miércoles, 4 de junio de 2014

Demolición de la Plaza Farreras


Ascensión Farreras, “Ilustre prócer de la independencia americana”, tenía en el centro de Ciudad Bolívar una plaza con su nombre, construida a comienzo del siglo veinte, pero que el 21 de enero de 1988 fue arrasada, incluyendo sus onces árboles, para darle paso a un estacionamiento, ahora convertido en lavadero y rodeado de buhoneros.
         A los reclamos de la ciudadanía, la Oficina Técnica del casco urbano y Mindur, responsabilizaron al gobernador  Pablo Gamboa Rivero, quien contra viento y marea sostuvo la orden de derribar los árboles para convertir la plaza en estacionamiento público no obstante uno cercano para 200 vehículos, construido por el ex gobernador Edgar Vallée Vallée.
         La arquitecta Elisa Rodríguez Landaeta, de Mindur, se opuso a la eliminación de esos árboles toda vez que el diseño de intervención de la Plaza, aprobado por su oficina los preservaba, pero la terquedad del señor gobernador pudo más y se hizo de tal forma que la ciudadanía no se dio cuenta a tiempo para evitarlo.
         La funcionaria de Mindur expresó en esa oportunidad que el grave error podía enmendarse reforestando la plaza sin evitar que estacionen los autos, pero la ciudadanía opinaba que la enmienda debía ir más allá impidiendo definitivamente el parqueo de vehículos. Los más afectados sentimentalmente parecían los hermanos González, de la Licorería El Sordo, dada su contemporaneidad con la plaza.  Por su parte, Diógenes Troncone Sánchez, muy indignado, expresó que lo ocurrido con la plaza Farreras es el colmo de la ignorancia y aunque el ciudadano común se exprima el seso, no encontrará una explicación sensata a la destrucción de uno de los pocos  espacios verde del centro de la ciudad, además de ser monumento público que honraba a un soldado de nuestra independencia como lo fue el General Ascensión Farreras.
         Ascensión Farreras era un angostureño, hijo de esclavos, que se enroló en el ejército libertador y participó en varias de las acciones militares que se liberaron desde el Orinoco hasta el Perú.
         Don Félix Farreras, el primer abogado que tuvo la ciudad, adquirió dos negros procedentes del Esequibo, de nombres Melchor Ambrosio y Juana Nepomucema y por consentimiento de ambos hizo que el Cura parroquial Fray José Moreno los casara el 16 de agosto de 1770.
         De esa unión nació Ascensión Farreras diez años después (1780), adoptando el apellido de los amos de sus padres. Los hermanos Félix y Matías Farreras fueron miembros de la junta Provincial que en Guayana siguió el ejemplo de la Junta Suprema de Caracas para gobernar en nombre de Fernando VII. Gobernaba entonces Felipe Iniciarte y al renunciar, el doctor Félix Farreras fue designado Intendente de la Provincia y su hermano Matías jefe de la guarnición con el rango de coronel. La junta apenas duró 23 días, al cabo de los cuales se disolvió para reconocer al Concejo de la Regencia como único y legítimo representante de Fernando. Farreras, no obstante, quedó encargado del gobierno hasta 1815 y persiguió a los angostureños que se manifestaron a favor de la junta suprema de caracas.
         El poder político de los Farreras facilitó el ingreso de Ascensión Farreras a la Guarnición de la provincia que para entonces contaba con 350 plazas.
Farreras comandaba dos Flecheras realistas durante la conquista de Guayana y tal como posteriormente lo hiciera su paisano Tomás de Heres en el sur con el Batallón Numancia, se pasó con ellas al bando patriota, reforzando así las escasas unidades de las Fuerzas Sutiles del Orinoco comandadas por el Capitán margariteño Antonio Díaz. Dentro del Ejército patriota hizo carrera militar llegando a participar en la campaña del sur.

         

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