
El protagonista en las tradicionales comparsas de  Navidad y Año Nuevo era en la ciudad el negro
Alejandro Vargas.
Era único con su voz y su guitarra y durante las fiestas populares resplandecía
su ingenio de artista popular en los típicos conjuntos de reminiscencia india
de culto de los animales como La
 Burriquita , el Sapo o el Pájaro Piapoco, en las que lo
seguían  la inquebrantable devoción de
Rafael Martínez, Chicha Arias, Emenengilda Flores, las hermanas Marías, Matilde
y Julia Farfán, los hermanos Pantojas, los hermanos Tabare y la
  Negra  Pura , bailadora de La Burriquita. 
Luis Tovar, pariente de Margot
Tovar Guerra, la madre de Héctor Guillermo Villalobos, no bailaba la burriquita
sino que montaba una de verdad mientras iba pasito, pasito cantando  y rasgueando su guitarra  española, caminando la ciudad de un extremo a
otro, vestido de impecable liquiliqui, con sombrero muy calado y muchas veces
montado en su borrico, del Mercado al Morichal y de Perro Seco al Tapón,
cantando, tocando aguinados y bambucos de honda nostalgia, valses de lento
dolor y jarabito mexicano, casi siempre en parranda o serenata ventanera, con
luna, paliza y ron al igual que lo hiciera después Alejandro Vargas.
            Desde
que la Negra  Pura 
murió nunca más se bailó La
 Burriquita  en la ciudad. 
Los parroquianos dicen que  “se
fue pa´l otro lado”.  Es decir, para
Ciudad Guayana donde  quedó en las buenas
manos del reportero gráfico  Antonio
“Típico” García.
Dentro del
folclore venezolano, el baile de  La Burriquita  se tiene
como una fiesta típica de las tradicionales fiestas de diciembre y carnaval. En
la representación, una persona se disfraza con un armazón de madera, imitando a
una burrita. Se viste de mujer, colocándose una falda ancha de alegres colores,
una blusa generalmente blanca y un sombrero grande de cogollo. Cuando el baile
comienza, el personaje hace de jinete y baila al compás de un joropo, hace
diversas piruetas, e imita los sonidos propios del animal. Luego, se dedica a
pasear por las calles recorriendo las casas de los lugareños, y propiciando
momentos de jolgorio. El sonido de las maracas, el violín, la guitarra, el
cuatro y el tambor anuncian su llegada en medio de la algarada levantada por la
chiquillería. 
La danza
comienza cuando la música suena  y el
coro de muchachas que en Oriente llaman “guarichas”,  entonan:   Ya
viene la burriquita / ya viene domesticá / no le teman a la burra / que no es
la burra maniá. / Aquí está la burriquita / que viene de Pampatar / no pudo
venir mas antes / porque no tenía bozal  / Ay sí¡ Ay no../ Mariquita me regaló / un
canario que cantaba / los versos del Niño Dios. / 
Ya se vala Burriquita ,
/ se va buscando relevo./ Si yo vuelvo aquí otra vez, no la haré sin cantos nuevos. 
Ya se va
El amigo Antonio “Típico” García heredó sin
saberlo esta ya desaparecida tradición de Ciudad Bolívar y la enraizó en Ciudad
Guayana.  Él ha venido  representado al personaje cuadrúpedo desde
1948 y se ha hecho tan popular que es frecuentemente es llamado de otros
estados. Fue invitado al
1er Encuentro Nacional de Burriquita que tuvo como sede Santa Teresa del Tuy
del estado Miranda.  El municipio Paz
Castillo rindió con un festival de burriquitas homenaje a su patrona Santa
Lucía el 12 de diciembre y allí estuvo Bolívar representado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario