miércoles, 25 de marzo de 2015

Carlos Cruz Diez en el Museo Soto


El 18 de octubre de 1998, una exposición de las obras de Carlos Cruz Diez en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, fue inaugurada por el presidente de la República encargado, doctor Asdrúbal Aguiar, quien en el acto recibió la Orden Congreso de Angostura en su clase Collar, y cuyo proyecto de ley fue redactado por él cuando se desempeñaba como secretario privado del gobernador Manuel Garrido Mendoza.
La exposición abierta por el doctor Óscar Sambrano Urdaneta, presidente del Conac, dentro del marco del 25º aniversario del museo, estaba formada por un significativo número de obras que corresponden a diversos períodos de la producción de esta figura del arte cinético. Al siguiente día, Cruz Diez recibió de manos del alcalde, licenciado Héctor Barrio, las llaves de la ciudad en sesión especial de la Municipalidad.
En esta exposición del maestro Cruz Diez, el color y las formas geométricas se observaban cambiando y vibrando, según la luz y los desplazamientos del espectador. Las Fisicromías que inició en 1959, constituyen los comienzos de sus experimentos basados en el cinetismo, y una etapa posterior a su abstraccionismo. Un paso más adelante son las Transcromías Aleatorias (1965), es decir el cambio de color en los ambientes, valiéndose de plexiglás colgado en largas tiras prendidas en un marco para determinar los espacios. Más adelante inventa las Cromosaturaciones (1967), que son unas cámaras o espacios saturados de diferentes colores que provocan en el espectador y actor ciertas reacciones psicológicas, de acuerdo con el estado anímico o la idiosincrasia del sujeto: frío, calor y angustia, entre otros. Al saturar el ambiente por medio del color el artista integra al hombre y lo hace partícipe de su obra. Junto a Soto son los dos máximos representantes venezolanos del arte cinético.
Además de estar representado en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto, Carlos Cruz Diez tiene obras cromáticas espectaculares ambientando internamente la Casa de Máquinas de la Gran Presa Hidroeléctrica de Guri y sobre las cuales escribió Alfredo Burton en su libro “El Arte en Guri” este fragmento:
“…Las salas de Máquinas de Guri con sus enormes paneles vibrantes bien trasmiten la fuerza y la potencia de una nueva actitud del hombre venezolano frente al desafío del mundo, y Cruz Diez lo ha realizado de una manera magistral centrándose en el ojo del torbellino que nos envuelve para de esa manera conseguir el vortex absoluto y perfecto dentro de un mundo mutable y tormentoso. Las cúpulas (en la gráfica) de los diez generadores de cada una de las dos Salas de Máquinas de la Presa Raúl Leoni son la culminación teórica, el resumen material de un proceso artístico aplicado a la tecnología más moderna para una portentosa empresa hidroeléctrica que en su capacidad industrial ha inundado un área de 4.250 kilómetros cuadrados y cuyo volumen de agua alcanza a 135.000 millones de metros cúbicos, lo cual la hace la mayor represa hidroeléctrica del mundo. Estas dimensiones superlativas, inimaginables, tienen su mejor interpretación en la gigantesca ambientación cromática que el talento de Carlos Cruz-Diez ha creado a base de un nuevo lenguaje de colores y de signos, sobre paredes, cúpulas, estructuras y formas semejantes a vehículos espaciales, a platillos siderales que habitan en esos gigantescos hangares subterráneos que parecen ser lugares de ficción hechos realidad, dichos y estructurados con un concepto utilitario y plástico de la más grande importancia. La Sala de Máquinas No. 1 mide 263 metros de longitud por 23 metros de anchura y 26 de altura. La Sala No. 2 tiene un Mural Fisicrómico de 178 metros de longitud y 7 metros de altura. Dimensiones faraónicas recubiertas de colores de extraordinaria belleza”. (AF)

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