miércoles, 15 de julio de 2015

La Hidroeléctrica de Tocoma


El 25 de enero de 2002, el presidente Hugo Chávez dio inicio simbólico a los trabajos de construcción de la represa de Tocoma durante su visita a Guayana, aunque no se pudo cumplir con la voladura de rocas, equivalente a la colocación de la primera piedra, ya que una nutrida presencia de desempleados de la construcción copó la escena y Chávez debió dedicar el grueso de su discurso a brindar explicaciones y tratar de convencer al numeroso grupo de padres y madres de familia de las dificultades para poder satisfacer sus necesidades.
La represa de Tocoma será la cuarta del curso del bajo Caroní junto con Gurí, Macagua y Caruachi, dentro del plan de aprovechamiento eléctrico del caudaloso río que se diseñó y se ha venido desarrollando en los últimos 40 años bajo la conducción de las diferentes administraciones que han tenido CVG y Edelca en esas cuatro décadas.
La represa de Tocoma oficialmente Planta Hidroeléctrica Manuel Piar es el último proyecto de desarrollo hidroeléctrico en la cuenca del bajo Caroní. El proyecto incluye la instalación de 2.300 MW para generar una energía media anual de 12.100 GWh. Diez unidades generadoras Kaplan de 230 MW, fabricadas por la empresa argentina Impsa, se preveía que comenzaría a operar entre 2012 y 2014.
El Correo del Caroní reseñó en octubre de 2013 el lento ritmo que llevaba la obra, en la actualidad con un avance de 95% en las obras civiles y de apenas 25% en las electromecánicas y frentes de trabajo limitados, de acuerdo con trabajadores del proyecto.
Las dos grandes empresas que operan en Tocoma son la argentina Industria Metalúrgica Pescarmona (Impsa) a cargo de las obras electromecánicas y el grupo de capital brasilero, italiano y venezolano OIV (Odebrecht Venezuela, Impregilo y Vinccler), encargado de las obras civiles. Deudas acumuladas en los últimos meses han aletargado la ejecución del proyecto.
En octubre de 2013, fuentes de Impsa calificaban el receso como una “pausa”, sin embargo subsiste el problema de facturación. Para Enrique Pescarmona, titular de la industria argentina, la provisión de las turbinas a Tocoma fue el contrato “de exportación más grande” de Argentina en 2008, pero los problemas de facturación le han restado brillo.
El contrato con Impsa, firmado el 18 de enero de 2008, contempla la provisión de diez turbinas Kaplan, reguladores de potencia, diez generadores de 230 MVA y otros equipos.
El monto inicial del contrato fue de $ 451,9 millones, pero la demora de la obra ha elevado el costo en 136%, considerando que los estados financieros de Impsa del tercer trimestre de 2013 ubican el monto del contrato en $ 1.067 millones.
“El proyecto sigue así, está parado, nada ha cambiado”, aseguró un trabajador de la principal contratista de Impsa, HPC de Venezuela, de capital japonés, cuya situación se mantiene igual a la del último trimestre de 2013, cuando liquidó a parte de su personal.
Su ficha en el Registro Nacional de Contratista, actualmente suspendido, indica que los trabajos de montaje y puesta en servicio del equipamiento electromecánico de Tocoma tienen un 6% de avance. La empresa ha trabajado en el montaje electromecánico de Guri, Macagua y Caruachi.
Aunque diversos trabajadores de Impsa aseguran que el proyecto está parado, el secretario general del sindicato de la industria, Jesús Núñez, comentó que los trabajadores de Impsa siguen en la obra. “Otras contratistas se han retirado, pero nosotros seguimos trabajando”.
Para explicar el retraso en los pagos, la empresa -con recurrentes problemas de liquidez- alega que Corpoelec no le ha honrado el pago de sus valuaciones y/o facturas emitidas por concepto de la inspección de las obras civiles y electromecánicas ejecutadas por OIV y la argentina Impsa.

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