martes, 15 de noviembre de 2011

Heddy Sevilla en el Museo Histórico


Hoy sábado 12, a las cuatro de la tarde, Heddy Sevilla expondrá  su más reciente producción plástica siguiendo la técnica y  estilo  del  movimiento constructivista iniciado en Rusia a principios del siglo pasado por  el escultor y pintor Vladimir Tatlin.
            Las obas, trabajadas en hierro, madera y aluminio, las presenta en diferentes formatos y algunas son proyectos para grandes murales concebidos para arquitecturas contemporáneas.
            Una de los pocos artistas locales en los que ha influido al Museo de Arte Moderno Jesús Soto ha sido Heddy Sevilla, quien hace tres decenios era figurativa atrapada por el paisaje de la selva y de los ríos y luego experimentó hasta consolidarse en el constructivismo estimulada por artista internacionales como Getulio Alviani,  Coppola y la crítico de arte Gloria Carnevali.
            Hace más de treinta años que Heddy Sevilla se recibió de abogado  después de haber trazado un ángulo existencial entre Apure, Barinas, Caracas, Apure. Años después siguió el eje Apure-Orinoco y se instaló en Ciudad Bolívar  para completar  esa figura  un tanto  irregular con cortes biselados de 45 grados que pretendemos ver en sus obras duras y maleables, pero virtual  y estéticamente estilizadas de colores cálidos.
Después de un largo tiempo tratando de atrapar el paisaje y la figura humana .a punta de creyón y pincel, se le encallaron las manos inventando estructuras de tartán que luego alcanzaron el aluminio y el hierro.  Venalum  entonces le encargó un proyecto para su área ambiental.
Fue  un salto intempes­tivo del arte objetivo al arte abstracto. Heddy comenzó a visitar el Museo Soto con apasionada frecuencia. Entró en contacto con  Gloria Carnevali, Getulio Alviani, Raquel Valedón, Silvia Jastran, José Rosario Pérez, y descubrió que el tema y la resolución plástica  coexistían en cierta forma en el arte tradicio­nal que había cultivado desde la adolescencia, pero que podían divorciarse y vivir separada­mente.
Heddy Sevilla, quien también es docente y escribe poesía, cuentos y novelas además de textos didácticos, trabaja en el taller de su casa protegida por dos fieras enjauladas en la puerta cuando hay visitas y cuyos ladridos suele acallar con la música de un' órgano Yamaha.
Nunca se divorció de su marido, pero ella en su condición de Fiscal de Fami­lia que lo fue por mucho tiempo, tuvo  que ver con el divorcio, la nulidad del matrimonio y la separación de cuerpos. Actuaba en representación del Ministerio Público como parte de buena fe. Y se me ocurre que tal vez por esa experiencia familiar y coti­diana trasladada al arte, Heddy Sevilla pudo ver que era posible divorciar el tema, de la resolución plástica. Hizo el ensayo y vio que la armo­nía de los colores, la organización de las formas, la distribución del espacio, la calidad de la línea y la naturaleza de los ritmos son una emoción distinta y nada tiene que ver con el tema, con la anécdota de la obra.
Descubrió algo que ya había sido planteado por Platón en la antigua Grecia de que "Hay una belleza que no es de cosas sino de líneas, rectas y cur­vas, de superficie y formas sólidas". Platón, mucho an­tes que los pioneros del arte moderno, consideraba que la belleza absoluta se encuentra  en las formas  geométricas y en los colores puros. Pero nunca es tarde cuan­do la dicha es buena y Heddy Sevilla es dichosa por haber encontrado un nuevo camino. El camino del constructivis­mo, del cinetismo emparentado con el Op-art y la dinámi­ca y el tiempo como elemento artístico. Su obra, la que expone desde hoy, configura  una excitante trama de planos super­puestos dentro de un juego creativo realizado con depurada sensibilidad artística.

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