lunes, 31 de marzo de 2014

Anita, Ramírez, La Maestra.

         Fue maestra de Lucila Palacios, Jean Aristiguieta y Luz Machado entre muchas otras intelectuales y profesionales guayanesas destacadas que pasaron por la escuela Francisco Antonio Zea, de la cual fue maestra y directora hasta la edad de su jubilación.
         Anita Ramírez fundó  en mayo de 1937 el Ateneo Guayanés junto con Ramón del Valle Lavaux y J. M. Agosto Méndez.  Asimismo la revista literaria “Alondra” que dio cabida a numerosos poetas de la década del 30. Publicó un solo libro de poemas, pero el grueso de su producción se halla diseminado en periódicos y revistas, especialmente en el desaparecido diario El Luchador.
         No se casó ni tuvo hijos, era una ferviente católica. Su casa tenía dieciséis ventanas y en cada una helechos y trinitarias.
         Mujer extremadamente idealista, y también extremadamente práctica, contribuyó en forma decidida al desarrollo de la educación y la literatura en Guayana, con su triple actividad de maestra, editora y coordinadora de manifestaciones artístcas. En tal sentido era, como se decía con toda propiedad, “una institución”.
         La revista literaria Alondras, concebida con el objeto de brindar una tribuna de difusión a los nuevos valores de la región y de Venezuela, aparte de los consagrados, contó con la colaboración de autores de otros países latinoamericanos. Una colección completa de la revista, la única que se conserva, se encuentra en la Biblioteca Nacional de Caracas, por iniciativa conjunta de Rafael Pineda y de Manuel Alfredo Rodríguez.
         Mucha poesía escribió Anita en la cual abunda la de ocasión, mezclada con buenas estampas líricas originadas en la contemplación de la naturaleza, del Orinoco y de las formas de vida de la región, con su buena dosis de reflexiones sentimentales. En parte su obra está recogida en su único libro titulado Antología, 1978.
         Por la manos docentes de Anita Ramírez, pasaron mujeres ilustres de Ciudad Bolívar como Lucila Palacios, novelista autora del “Corcel de las crines albas”; la escritora Luz Machado, premio nacional de literatura  y Jean Aristeguieta, autora de setenta poemarios, vario de ellos traducidos a diferentes idiomas.
         Jean Aristeguieta, durante una entrevista periodística referente a su vida y su obra, dijo refiriéndose a sus primeros pasos en el arte de la poesía “No recuerdo como me presentaron a la inolvida­ble poeta y pedagoga, Anita Ramírez. Ella fue mi primera guía espiritual a través de sus consejos, además poniéndome a la orden su biblioteca presidida por los clásicos españoles. Más adelante me condujo a un acto aca­démico en la Casa donde se realizó el Congreso de Angostura, para que yo leyera algunas composi­ciones mías. El aconteci­miento estaba presidido por Luis Beltrán Prieto Figueroa, quién después de oírme pronosticó que así como había una Juana de América (Juana de Ibarbourou, a quien al paso del tiempo yo conocí personalmente en Monte­video y ha sido una de mis grandes amistades), yo podría llegar a ser Juana del Orinoco. Y me solicitó unos textos que hizo pu­blicar en la Página Lite­raria del caraqueño diario “El Heraldo” que dirigía el escritor español Pedro Grases. Desde entonces este autor fue un amigo constante y creyente de mi obra.
         Velia Bosch, incluye a Anita Ramírez entre los fundadores en su antología “Gente del Orinoco” y de ella dice que su poesía ha permanecido fiel a la influencia modernita, aunque todavía atenida al tono romántico, a veces nativista, como en sus acuarelas “Amanecer campestre”,  “Rinconcito” y “Canción al Llano”.


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