martes, 14 de agosto de 2012

Carretera El Dorado-Santa Elena


El 5 de junio de 1954, comenzaron los trabajos de trazado y construcción de la carretera El Dorado-Santa Elena de Uairén, sin duda una gran vía de penetración hasta la orilla de la frontera con Brasil y al frente de la cual estuvo inicialmente el ingeniero Luis Entrena, comisionado especial del Ministerio de Obras Públicas.

Antes de llegar a la Piedra de la Virgen en el kilómetro 88, se formó una comunidad de agricultores que al comienzo había sido menguado caserío donde el Brujo Abilio se hizo famoso curando enfermos con raíces, ungüentos de ofidio y oraciones.

El ingeniero Entrena abandonó la ejecución de la obra en 1958 por razones económicas y estuvo paralizada hasta 1963 cuando fue encomendada su continuación o prácticamente su realización total al servicio de ingeniería del ejercito, misión bautizada “Operación Gran Sabana” y que encuadraba perfectamente dentro de los patrones de acción cívica trazados por el Ministerio de la Defensa.

En esa ocasión, el asesor de ingeniería de la misión terrestre norteamericana, teniente coronel Bruce Reagan, juzgó la empresa extremadamente difícil y muy superior a la capacidad de recursos del servicio de Ingeniería Juan Manuel Cajigal. El ejército, sin embargo, aceptó el reto y acometió la obra con tenacidad, vencer la inmensa roca granítica llamada la escalera, superar el cenagoso paso del Danto, las torrenteras provocadas por la alta pluviosidad, enfrentar zonas escabrosas e intrincadas de árboles inmensos resultó posiblemente la empresa más ardua y la que mayor tiempo requirió.

La vía se construyó en dos frentes con la valiosa cooperación de los aviones C-123 de la FAC que transportaron desde tractores hasta camiones de volteo así como alimentos y un promedio mensual de 4.000 litros de combustible. Desde Entrena hasta el día de su inauguración se consumió un tiempo de veinte años en la construcción de la vía y el Estado Venezolano desembolsó un total de 54 millones de bolívares.

La etapa final de la obra estuvo bajo la dirección del extinto coronel John Kavanagh Illaramendi, entonces comandante del batallón de Ingenieros Juan Manuel Cajigal y posteriormente, ya general, comandante de la V División de Infantería de Selva. El Batallón tenía su asiento en el fuerte Tarabay de Tumeremo y por lo menos las tres cuartas partes de su personal y un centenar de civiles participaron en la construcción de la carretera. Para el momento de su inauguración tenía 36 puentes y dos chalanas para atravesar los ríos Cuquenán y Yuruaní. Una buena cuota de soldados murieron en accidentes de trabajo y mordidos por serpientes.

Con la construcción de esta vía, el Estado Bolívar, dotado de inmensos recursos forestales, minerales y paisajísticos, quedó definitivamente integrado al resto del país. Las perspectivas de mejoramiento y adelanto para los pueblos de Santa Elena, Kavanayén, Urimán y de todas las comunidades situadas en el extremo sureste del estado Bolívar; no solamente se ampliaron sino que abrieron el camino para el desarrollo de una gran empresa de colonización y aprovechamiento racional de las riquezas de Guayana así como para el fomento del turismo.

El acto central de la inauguración de la carretera El Dorado-Santa Elena tuvo lugar el 9 de febrero de 1973 en el campamento militar “Mariscal Sucre”, en la sierra de Luedpa. Desde allí, bajo una temperatura de 26 grados, el entonces Presidente de la República, Rafael Caldera, se dirigió al país y puso en servicio la obra. Luego develó el Monumento erigido al Soldado Pionero, condecoró a militares y civiles que lucharon contra la selva para imponer esta ruta de conexión panamazónica.(AF)

1 comentario:

  1. Siempre me he preguntado si esa fantástica experiencia no podría aplicarse al "Tapón de Darién".

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