martes, 17 de diciembre de 2013

Colonia norteamericana en Guayana


En 1865, el Gobierno de Venezuela concedió al norteamericano Henry Price, para ser colonizada por confederados de Estados Unidos, 240.000 millas cuadradas de tierras.
El 13 de setiembre de 1865 J. M. Álvarez de Lugo, en su condición de ministro de Fomento  en representación del Gobierno del Presidente Falcón, concedió al norteamericano Henry Price y a sus asociados, el derecho de formar una Compañía para la colonización de terrenos bal­díos que existen en el Estado de Guayana y parte del hoy Estado de Amazonas.
El Gobierno concedió a los colonos todos los derechos y privilegios de ciudadanía un año después de adquirido su domicilio y naturalización: perfecta libertad religiosa, de imprenta y de palabra; representación en el Congreso conforme al censo que debía levantarse cada cinco años; nombramiento de funcionarios locales en ciudadanos de los Estados del Sur por naturalización; exención de todo impuesto por cuatro años además de privilegio exclusivo sobre todas las tierras no ocupadas que existen a Sur del 8° de latitud Norte sobre el río Orinoco y límites de la Nueva Granada.
Luis Roncajolo, en su libro “El Orinoco y sus afluentes” dice,  hablando de la concesión,  que "el 13 de se­tiembre de 1865 se publicaron las condiciones y se or­denó que la Aduana de Ciudad Bolívar, del Tesoro Público, destinara diez mil pesos para ser entregados a cincuenta norteamericanos en los términos que le acuerda la Junta Económica de Hacienda de Guayana, con cargo a Gastos Imprevistos".
Después de algunos inconvenientes en Nueva Orleans, el capitán Frederick Johnson y cincuenta colonos abando­naron el Mississipi, dando comienzo al viaje en la balandra “Elizabeth”. Tras cruzar la barra del Mississipi y luego de vientos 'fuertes, borrascas, calma profunda, llegaron a Ciudad Bolívar en la mañana del 15 de marzo de 1867.
En Ciudad Bolívar los recibieron el cónsul de Es­tados Unidos, John Dalton, funcionarios de la Aduana  y el presidente del Estado, Antonio Dalla Costa (en la foto), quien intervino para hacerles grata su estada en la capi­tal del Orinoco.
La inmensa extensión de terreno concedida a Henry Price fue bautizada con el nombre de “Price Grant” , pero en vista de que Price no disponía de dinero suficiente para hacer efectivo el proyecto colonizador, se asoció con un grupo de ingleses encabezado por Frederick Pattison. Hubo nuevos estudios, dilaciones de todo tipo, mientras el contingente de confederados, sin atención al­guna en Guayana, comenzó a padecer inclemencias por las cuales muchos se vieron obligados a regresar a Estados Unidos. Era evidente el fracaso y más cuando se supo que el Ministerio de Inmigración de Gran Bretaña, puso el proyecto de un lado.
El Presidente del Estado, Juan Bautista  Dalla Costa, en 1870, se refirió a los colonos en su informe presentado a la Asamblea Legislativa en los siguientes términos: "De los inmi­grados norteamericanos que se establecieron en la montaña inmediata a  Barceloneta (La Paragua) en 1867, queda una familia que es un modelo de laboriosidad. La robustez y la salud de que goza cada uno de sus miembros y el bienestar que se ha proporcionado con la sola fuerza de tres hombres en aquellas lejanas soledades, es otra prueba de que no son irrealizables las empresas de colonización proyec­tadas y que tanto interés tienen para el Estado. Esta familia puede ser­vir de base a la inmigración que se establezca en Barceloneta y con su estímulo y ejemplo y los recursos con que los empresarios o el Gobierno los auxilien al llegar a nuestro suelo, fácil les será alcan­zar el éxito feliz que ha coronado los esfuerzos perseverantes de aquella"



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