lunes, 8 de abril de 2013

El furor del babandí

B1TOPICOS

El 13 de mayo de 1968, laboratorios africanos manifestaron estar interesados en obtener la planta de babandí de Upata, si de veras contiene propiedades afrodisíacas, para comprar grandes lotes o establecer un convenio de intercambio con animales de la fauna africana.
El doctor Armando Michelangelli, vicepresidente del Instituto de Obras Sanitarias, acompañado del doctor José Sandoval, director de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas, visitó el paraje montañoso de Copapuycito con miras al establecimiento de un Motel y Parque de Recreación.
En esa ocasión dio a conocer la visita que le hizo en su despacho un ciudadano inglés con el objeto expreso de tratar la posibilidad de un convenio con el Estado venezolano para la explotación de las raíces de la planta babandí, cuyas propiedades afrodisiacas había divulgado la prensa nacional e internacional.
El ciudadano, de nacionalidad inglesa, manifestó estar en conexión con laboratorios africanos muy interesados en investigar, analizar y procesar con fines comerciales las propiedades medicinales de esta exótica liana de las montañas del Yocoima. Habría ofrecido pagar en dinero o bien con animales de la fauna africana. El intercambio con animales dijo que sería muy bueno porque se aumentarían las posibilidades cinegéticas de Guayana
El viceministro no llegó a concertar acuerdo alguno porque el tema no era de su competencia, pero lo remitió al Ministro de Agricultura y Cría quien prometió estudiar más a fondo el asunto.
Por su parte la Dirección de Planeamiento del Ministerio de Obras Públicas inició en esos días estudios técnicos para la construcción inmediata de un motel y parque de recreación en la zona del embalse de Copapuycito, a cuyas aguas la gente atribuye efectos reconfortantes por estar en contacto con la planta de babandí.
Con el fin de acelerar el proyecto se unió a los funcionarios de Planeamiento del MOP el arquitecto Manuel Silveira Blanco, el jefe de la zona del MOP, ingeniero José Luis Bruzual y el Dr. Alberto Mancini, jefe de la zona del INOS, y los concejales José Díaz y Luis Marcó Méndez.
La visita despertó entusiasmo en Upata e inmediatamente fue asociada con el babandí, planta afrodisíaca que abunda en la región y la cual se estaba convirtiendo en factor importante de atracción turística.
Sin embargo el doctor Sandoval, al ser preguntado por el periodista si el proyecto de la oficina de planificación tiene algo que ver con la “planta del amor” que abunda en Copapuycito, eludió el tema afirmando que “es política del Gobierno Nacional convertir las presas y sistemas de riegos que construye, en parques de turismo y recreación, aprovechando no solamente los recursos hidráulicos sino también los naturales. Es propósito en este proyecto complementar las instalaciones de la Presa Copapuycito, con un buen albergue y un parque de recreación rodeado de colinas, a poca distancia de Upata, con una vegetación exuberante y dotado de un clima muy agradable. De acuerdo con los técnicos estas condiciones naturales del lugar resultaban ideales para el proyecto que se proponían. Sin duda un escape espiritual no solamente para la congestionada zona del hierro sino también para turistas de otras partes de Guayana y Venezuela entera.
Los funcionarios prometieron comenzar en seguida el proyecto turístico que no solamente sería para reposo sino también un lugar para la recreación activa mediante la actividad del deporte acuático, la cinegética y la pesca.
En 1968, llegaban cada día a Upata una veintena de forasteros en busca de la raíz del babandí donde se creía estaba el secreto del amor. Era el último año del gobierno de Raúl Leoni, por lo que el proyecto no tuvo continuidad.

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