con luz propia el santanero Jesús Soto y el upatense Alejandro Otero.
         Por la dirección del  Taller Regional de Arte Plásticas ya habían pasado Dámaso Ogaz y Roberto Olabarrieta cuando cayó en manos de Rubén Chávez, quien no conforme con el taller inauguró una Galería en la cual presentó  el pintor Andrés Fajardo  su sexta exposición.  La primera había ocurrido en 1952 en el Auditorio Simón Rodríguez.  Luego en 1968 en las galerías del Paseo Orinoco.  Al año siguiente expuso en la Galería “Grupo Nivel 17.9 dirigido por Lobelia Guzmán.  Ese mismo año de 1969 expuso en la Casa de la Cultura de San Félix, dirigida por la arquitecto Matilde Castro y seguidamente en la GAP dirigida por Luisa Barroso y Sala de Conferencia de la Escuela de Medicina de UDO, dirigida por David Alizo.  Hasta 1970 su participación fue en colectivas, individualmente comenzó en 1970 trabajando el grabado y el dibujo en plumillas.
         Andrés Fajardo nació en Ciudad Bolívar en 1935.  Desde muchacho se reveló como pintor en el ambiente familiar mientras su hermano Ramón Fajardo buscaba el seminario.  Fajardo, firme en su vocación, iniciaba la aventura del color y el espacio, en busca precisamente de ese reclamo impostergable que no tolera interferencias cuando radica definitivamente en la exacta vocación.
         Fajardo inició sus estudios plásticos en Caracas y Ciudad Bolívar, pero la responsabilidad familiar del hombre roba oportunidad al artista y deja los estudios para dedicarse a la mecánica como medio de supervivencia, pero en una u otra forma no resiste la inactividad vocacional y regresa al hemisferio mágico de la tinta y el color.  Finalmente se muda a El Callao, donde comenzó la aventura de la docencia y la religión inspirado en su hermano internado en los claustro del Vaticano.
Otro que egresó como gran promesa del Taller, fue el pintor José Félix Bello quien expuso en la Galería Alarico Gómez que dirigía la periodista Luisa Barroso. 
José Félix Bello, nacido en Ciudad Bolívar el 5 de diciembre de 1952, después que estudió artes plásticas en el Taller Regional dirigido por Rubén Chávez, viajó a Roma para continuar en la Scuola de  Arte Ornamentale de Gráfica y finalmente en la de Milano.
         El crítico de arte italiano, Emiddio Pietraforte, en el diario “La Notte” de Milano, dijo entonces del joven José Félix Bello es “instintivo y por eso está destinado a no quedar satisfecho con los límites conseguidos.  Es un artista preparado a pagar personalmente, con años de trabajo,  sus mejores experiencias.  La pureza de su alma, la timidez con la cual enfrenta el juicio de la crítica y la seguridad  con la cual, más tarde, defiende su trabajo cuando se trata de hacer comprender a los demás la razón de averiguación formal, me estimulan a detenerme un poco más todavía ante sus obras para tratar de penetrar, con mi cultura,  un poco decadente de europeo, en este su mundo futurista compuesto por aire dividido en espacios calculados en líneas trazadas en succión arquitectónica y en proyecciones absolutamente perfectas de llenos y vacíos”.

         José Félix Bello, por razones de sobrevivencia debió hacer mutis en el escenario de la plástica y alejado de su arte de abstracción geométrica y se dedicó a las faenas del campo.

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