sábado, 18 de agosto de 2012

Comedor Popular Manuel Piar


El Día de la Alimentación, anualmente por el 2 de noviembre, que era obligatorio observar, tenía su centro más notable en el Comedor Popular Manuel Piar que la Revolución de octubre del 45 había inaugurado con beneplácito no sólo de la clase modesta más necesitada de balancear su dieta, sino también de la media.
El Comedor Popular Manuel Piar tenía local propio que compartía con las oficinas del Resguardo Fluvial-Marítimo, contiguo al Mercado Público Municipal (en la foto) convertido hoy en Parque El Mirador con restaurante, anfiteatro y área de recreación pasiva. El administrador era Francisco Acosta Marichal, padre de Agustín Acosta Molero, quien fue director de la Banda Dalla Costa y fundador del Orfeón del Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente.
La comida suficientemente nutritiva podía servirse con menos de 5 bolívares y cualquier obrero, empleado o transeúnte, entraba allí y salía bien papeado para reanudar la jornada del día. Clientes frecuentes eran los caleteros del Orinoco y trabajadores de las tiendas de la calle Venezuela y del Paseo Falcón. Otros, sin embrago, preferían ir al mercado y buscar su plato y su acomodo en una venta de comida muy popular llamada “El Trapecio”.
Trapecio el sitio y trapecio la especialidad, un soberbio sancocho de pescado de lo más creativo y singular. Hervido donde se juntaba toda la sustancia proteica y cerebral de la Ictiofauna orinoquense. Julio Barazarte, como se llamaba aquel Taumaturgo de la cocina trapecista compraba cabezas de la venta de pescado del día, generalmente de morocoto, cachama, zapoara, curbinata y blanco pobre. Las metía en un saco y luego de toletearlas con una macana india apropiada, la sumergía sin sacarla del costal en una palangana de agua hirviente. Allí sujetaba el saco hasta el adecuado punto de cocción y finalmente utilizaba aquella suerte de consomé para preparar el tradicional sancocho de pescado con mucha verdura, ají y presas. De esta manera se lograba el colosal trapecio donde la gente sin temores ni red de protección tomaba vuelo. El plato rebosado costaba medio real y con derecho a repetir.
El frente del antiguo Mercado Principal daba a la calle que bordeaba el Orinoco y terminaba en el Puerto de Blohm donde había un dispositivo tipo orquilla, para retomar la calle (Paseo Orinoco) paralela a los frontales de las edificaciones. En la curvatura de la orquilla estaba situada la Bomba de Gasolina Cosaco. Por el lado oeste del Mercado estaba la calle de servicio que circunvalaba al Mercado teniendo por el norte las instalaciones del acueducto y embarcadero o lugar donde atracaban curiaras y falcas cargadas con los productos de las islas del Orinoco. En su continuación girando hacia el Sur colindaba con las instalaciones del Comedor Manuel Piar el cual era continuo hacia el Este por las Oficinas del Resguardo fluvial. Existía un Samán frondoso que daba sombra frente al comedor. Y más al Sur la plazoleta donde funcionaba la línea de taxi que administraba el popular Paco.
El Comedor Manuel Piar era popular de verdad y tuvo continuidad hasta los años sesenta que desapareció cuando hubo necesidad de remodelar el Paseo y subir la cota del muro que impedía el desbordamiento del Orinoco las grandes crecidas.
A finales de 1980 quisieron revivirlo dentro del llamado programa de revitalización del Centro Histórico y a tal efecto se restauró y adaptó el inmueble de la calle Dalle Costa que el ejecutivo regional había adquirido para los Tribunales de Justicia, pero finalmente debido a los cambios de Gobierno se desistió del comedor y destinó el inmueble a la Escuela Zea.(AF)

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