jueves, 10 de noviembre de 2011

La Escuela de Artes y Oficios


El 15 de febrero de 1919 el Presidente del Estado, general Marcelino Torres García, inauguró la Escuela de Artes y Oficios “Diego Vallenilla”, instituto creado por el ejecutivo en homenaje al secretario del Congreso de Angostura.
            En el acto se colocó en la sala de la Dirección del plantel, ubicado en la calle Boyacá, un retrato del General Juan Vicente Gómez, Presidente electo de la República y Comandante en Jefe del Ejército Nacional.
            Orador de orden de esta ceremonia fue el doctor Antonio María Delgado       y acto seguido el doctor Demóstenes López, ofreció el mobiliario del plantel a nombre de los empleados públicos de la ciudad.
            Por la tarde se abrió una exposición de labores femeninas y se ofreció un concierto en el Paseo Falcón a la vez que se iluminaban por primera vez las esferas del Reloj de la Catedral, regalo a la ciudad de la Sociedad Cooperativa de artesanos y obreros.
La experiencia de la Escuela de Artes y oficios o de artesanos no era nueva en Guayana y Venezuela.  En Guayana había existido desde los tiempos de Juan Bautista Dalla Costa y en la Venezuela total  desde los tiempos de Guzmán Blanco. 
Juan Bautista Dalla Costa en 1869 estableció (infortunadamente no tuvo continuidad en el tiempo debido a las guerras),  la escuela de artesanos. La instrucción en la Escuela de Artesanos se dividía por cursos anuales en los que se enseñaban las siguientes materias: Primer año. Lectura, escritura, religión y moral, urbanidad y nociones elementales de aritmética. Segundo año. Aritmética práctica, elementos de Gramática castellana y elementos de Cosmografía y Geografía, y Tercer año, Idioma inglés, elementos de las ciencias aplicadas a las artes y oficios y las nociones más fundamentales  del Gobierno republicano. Los Directores de la Escuela de Artesanos debían procurar cimentar la enseñanza bajo los sistemas prácticos y progresivos que se usaban en los países más adelantados, y ordenar uno que pudiera ser seguido uniformemente por todos los planteles de educación popular del Estado. Los mismos Directores debían tender a que la enseñanza fuese pronta y provechosa, estableciendo en la escuela la organización y métodos que juzgaren más propios a este fin.  Las horas de enseñanza en la Escuela de Artesanos eran de seis a nueve de la noche  y en los quince primeros días del mes de Diciembre de cada año eran los exámenes generales en presenciará del Presidente del Estado unido a una comisión del Concejo Municipal.
Guzmán Blanco, siguiendo la iniciativa frustrada de Juan Bautista Dalla Costa, creó en 1884 la primera Escuela de Artes y Oficios, la cual ofrecía talleres de albañilería, armería, carpintería, ebanistería, herrería, fundición, sastrería, zapatería.
Más tarde se fundó la Escuela Politécnica Venezolana que ofrecía profesiones más relacionadas con nuevas tecnologías y las principales ramas de actividad económica del país como Comercio, telegrafía, zoología y cría, mineralogía y minería, agricultura y botánica.
 En 1893 se fundó una escuela de comercio para hombres y otra para mujeres, y un instituto agronómico. Para 1913 se habían creado adicionalmente una escuela de artes y oficios para mujeres, una escuela de enfermeras, otra escuela de comercio y una escuela federal de agricultura, cría y veterinaria.
Todas estas escuelas fueron concebidas a nivel post-primario y se les consideraba como una formación paralela a la académica, sin equivalencia en cuanto a niveles educativos.
Tras la desaparición del gomecismo tomó auge el proceso de industrialización en Venezuela. El taller artesanal empezó a sustituirse por la industria fabril, y con ello surge el concepto del "técnico", quien se distingue del artesano u hombre de oficios en la dimensión científica inherente a los procesos de producción de la industria moderna.

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