lunes, 11 de abril de 2016

Humberto Fernández: Tenor y Diputado


Humberto Fernández (en la foto con su amigo el doctor José Luís Granatti), un bachiller peñalveriano que intentó cursar derecho en la Universidad Central, pero quedó atrapado en el ámbito de la política que para entonces volaba alto en alas de la democracia representativa inaugurada el 23 de enero de 1958 con el Pacto de Punto Fijo.
         Hubiera podido también el Indio Fernández (así se llamaba también el actor y director de cine mexicano) ser cantante con su recia voz de tenor que hacía vibrar los tabiques transparentes de la cabina de Radio Bolívar, pero optó  por ser político desde la Vanguardia Juvenil Urredista junto con Germán González Seguías, Marcial Rivas, Trino Ortiz, Albis Ferrer, Juan Fuenmayor, Ramón Aray, Ernesto Alcalá y tanto otros jóvenes que debieron abandonar la tolda, unos para hacerse guerrillero como Somoza, Comandante Montenegro, el Comandante Green, y otros para hacerse rigurosos profesionales.
         Humberto Fernández llegó a ser dirigente nacional de Vanguardia Juvenil al igual que Germán González Seguías.  Ramón Aray dirigía “Revolución”, un semanario multigrafiado que Marcial Rivas tuvo la audacia de venderle un ejemplar  al Presidente Leoni cuando visitaba Ciudad Bolívar llegando por el Puerto de las Chalanas.  El semanario costaba medio real y Leoni pagó dos bolívares, no obstante las críticas del periódico contra su gobierno.  Por un editorial que rozaba al Juez Juan de Dios Fernández,  Ramón Aray estuvo preso hasta que “Piquito” Miranda logró su libertad.  Lo ingrato fue que el editorial no lo había escrito él, pero era tan íntegro que jamás me denunció como verdadero autor.        
         El “Indio Mapuchi” (Francisco) criado en la Pensión de Doña Chepa era pregonero de “Revolución” y ayudaba a Fun Fun, al fotógrafo de caja Raúl Ortega y a Pedro Collins pintando en silescreen los cartelones de propaganda de URD, mientras Real Gómez y Lares Mata consumían el tiempo filosofando sobre la vida y la muerte.  Para colmo Lares Mata terminó administrando una funeraria.
Pero el partido de Jóvito Villalba lo escindieron los movimientos internos que forcejeaban por los controles de mando y Humberto Fernández estuvo entre los expulsados junto con René Vhalis, Zoraida Malavé y Palmira Alcalá, quien terminó en el PRIN casada con Antulio Moya La Rosa, y como no hay mal que por bien no venga, en las elecciones de diciembre de 1968, Humberto Fernández se hizo diputado de la Asamblea Legislativa desde las filas del FDP  y en noviembre de 1970, Presidente de la Asamblea Legislativa y de la Comisión Delegada.
         Esa vez estuvo a punto de ser víctima  del mismo morbo que había escindido a su antiguo partido amarillo, pues la puja de los partidos políticos por controlar la  Asamblea Legislativa derivó en dos Juntas Directivas: una presidida con los votos de AD y dos diputados suplentes por el médico Juvenal Montes y la otra presidida por Humberto Fernández, producto de la alianza de los diputados COPEI, MEP, FDP, Cruzada Cívica y la ex urredista doctora Estela Cabrera, hija de Horacio Cabrera Sifontes, quien fue senador por URD.
El Procurador del Estado era el poeta y abogado Argenis Daza Guevara y atendiendo a una consulta dictaminó que las dos directivas eran ilegales y que la AL debía constituirse de nuevo apegados estrictamente los diputados a la norma constitucional, por lo que  una  vez aclarada la doble diputación cuestionada del representante de la Cruzada, Leonardo Aponte, el diputado Fernández se reafirmó como Presidente de la Legislatura del 70 y entonces por la radio se oyó fuerte  ya no la voz del tenor sino del parlamentario que infortunadamente no vivió mucho pues falleció aun sin madurar las uvas del tiempo. (AF)






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