viernes, 5 de julio de 2013

Petroglifos del Yuruary


La misma expedición de estudiantes y profesores universitarios que en abril de 1965 descubrió los petroglifos de Guri; así como material de cerámica y un cadáver de la época pre-colombina, realizo posteriormente (1968) importante hallazgo, de la misma naturaleza, en una zona de la cuenca del río Yuruary, a diez kilómetros de Guasipati.
 Adrián Lucena Goya, Oscar Carrizales. Roselia Ortiz y Alfredo Inaty, integraban el equipo expedicionario de arqueología  de la Escuela de Antropología  de la Universidad Central de Venezuela.
En esta zona, localizada gracias a la colaboración del minero calloense Jorge Griffin, no fue explorada con la misma dedicación empleada en Guri; sin embargo, encontraron grabados en rocas, muchos de los cuales estaban desapareciendo por la acción erosiva de las aguas del Yuruary que durante el invierno suben hasta allí.
 Se trataba de rostros o mascarones que según Alfredo Inaty resultaban difíciles de precisar en cuanto a su origen y fin, pero que comparados con los de Guri, presentan una técnica completamente distinta.  Consideraban  difícil determinar cuál de los petroglifos –si los de Guri o los del Yuruary- eran más antiguos, pero aseguraban que ambos son pre-colombinos. Inaty era de la opinión cuando lo entrevistamos, que valía la pena organizar una expedición como la que fue a Guri para explorar bien esta zona.
El Gobernador de entonces, no recuerdo si Luis Raúl Vásquez Zamora o Rafael Sanoja Valladares, entusiasmado por los descubrimientos en Guri hacía tres años, ofreció (todo quedó en ofrecimiento) crear un centro de investigaciones antropológicas de acuerdo con la Escuela de Sociología  y Antropología  de Caracas, igual a los que funcionan  en los Territorios Amazonas y Delta Amacuro, Estado Lara, Zulia y Nueva Esparta. Es decir, no solamente para excavaciones arqueológicas, sino también para el estudio lingüístico, etnográfico, folklore, sociología rural y urbana del Estado.
Desde finales de la década del 60 hasta mediados de los 80 se registró la mayor investigación de petroglifos en la región Guayana, el Alto Orinoco, el Bajo Caura, el río Yuruary, los Saltos de la Candelaria y en mayor cercanía a Ciudad Guayana los localizados en la zona de Arimagua en el río Caroní y en el cañón de Nekuima actualmente sumergido bajo las aguas del Lago de Guri fueron los lugares con mayor profusión de petroglifos.
Actualmente, muchos de los petroglifos rescatados se encuentran en museos de Caracas, en el Museo de Ciudad Bolívar, en Museo Bellas Artes y el Parque Los Caobos; otra parte se distribuyó para la exposición de arte permanente en la presa hidroeléctrica Simón Bolívar.
Según el doctor Eduardo Jahn, Guayana es la región de Venezuela más rica en Petroglífos.  Él estuvo durante años dedicado a localizarlos y a mí me tocó acompañarlo a cierta locación durante un fin de semana  a 25 minutos por lancha desde San Pedro de Las Bocas y luego de trasponer varios y peligrosos raudales.
Orientados por el experto minero Carlos Amaya y el brasileño Eugenio Tomas, el doctor Eduardo Jahn y este periodista llegamos hasta lugares distantes uno del otro para reseñar dos petroglífos a punto de desaparecer bajo el represamiento de las aguas del Caroní..
Se trataba de un rostro con radiales y de las figu­ras del Danto, interesantes desde el punto de vista arqueológico y por el hecho de haber sido hechos por personas muy antiguas en regiones despobla­das y de muy difícil acceso.

Naturalmente que no son petroglifos de la misma importancia técnica y estilística del petro­glifo denominado "Los Tres Indios", hallado hace tiempo a una hora de camino de Caicara hacia La Urbana, pero como ya se ha señalado tiene valor arqueológico.  

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