Vamos al encuentro de la ciudad de Angostura. Le invitamos. Dicen que agosto es la mejor ocasión aunque, viéndolo bien, todos los días del año son buenos para conocer una ciudad de rancio abolengo histórico, que lo tiene todo para la delectación y regocijo del conocimiento.
Un gran frente de agua. El Soberbio Orinoco tan bien fantaseado por Julio Verne. Una gigantesca Piedra en el medio que desmesuró los ojos de Hemboldt y Bomplant Piedra del Medio. Qrinocómetro que mide el reflujo y crecidas del Río.
Plenitud de las aguas para hacer más airosa la navegación de gabarras que pasan cargadas de bauxita desde Los Pijiguaos, de barcas que cruzan hacia San Fernando, de lanchas que pasan de una ribera a otra transportando pasajeros, de buques de la Armada que cuidan las fronteras fluviales, de esquiadores, de rápidas moto-náuticas y de curiaras repletas de frutos ribereños como la pulposa sandia o la autóctona Sapoara, cebo -dice Gallegos para atrapar forasteros.
Ciudad Bolívar, la antigua Angostura por lo que tanto quiso hacer su fundador Moreno de Mendoza y no pudo más que dejar un Fuerte transformado en Mirador y esta Catedral a donde llega la luz del día por vitrales amarillos y suenan los Relojes la épica contienda parque hay que recordar que aquí reinó Bolívar creó a Colombia e instaló el Congreso de Angostura.(AF)
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