miércoles, 17 de abril de 2013

Existencia de uranio en Bolívar

B1TOPICOS


En 1971, técnicos canadienses, con el apoyo de empresas venezolanas, verificaron la existencia de uranio al sur del estado Bolívar.
La información se obtuvo por boca del ingeniero Miguel Bezara, asesor del director de Minas, quien señaló que el estudio de elementos radiactivos al sur del estado se venía realizando desde hacía año y medio.
Se trataba de un control geológico general para localizar las zonas. El reconocimiento se hacía por aíre y por tierra. El asesor del director de Minas vino a Ciudad Bolívar entonces para procurar la ayuda de la Gobernación a fin de continuar exploraciones de minerales básicos como oro, cobre, plomo y zinc en la zona del Potosí, en la región de El Dorado.
El ministro de Minas acababa de introducir al Congreso una solicitud de créditos por la cantidad de 45 millones de bolívares destinados en su mayor parte al catastro mineros y exploraciones de diamantes y otros minerales al norte del estado Bolívar.
De acuerdo con la interpretación preliminar de los técnicos de la Dirección de Geología y Minas, se estimaron once posible fuentes de uranio.
Los datos obtenidos mediante vuelos; de radar lateral, así como magnéticos y radimétricos, permitían investigar y desarrollar un posible potencial económico-minero de unos 300.000 km2. Once zonas que podían ser posibles fuentes de uranio y tres áreas que por su alta radioactividad y su coincidencia con los valores magnéticos anómalos, se manifestaban de gran interés geológico minero.
Los resultados preliminares obtenidos al sur del paralelo sexto, permitían afirmar que con ellos se abrían nuevos horizontes si era que el posible potencial económico minero a desarrollar abarcaba unos 300.000 kilómetros cuadrados.
La exploración se inició en 1971, hasta entonces se ignoraba que existiera al sur del paralelo 6° del territorio nacional, una cartografía adecuada que sirviera de base para comenzar la exploración racional y planificada de una vasta porción del país que cubre aproximadamente 300.000 km2. Salvo algunas franjas de fotografías aéreas en ciertas zonas y croquis diversos de exploraciones, no había una base cartográfica ni geológica adecuada que permitiera el arranque de una exploración sistemática en esa zona de Venezuela.
Fue en 1971 cuando el Gobierno Nacional dio el primer paso decisivo para lograr la información cartográfica al sur del paralelo 6°. Este paso ocurrió en diferentes etapas siguiendo un orden establecido y previamente estudiado. Primero, se comenzó con el levantamiento aero-fotográfico por el método SLAR o radar lateral. Esto permitió la obtención de mosaicos aéreo-fotográficos a escalas variables entre 1:100.000 a 1:400.000. Estos mosaicos además de servir de base cartográfica en el Territorio Amazonas, donde las condiciones climáticas de nubosidad permanente siempre habían impedido la toma de fotografías aéreas de tipo convencional, sirvieron como estructura preliminar para las interpretaciones geomorfológicas del área. La segunda etapa consistió en la interpretación del material, De estas interpretaciones se obtuvieron valiosos datos en el aspecto geográfico, suelos, vegetación, fisiografía y drenaje, geología estructural, estratigrafía y otros.
La tercera etapa comenzó con la ejecución de vuelos magnéticos y radimétricos con equipo geofísico: especializado. Este tipo de prospección aérea que consiste en las mediciones del campo magnético y de las radiaciones, producen la información básica para la interpretación de estructuras, diferenciación de unidades litológicas y localización de cuerpos magnéticos; así mismo se pueden ubicar fuentes de radiación que resultan posibles yacimientos.
Lo cierto es que desde 1971 se sabe de la existencia de uranio, materia prima nuclear, y otros minerales importantes al sur del estado Bolívar y ello en estos tiempos ha abierto los ojos de países como Irán y Brasil que vienen ligando concesiones en Venezuela

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