martes, 15 de enero de 2013

Las fuentes del Orinoco



El 4 de abril de 1951, llegó a Ciudad Bolívar el mayor Frank Rísquez Iribarren para planificar y dar inicio a la expedición franco-venezolana en busca de las cabeceras del Orinoco y en la cual destacaba la presencia de 19 científicos de distintas disciplinas, militares y 35 peones.
La expedición inició la aventura de remontar el río en el mes de abril y llegó a las fuentes el 27 de noviembre de 1952, ocho meses después, al cabo de los cuales las ubicó en un farallón de 75 metros de elevación y a una altitud de 1.047,35 metros sobre el nivel del mar, en la frontera con Brasil.
Según relato de los expedicionarios, ellos tuvieron la impresión de que las fuentes se escondieran en las entrañas del farallón, pero precisaron que el Río Padre de todos los ríos venezolanos, nace en la confluencia del Ugueto con el río Venezuela que en Brasil son conocidos con los nombres de Brazo Principal y Brazo Secundario del Orinoco. Uno se dirige hacia el este que es el Orinoco propiamente dicho, y el Ugueto se dirige hacia el sur.
Por estos parajes viven las tribus Quisarido, Quiarika y Taramari de la nación Waika. La expedición franco-venezolana no sólo tuvo la difícil misión de encontrar las fuentes del Orinoco sino que realizó a través de su lento recorrido múltiples investigaciones geológicas, arqueológicas, etnográficas, estudios geográficos y ecológicos de la flora y la fauna.
El Orinoco, obviamente, es el río más grande de Venezuela con un recorrido desde su nacimiento de 2 mil 63 kilómetros. Es el noveno de Suramérica, décimo cuarto del continente americano y trigésimo octavo más largo del mundo.
Antes de la expedición franco-venezolana, intentaron llegar al lugar de su nacimiento, Apolinar Díaz de la Fuente en 1760 y el francés Juan Chaffanjón (1886-87), y su paisano el artista Augusto Morisot, quien ilustró con dibujos no sólo la importante muestra de la flora recolectada, sino personajes y muchos pasajes de la expedición que se recogen en un libro publicado por la Fundación Cisneros.
El gobernador del Territorio Amazonas, base fundamental de la expedición, era el teniente coronel, Rincón Calcaño, hermano del esposo de Mimina Rodríguez Lezama y quien, según relato de René Lichy, era un hombre de vestir pintoresco con botas y espuelas a pesar de que en el Territorio Amazonas no hay caballos, y con un impresionante revólver.
Rincón Calcaño colaboró con la Expedición y a sus miembros los despidió con una función de cine en su casa y como no había suficientes sillas, muchos vieron la película sentados en el suelo.
El viernes 29 emprendieron la expedición. Momento emocionante, histórico, aunque con un tiempo malísimo, cubierto, bajo un cielo que sobrecogía por lo continuo y pertinaz de la lluvia.
La expedición la integraron por el lado francés, Joseph Grellier, geógrafo e ingeniero hidráulico, jefe del Grupo Liotard; Franz Laforest, arqueólogo y dibujante, diplomado de Bellas Artes en París y Montreal; Pierre Couret, botánico, naturalista y mineralogista; Raymond Pellegrie, operador y técnico de radio; Pierre Ivanoff, Ayudante del Comando.
Por el lado venezolano, además de Franz Rísquez, J.M. Cruxent, arqueólogo director del Museo de Ciencias Naturales de Caracas, Luis Carbonell, médico antropólogo, por la UCV; León Croixat, ecólogo, geobotánico, por la ULA; doctores Luis Carmona, Juan Marc Decivrieux y Edimar Von Der Osten, geólogos, representantes del Ministerio de Minas e Hidrocarburos; doctor Pablo J. Anduze, entomólogo-zoólogo, del Instituto de Fiebre Aftosa; teniente Alfredo Alas Chávez, oficial militar, Félix Cardona Puig, geodesia y radio, Félix Cardona hijo, René Lichy, voluntario; Ildefonso Villegas, jefe de peones.

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