jueves, 25 de julio de 2013

Nueva especie de mosquito



En 1971, la Entomología, ciencia que estudio los insectos, debió integrar a su extensa colección una nueva especie de mosquito del que científicamente nada se sabía.
Se trata de una especie de “Culex” (Melanoconion), descubierta por la entomóloga Mercedes  Quiroga (en la foto), profesora de la escuela de Medicina del Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente, fallecida recientemente.

Una revista brasileña de Biología se ocupó del descubrimiento o del trabajo realizado por  la profesora en la Sección de Entomología del Departamento de Parasitología y Microbiología de la Escuela de Medicinas de la UDO La especie descubierta la dedicó la profesora al doctor  Bernardo Ronderos, entomólogo de brillantes trayectorias en la Argentina.
           La profesora Quiroga, quien además de científica es poeta fundadora de la Casa de la Cultura, preparó una bibliografía referente a investigaciones sobre el mosquito transmisor de la leishmaníasis.  La novedosa  especie la capturó en un remanso del río Orocopiche de esta ciudad, donde se observaron algas y basuras en gran cantidad.
           En términos generales, los mosquitos pertenecen a las casi 2.700 especies y 35 géneros  de insectos de dos alas incluidas en la familia Culícidos. Se han encontrado desde los trópicos hasta el círculo polar ártico, y desde las tierras bajas hasta las montañas más altas.
           Las hembras poseen un aparato bucal largo y adaptado para perforar y succionar la sangre. El de los machos, que se alimentan de néctar y agua, es rudimentario. Las hembras atacan principalmente a los animales de sangre caliente. Cuando muerden inyectan en la herida un poco de su fluido salivar, causando hinchazón e irritación. Muchas especies son transmisoras de enfermedades como la malaria, la fiebre amarilla, el dengue y la filariasis.
            Los mosquitos hembras depositan sus huevos en el agua: unas especies lo hacen en agua corriente y otras en charcas de bosques, pantanos, ciénagas o estuarios.
            Los mosquitos son más abundantes en las regiones templadas. Ciertas especies son responsables de la propagación de enfermedades; varias especies del género Anopheles transmiten los protozoos causantes de la malaria.
             La especie Aedes aegypti, que transmite el virus causante de la fiebre amarilla, es común en las regiones tropicales. Para controlar las poblaciones de mosquitos se han utilizado insecticidas, así como la desecación de los humedales o charcas donde ponen los huevos. Seguramente los que más se conocen en el mundo cotidiano por su nombre científico son los géneros Anopheles y Aedes, por ser transmisores de enfermedades.
              No todos los mosquitos chupan sangre, pero sí todos los miembros de la familia de los culícidos  Una de las causas de que se luche tanto contra los mosquitos es que tienen la costumbre de chupar sangre de todo tipo de animales, nosotros incluidos, lo que los convierte en peligrosos propagadores de enfermedades.
            Las hembras de los mosquitos son chupadoras de sangre, no precisamente para alimentar pues su alimento es el néctar. Lo hacen como un suplemento para el desarrollo de sus huevos. O sea que necesitan algunas sustancias como el hierro y proteínas de la sangre para el crecimiento de los huevos.
           Una de las razones por las que los mosquitos son transmisores de enfermedades es que cuando pican a un animal para extraerle sangre, inyectan un poco de saliva dentro del animal.
            A los mosquitos no les gusta mucho el calor, así que durante el día descansan en zonas frescas, esperando la noche para alimentarse, aunque algunos ya al atardecer comienzan a molestar. Los mosquitos generalmente viven entre 10 y 15 días. Al parecer depende mucho de la temperatura ambiente, cuando más alta, menos viven.   (AF)
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