domingo, 6 de julio de 2014

GIOVANNI GONZALEZ: PERIODISTA CRUDO Y FRONTAL

El periodismo crudo y frontal, ajeno a toda complacencia y eufemismos, tiene su costo, a veces exagerado como el ejercido por el colega Giovanni González, periodista barquisimetano trasplantado a Ciudad Guayana para sustituir al ilustre colega soledadense Fernando Reyes Maita, en la Corresponsalía de El Nacional. Giovanni nunca tuvo aguante para soportar los evidentes actos de corrupción y los desmanes cometidos por funcionarios del Gobierno o fuera del mismo. Los denunciaba con pelos y señales por El Nacional o por algún programa de radio. Ramón J. Velásquez y después Arturo Uslar Pietri no sabían qué hacer. Frecuentemente les llovían quejas en la dirección del periódico. El gordo Carlos Artega, el attaché de Cardozo Nilo en el famoso Yorako y distribuidor insigne de El Nacional, solía contar con franca hilaridad las anécdotas del colega. Giovanni, nervioso, inquieto, sanguíneo, saltaba repentinamente desde su asiento frente a la máquina de escribir y gritaba a pulmón batiente: “Paredón para los corruptos”, y se volvía a sentar para proseguir su faena tecleando la información del día, muchas de ellas, “tubazos” para la competencia. Sus colegas de Ciudad Guayana que furtivamente aprovechaban su ausencia de la corresponsalía para distraer a la secretaria y hurtar sus informaciones, fueron burlados por Giovanni cuando un día inventó una información de primera plana y la dejó en la máquina. Al siguiente día algunos periódicos locales abrieron página y se formó el escándalo. Sus colegas de Ciudad Guayana querían lincharlo y más los funcionario afectados que elevaron la queja hasta la cúpula de Puerto Escondido. El director del diario El Nacional, doctor Arturo Uslar Pietri y el Jefe de Información, José Luis Mendoza, para aliviar un poco la carga, dispuso enviar para Ciudad Guayana al corresponsal de Ciudad Bolívar y viceversa al terrible Giovanni, quien aceptó sin protestar, pero tampoco en la ciudad capital lo aguantaron mucho tiempo, de manera que Giovanni aprovechó la oferta del Diario de Oriente de Puerto La Cruz para fundar la Corresponsalía en la Isla de Margarita. Allá fue a tener con su mujer Elena Campero. Se residenció en Porlamar e hizo carrera como inquieto reportero de calle. Colaboró con Iván Cardozo Yánez en la fundación del Sol de Margarita y culminó en el diario La Hora. Su trabajo periodístico se acentuó en la denuncia y reclamo social de los sectores preteridos de Porlamar, lo que lo llevó a ser uno de los favorecidos con el voto popular en unas elecciones municipales. Por, lo tanto, llegó a ser concejal del Municipio Mariño, haciéndose dueño de dos trincheras, el periódico y la tribuna edilicia. Pero Giovanni González estaba sentenciado por sus adversarios y un mal día fue víctima de una emboscada. Lo agredieron, lo apalearon como ocurrió con Leoncio Martínez (Leo) en tiempo de la dictadura de Juan Vicente Gómez. Lo agraviaron sangrientamente por denunciar sistemáticamente la corrupción con nombre y apellido, nadie fue preso. La impunidad cantó victoria una vez más y lo dejó maltrecho, tan maltrecho que no pudo levantarse jamás. El primero de agosto del 2004 falleció a la edad de 64 años, pues irónicamente había nacido el 15 de febrero de 1940, aniversario del Mensaje de Bolívar al Congreso de Angostura, invocando la libertad en todos los aspectos de la vida ciudadana, invocando la moral y la justicia. (AF)

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