jueves, 30 de enero de 2014

Creación del Comando Fluvial

El 23 de enero de 1983, el Capitán de Navío, Tomás Mariño Blanco, comandante de la Zona Fluvial de Venezuela, anunció los preparativos para instalar en el puerto de Ciudad Bolívar, un comando de la Marina de Guerra, conforme al decreto presidencial de junio de 1981 como parte del programa institucional sobre el ordenamiento de los espacios acuáticos.
         El comandante vino a conversar con el Gobernador sobre un programa conjunto a fin de reactivar el funcionamiento del viejo muelle de Ciudad Bolívar.  Integradas al comando funcionaría una flotilla de patrulleros fluviales y embarcaciones de servicios. Asimismo tropas de infantes de marinos.
         El traslado del comando fue considerado como beneficioso por sectores de la región, mientras citadinos veían alejarse la posibilidad de que Ciudad Bolívar recobrase su antigua jerarquía como puerto de cabotaje de importancia económica. El asiento de mando de la zona fluvial se encontraba  establecido en Caracas.
         El oficial de la Armada emitió su declaración un poco después de sostener, en la casa de gobierno, una entrevista con el gobernador Alcides Sánchez Negrón y la directora de Obras Públicas Estatales, Marina Corona, sobre los actos programados por el ejecutivo regional, con el propósito de conmemorar el Año Bicentenario del Natalicio del Libertador Simón Bolívar.
         Además de la zona fluvial, funcionaría también en Ciudad Bolívar una flotilla de patrulleros fluviales y embarcaciones de servicio. Igualmente estarían en servicio tropas de scouts marinos. Se estableció  como sede  las instalaciones portuarias, incluyendo el muelle y las áreas del edificio administrativo, almacén  y Casa del Resguardo.
Al año siguiente, 24 de julio de1984, la Armada venezolana reanudó  por imperativo de la preservación de la soberanía nacional, su presencia a lo largo del Orinoco y Río Negro.
         En acto escenificado en las viejas instalaciones de la Aduana, comenzó a activarse el Comando de la zona naval fluvial, con la  misión ejercer una presencia naval efectiva, el control y autoridad sobre el tráfico en los ríos nacionales e internacionales y constituir las fuerzas de apoyo para operaciones fluviales, a fin de garantizar la soberanía, integridad y seguridad del Estado.
         El comandante general de la Armada, vicealmirante Justo Pastor Fernández Márquez, lo señaló diciendo que “hoy se comienza a acrecentar la presencia que la Armada ejerce en los ríos desde la gesta emancipadora cuando el Orinoco y el Puerto de Angostura fueron escenarios de trascendentales acciones militares”.
         Efectivamente, el Sitio y Toma de Angostura, apoyados por la flota del Almirante Brión y del margariteño Antonio Díaz, fueron definitivos para asegurar la soberanía patriota sobre la Provincia de Guayana e instalar aquí la jefatura suprema de la Gran Colombia.
         El Presidente de la República y el Ministro de la Defensa designaron comandante de la citada base al contralmirante Edgar Eduardo Escobar Ocho, cuya labor facilitada con 25 embarcaciones menores y dos buques transportes “Arv-Margarita y Arv-Orchila”, especialmente construidos en los Estados Unidos. Estas últimas dos unidades con capacidad de 390 toneladas de desplazamiento y 13 nudos de velocidad máxima. El comandante general de la Armada, al declarar en servicio el comando de la zona naval fluvial, ratificó que su comando tendrá como función esencial la preservación de la soberanía nacional en los espacios fluviales acuáticos del país y la de contribuir al desarrollo integral de las cuencas del Orinoco y Río Negro y el mantenimiento de esos importantes recursos hidrológicos.
Antes del vicealmirante Fernández Márquez, habló el comandante de la zona, contralmirante Escobar Ochoa, quien declaró asumir el reto que la nación le imponía, consciente como está la Armada de la importancia estratégica de la cuenca y de sus inmensos recursos.
                    


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