martes, 20 de marzo de 2012

Después de la muerte de Gómez

El 21 de febrero de 1936, el pueblo de Caracas salió a la calle para pedir una limpieza del gomecismo en los estrados del poder, así como contra los trágicos sucesos del 14 de febrero en la Plaza Bolívar, que provocó una manifestación de la Federación de Estudiantes hasta el Palacio de Miraflores. En Ciudad Bolívar se realizó un funeral en honor de los caídos oficiado por el Canónigo Lectoral Pbro. J. M. Guevara Carrera.  Ese mismo día el jefe civil José Barceló dictó un decreto prohibiendo las manifestaciones.

Tan pronto cayó el dictador Juan Vicente Gómez, la prensa se desbordó. Era algo así como un río reprimido que de pronto le abren las compuertas, por lo que el presidente Eleazar López Contreras se apoyó en un pasaje del Mensaje al Congreso de Angostura, de Jean-Jacques Rousseau, escritor, pedagogo y filósofo suizo, citado por Bolívar, según el cual la libertad es un alimento muy suculento que ingerido sin control se corre el riesgo de la intoxicación, por lo que se vio obligado a establecer la censura que tanto odian la prensa y los lectores que se sienten con derecho a saber todo lo que ocurre en la nación. De manera, en el caso del estado Bolívar, el Gobierno designó una Junta de Censura integrada por J. M. Agosto Méndez, Luis Felipe Vargas Pizarro y José Gabriel Machado. Esto obligó a que la prensa sacara en recuadro lo siguiente: “Este periódico está visado por la censura”.

Sobre cómo se debía conducir la política de calle en el proceso de transición del gomecismo a la democracia, hubo posiciones reciamente enfrentadas entre los universitarios que parecían llevar la batuta de los acontecimientos que concluyeron en una división de la Federación de Estudiantes de Venezuela, presidida por Jóvito Villalba, y que dio lugar a la separación de un grupo que luego bajo la dirección de Rafael Caldera adoptó el nombre de Unión Nacional Estudiantil (UNE). La Seccional de la FVE en Ciudad Bolívar, presidida por Héctor Guillermo Villalobos publicó un manifiesto de adhesión a Jóvito Villalba.

Entre tanto comenzaban a regresar los exiliados, entre ellos el bolivarense doctor Félix Montes, quien fuera lanzado desde las páginas de “El Pregonero” por el periodista Arévalo González, como candidato a Presidencia de la República para el período 1914-1919, contra las aspiraciones continuistas del general Juan Vicente Gómez. A raíz de la persecución del dictador, el doctor Montes debió exiliarse en 1913 y ahora tras la muerte del dictador regresaba, después de 23 años fuera de Venezuela y de su tierra bolivarense. El doctor Félix Montes, abogado, profesor universitario, escritor y político era hijo del educador guayanés Ramón Isidro Montes y había nacido en Ciudad Bolívar en 1878.

Desaparecida las revista Oriflama y Orinoco, los jóvenes absorbidos por los nuevos acontecimientos políticos, pensaron  organizarse y editar un órgano periodístico para concienciar a los guayaneses. Así apareció el semanario “La Ley”, órgano  de la Sociedad Nacional Democrática, bajo la dirección del escritor César Gómez Redilis, J. M. Gómez Rangel y Luis A. Key. Esta sociedad se refundó después con el nombre Unión Nacional Republicana.

La nueva publicación da cuenta y respalda una huelga de obreros mineros en El Callao, contra la compañía New Gold Fields of Venezuela LTD, exigiendo  aumento de salario.

La oportunidad fue propicia para que Florentino Montes fundara la primera Escuela Nocturna de Varones en el edificio de la Granja, patrocinada por el Centro Unión Caleta, con el nombre de “Manuel Flores Betancourt”, quien fue un gran luchador contra el flagelo de analfabetismo

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