miércoles, 23 de enero de 2013

El Museo de Cera de Paris en Ciudad Bolívar

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El 28 de enero de 1961 fue abierto en el auditorio del Grupo Escolar Estado Mérida de Ciudad Bolívar, el Museo de Cera Dupuytren, de París, auspiciado por el Colegio Médico y la Sociedad Anticancerosa que nacionalmente presidía Feliciano Pacannings.
Pero a este museo que ya se había presentado en las principales capitales de Europa y ciudades de Venezuela como Caracas, Maracay y Barquisimeto, solo se permitía la entrada de personas mayores de dieciocho años y hubo que tener incluso aprobación previa del Arzobispo Monseñor Juan José Bernal Ortiz, debido a imágenes esculturales que para la sociedad de entonces resultaban moralmente perturbadoras.
Por primera vez los bolivarenses hacían contacto con un museo fuera de lo común. Se trataba de una formidable exposición de figuras de cera plastia, de tamaño natural, realizadas en París por el doctor M. Clerk Lucien, eminentemente médico y profesor y por el genial escultor M. Fravich, mediante las cuales se presentan con vivo realismo los resaltantes éxitos de la ciencia como los partos sin dolor.
Para los conocedores, se trataba, sin lugar a dudas, de una conjunción casi perfecta del arte y la ciencia llevada a feliz término para quienes se interesan por las anatomías y sus reflejos.
Lo que más preocupó a la Iglesia fueron las anatomías que develaban todas las intimidades del sexo, así como de las enfermedades que suelen contraerse a través de la relación sexual. La prensa y comunidad en general tomó del novedoso Museo de Cera material suficiente para tertuliar durante mucho tiempo.    
El nombre del museo respondía o responde al de un famoso médico parisino del siglo diecinueve, Guillermo Depuytren. A este cirujano francés se le deben importantes invenciones técnicas y nuevos procedimientos quirúrgicos. Es destacable su aportación a la anatomía patológica. Durante mucho tiempo se creyó que el Museo de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina de París fue fundado por Dupuytren, pero, realmente, no fue así. Lo que ocurrió fue que el célebre médico francés, al morir, dejó una manda de 200.000 francos para que se crease una Cátedra de Anatomía Patológica y que el decano de la universidad, profesor Orfila desvió la suma para dedicarla a un museo que sería la base para la creación de la cátedra la que sin una exposición de piezas y materiales abundantes no sería nada más que una materia teórica.
Orfila, que como decano de la facultad tenía el empuje para hacerlo, disponía de materiales de mucho valor científico en ella depositados. Consiguió la ayuda del gobierno y los aumentó considerablemente, con la colaboración de todos los profesores de la facultad y de los hospitales.
Para concentrar todos estos materiales consiguió en la Rue de l’Ecole de Médicine N° 15 en la que está la facultad, el antiguo edificio que fue el Convento de la Cordelería, donde tuvo lugar el asesinato de Marat.
En el patio se alzó un busto de Dupuytren debajo del cual se leía en letras doradas: Museo Erigido a expensas del Estado en 1835 por los desvelos del Doctor Orfila, Decano de la Facultad de Medicina de París, quien le dio el nombre de Museo Depuytren para honrar la memoria de un hombre célebre y en reconocimiento de un legado de 200.000 francos hecho por este profesor para la creación de una Cátedra de Anatomía Patológica.
En el centro del museo, lleno de vitrinas, se alzaba la estatua de tamaño natural de Ambrosio Pareo, señalando con un dedo unos libros colocados a sus pies, detrás de los cuales podía verse una escopeta y unos instrumentos de trepanar.

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