sábado, 19 de enero de 2013

Monseñor Maradei Donato


B1TOPICOS
El primero de septiembre de 1965, Monseñor Constantino Maradei Donato, fue objeto de jubilosa manifestación en la Terminal del Aeropuerto de Ciudad Bolívar y allí mismo recibió las Llaves de la ciudad, por parte del Presidente Municipal, Bachiller Noel Valery.
            Monseñor Maradei, hijo de esta tierra, regresaba de la Gran Capital, luego de haber sido consagrado Obispo para fundar la Diócesis de Cabimas, un dinámico como caliente y bien urbanizado pueblo petrolero del Zulia.
            Días antes, el “Padre Maradei” como mejor era conocido, había sido preconizado por Su Santidad y tocó al Cardenal  José Humberto Quintero presidir el ritual de la consagración, en el que obviamente participó el Obispo de Ciudad Bolívar, Monseñor Juan José Bernal Ortiz, al lado del cual venía Monseñor Maradei desempeñándose como Vicario General, al tiempo que docente del Liceo Fernando Peñalver, donde pasó 22 años,  Maestro de Capilla y capellán del cuerpo de infantería.
            Monseñor Maradei recién el año anterior había presidido las fiestas bicentenario de la fundación de Angostura en el curso de las cuales el Presidente Raúl Leoni inauguró importantes obras públicas, entre ellas, la Concha Acústica y la remodelación del Paseo Orinoco.
            Como Obispo de Cabimas, Monseñor Maradei estuvo cinco años, al cabo de los cuales fue designado Obispo de la Diócesis de Barcelona, donde permaneció hasta la edad de 76 años cuando recibió del Papa Paulo II el beneficio de la jubilación el 9 de diciembre de 1991.  Entonces se residenció en Caracas donde fue fulminado por un infarto.  Sus restos fueron trasladados e inhumados en la Catedral de Barcelona, lejos del gran río que tantas veces atravesó nadando cuando era apenas un adolescente y monaguillo del Padre José María Villasmil en la iglesia de la Parroquia Santa Ana  de Ciudad Bolívar donde nació
Ya anciano recibió  la orden Collar de Angostura que desde hacía mucho tiempo le debía  la Ciudad a la cual le dedicó con ahínco y esmero su desvelo. Y cuando murió la voz se corrió.
“Ha muerto el padre Maradei”, y lo repetía la gente de los morichales, de Perro Seco, de Santa Ana y los citadinos de todas partes hilvanaban la historia, las anécdotas y las más diversas y anecdóticas vivencias, desde 1906 que a su padre Domingo Maradei, dueño de la Barbería Francesa de la calle Orinoco le daba por cantar Las bodas de Fígaro.
Domingo Maradei, además de barbero, pulpero, era junto con Antonio Caruso el primer clarinetista, de la banda Gómez primero y Banda Dalla Costa después.
Era Domingo Maradei de los viñedos del Sur de Italia. De allá de Moreano se vino en un segundo intento hacía América buscando las huellas aventureras de sus tres hermanos que andaban por esos lados de Cabrutica y Santa Cruz del Orinoco. Al fin termino radicándose en la Ciudad más importante del río.
A Ciudad Bolívar llegó junto a su segunda esposa Lucia Donato Decális, en cinta de sus nueve hijos: María,  Ramón, quien fuera presidente del Consejo Municipal; José, sastre residenciado en Valencia; Lino, medico fallecido a los 70 años en esta Ciudad;  Carmelo, Lucia, Elda, Armando, abogado, y Constantino, obispo.
Nueve años después de haber llegado de la lejana provincia de Consenza la pareja Maradei-Donato, nació Constantino en su casa de la orilla del río, frente a la iglesia Santa Ana, donde fue invitado por el párroco de turno a servir a Dios tan pronto se hizo un mozalbete capaz de desafiar los caimanes y alcanzar a nado la otra orilla de Soledad o la isla  El Degredo, junto con Lino, Francisco y otros niños delfines del río.

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