jueves, 2 de febrero de 2012

Servicio de autos hasta El Callao 1916




El mes de abril fue novedoso para la ciudad pues se inauguraron los viajes en automóvil hacia el interior del estado. La empresa de transporte Navarro & Carrillo puso el servicio de vehículos de pasajeros Ciudad Bolívar-Guri- Upata-El Palmar-Guasipati-El Callao.
Salieron cincos automóviles a las 9:15 de la mañana. Pasaron la noche en el hato El Caruto, 29 leguas distantes de la ciudad, luego de llegar a las 6:00 de la tarde. Atravesaron los ríos Marhuanta, Candelaria, Río Claro y Tocoma y varios Morichales. Los caminos fueron entonces reportados como absolutamente malos. Grandes trayectos arenosos en los cuales los automóviles se atascaban por lo que había que tirarse a tierra, descargarlos y llevarlos a rastras hasta terreno firme. Pasaron el río Caroní la mañana del día 25 a bordo de una gabarra. A las 8:00 de la noche llegaron al Hato Puedpa del general Juan Fernández Amparan y el 27, luego de tres días penosos ya estaban en El Callao. Un año después esta distancia fue reducida a 13 horas por un Studebaker de Fluoduardo Díaz
Más que hoteles, en la Ciudad Bolívar de 1916 abundaban las posadas, unas más importantes y familiares que otras. La más popular era la posada La India, al lado de la Botica Vargas, calle Dalla Costa, propiedad de Barbarita Enet de Pérez.
El Hospital Ruiz y Mercedes se sostenía prácticamente con los beneficios de una lotería que auspiciaba y los parroquianos, la llamaban Lotería de los Hospitales, cerca funcionaba el consultorio quirúrgico del médico Juan Manuel García Parra, hermano de Luis García Parra, músico, que vendría a ser el padre del pintor Jesús Soto.
Este médico tenía un hato y creyendo, según la conseja, que en esas tierras podía haber petróleo hizo la denuncia al igual que otros ganaderos, entre ellos, el presidente del estado, Marcelino Torres García. Nacionalmente se había divulgado la noticia según la cual el petróleo existe en muchos lugares de Venezuela y que los yacimientos más resaltantes eran los de Cumaná, Pedernales, Maracaibo, Táchira, la Goajira, Delta del Orinoco y Betijoque.
Atraído por la bulla del petróleo y también del oro, muchos cayeneros fugados habían llegado a la ciudad y se refugiaron en el abandonado Convento San Francisco de la hoy llamada Plaza Centurión. Allí moraba uno de ellos que se camuflaba bajo el criollo nombre de Antonio José Pérez. Era nativo de Argel y para arraigarse en la tierra y no tener problemas con la justicia, aunque terminó teniéndolos, se casó con la guayanesa Nieves Velasco, quien fue víctima mortal del criminal argelino.
Eso ocurrió en febrero 16, día en que la prensa anunció también el fallecimiento del hijo del poeta Andrés Mata, director de El Universal. Murió en El Escorial, España. Andrés Mata vivió a finales del siglo diecinueve en Ciudad Bolívar junto con el novelista J.M. Vargas Vila, ambos recordados en los Juegos Florales realizados por primera vez en Caracas, promovidos por La Revista, semanario de arte y literatura, dirigida por Luis Alejandro Aguilar.
Esos Juegos Florales que después se realizaron también en el Teatro Bolívar de Ciudad Bolívar, eran prácticamente certámenes como los de ahora, sólo que los premios no eran en metálicos sino con flores. Así en los de Caracas, en el renglón Poesía, fue premiado con una flor natural equivalente al primer premio, el poeta Udón Pérez. La Gardenia de Oro fue adjudicada a Juan Santaella y la Violeta de Oro a Alejandro Fuenmayor. En Historia la ganó Eloy González y en Cuento correspondió a Rafael Bolívar Coronado. Los Juegos Florales tienen su origen en Tolosa (Francia). (AF)

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