jueves, 16 de agosto de 2012

Celia Cruz en Ciudad Bolívar


El primero de octubre de 1955, la Radio Bolívar que acababa de ser comprada por el empresario de radio Puerto La Cruz, Antonio José Istúriz fue re-inaugurada con la bendición del Obispo de la Diócesis, monseñor Juan José Bernal Ortiz y se hizo cargo de la dirección, el locutor y periodista José Antonio Fernández, quien previamente y durante quince días estuvo conociendo y estudiando los estudios y mercado de la emisora antes de concretarse la compra. Fitzí Miranda quien sostenía la emisora con los locutores Domingo Maestracci, para entonces director del Grupo Escolar Estado Mérida, Nedo Boccardo, su yerno, José Vicente Cardozo y Tomás Aponte, operadores, comenzó a incursionar en otro ramo, el de los medicamentos, fundando la Farmacia Claret, al mismo lado de la Radio Bolívar.

Así que José Antonio Fernández, cojedeño, con 28 años de edad y con apenas seis años en la radiodifusión debutó como director y puso a vibrar la emisora con novedosos y atractivos programas como “Fiesta Polar” animado por él, junto con Dominguito Maestracci y el chino Oscar Colmenares. Artistas internacionales invitados por Ondas Porteñas extendían su visita a Radio Bolívar, como Tony Aguilar, popular charro mexicano; Juan Legido, estrella de los Churumbeles de España; Olga Llorens, intérprete de bulerías, Héctor Murga, Sergio Sevillano y la guarachera Celia Cruz que entonces tenía 22 años como se ve en la fotografía de esta columna recibiendo flores de José Antonio Fernández en el aeropuerto de la ciudad. Entonces vino con el conjunto cubano La Sonora Matancera, que amenizó un baile en el Club Buena Vista La Piscina. 
Uno de los programas ideado por José Antonio Fernández fue la “Gran Revista Multicolor” con atracciones artísticas nacionales, y locales como el indio Humberto Fernández, África Oraa, Gladis Contreras, Ramón Brito (Cantinflas), “el Mochito” Juan Manuel Sánchez, Juan Antonio La Rosa, siempre vestido de charro cantando música mexicana, el conjunto de los Hermano Tomedes que era todo un show improvisando, Judith Brito quien se inició en la Hora Infantil y el Duelo Carabíos integrado por Jesús Vásquez y Arnaldo Rambert. Para ello la radio contaba con una orquesta de planta dirigida por el trompetista David del Moral.
Algunos de los concursos de la Revista Multicolor eran fijos y otros renovables. El más atractivo que movilizaba un gentío en busca de la botella en el lugar señalado, era el de “La Botella Escondida”, el cual se llevaba a cabo escondiendo una botella de licor llamada “Espadón” producido en Maturín, en una fábrica que se encargaba de pagar la propaganda del programa y también daba el dinero para el premio que consistía en la entrega de cien bolívares y artículos de consumo. El Espadón oculto iba contramarcado.
El portero de Radio Bolívar era un pintoresco personaje que aunque su verdadero nombre era Ramón Guillén, sólo era reconocido como “Cachimbo”. Todos saben que está muerto, que murió hace unos cuantos años no se sabe cómo y dónde. Sólo se sintió su ausencia cuando en las porterías de los espectáculos, los mozalbetes tuvieron éxito con sus cuentos y argucias para burlar al taquillero y al portero colándose sin freno ni admonición. Para el común, Cachimbo nunca tuvo nombre de pila y se duda si el remoquete se lo endilgaron por su figura cachimbuda o si porque los humos de su oficio tan estricto y severamente cumplido se le habían ido a la cabeza. Si estuviéramos en Perú quizás habría tenido mayor justificación porque Cachimbo le dicen allá a los gendarmes y el Cachimbo angostureño era todo un guardián montado en la puerta.(AF)

No hay comentarios:

Publicar un comentario