martes, 13 de septiembre de 2016

Alejandro Vargas y el Maremare

El Maremare es nuestro”, solía decir y cantar el extinto bardo citadino Alejandro Vargas, pero también esta danza indígena que con ciertas variaciones ha pasado a ser parte del folclore general venezolano, lo reclaman con partida de originalidad Cumaná, Anzoátegui y Monagas. 
En el Diccionario Folklórico Ilustrado del amigo Juan José Ramírez, el Maremare es definido como “baile típico de raigambre nacional” sitúa su origen “entre los indígenas de Anzoátegui y Monagas”.
         Según me contó Alejandro Vargas, Maremare fue un cacique de Panapana, ranchería indígena situada a una hora de Ciudad Bolívar en la costa del Orinoco.  Su esposa se llamaba Mariquita y para proyectarla en el tiempo y la memoria con este nombre fue bautizado su salto de agua del río San Rafael a donde hasta mediados del siglo veinte iba a recrearse los habitantes de la ciudad.
         El fundo que comprendía la cascada pertenecía al hacendado Pinelli,  a tres cuarto de hora a caballo y hora y media a pie de la ciudad y allí pasaron varios días haciendo estudios sobre la flora los exploradores del Orinoco Jean Chaffajon y Augusto Marisot (1886-1887).
Mariquita al parecer era la esposa legítima del cacique Maremare, pero su gran compañera lo fue siempre la India Rosa, quien vivía en Cachipo, ubicado en la boca de un cañón del cerro Palmarito. Esta compañera de Maremare era una indígena  iluminada que se ocupaba de curar a las tribus del lugar.
         La India Rosa tenía su altar en un cerro de Cachipo llamado Guaimire.  La historia que nos solía contar Alejandro Vargas se remonta más allá de la guerra de la Independencia. Según él, del otro lado del Orinoco, pasada Isla grande, existe el pueblo de Panapana, fundado por Maremare, donde murió él y su esposa Mariquita, como también Juana Casto Tempo, Victoria Tabore, el indio Abeduco, el indio Morichal y otros indígenas que seguían y obedecían al cacique. 
         Cuando una vez le preguntamos al negro Alejandro Vargas ¿cómo era eso si tenemos entendido que Panapana queda en Anzoátegui? Alegaba que las tribus del Orinoco siempre han estado ligadas a  Guayana y que por lo tanto el canto nos pertenece, pues de todos modos esa parte formaba la antigua Nueva Andalucía (Cumaná) y después la provincia  de Guayana.
Lo cierto es que el baile y canto del Maremare difícilmente faltaba en los Carnavales, pues cuando no lo presentaba Alejandro Vargas, lo montaba por las calles de la ciudad Juan Parra, quien con motivo del bicentenario de Ciudad Bolívar lo llevó a Caracas, San Félix y Upata, por iniciativa de la maestra Diomedes Túnez, que al igual que los profesores Luis Figueroa y Ramón Silva han estado familiarizados con los valores artísticos tradicionales de la región. 
         Vale decir que los cumaneses también alegan que el Maremare les pertenece y ponen como testimonio esta estrofa del canto tradicional: Maremare se murió /en el camino de Angostura/ yo no lo vi morir/ pero si vi su sepultura / Maremare se murió/ camino de Cumaná / Yo no lo vi morir, pero vi la zamurá”.
          Como vemos, también en el verso palpita el nombre de Angostura.  La explicación entonces estaría en que todo el oriente y sur conformaban una unidad geopolítica, tanto así que durante la colonia la Nueva Andalucía  llegó a extenderse hasta Guayana y el Departamento Orinoco posteriormente en tiempos de la República llegó abarcar a Guayana, Anzoátegui, Apure y Barinas.  De suerte que este baile del Maremare pertenece al acervo cultural de todo el Oriente y sur así como las comparsas del Valentón y la Garza Paleta en Ciudad Bolívar y del Carite de Rafael González en la Isla de San Pedro de Coche,  en Margarita. (AF)



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