martes, 23 de febrero de 2021

LA CASA LICCIONI, UN RECINTO PARA EL ARTE

Cuando, Jorge Carvajal Morales, fue Gobernador, hizo entrega oficial de la Casa Liccioni, sede del Centro de Arte "Alejandro Otero'", a la Universidad Nacional Experimental de Guayana, en ceremonia programada por la Dirección del Patrimonio del Ejecutivo Regional. ¿Pero qué ha pasado desde entonces? ¡Vaya usted a saber!!! Recuerdo que a nombre de la UNEG recibió la casa en calidad de comodato por lapso de tres decenios el Rector Oswaldo Castillo Saume, quién junto con otras personalidades acompañó al Gobernador en la inauguración en el mismo inmueble, de la exposición "Mirar al Futuro" con diseños de Alejandro Otero y esculturas cívicas de artistas contemporáneos de oriente y sur-oriente. La Casa Liccioni, ubicada entre el Paseo Orinoco y la calle Babilonia, formaba parte del programa de revitalización que el Gobierno Regional llevaba adelante a través de la Oficina Técnica del Casco Histórico de Ciudad Bolívar y era conveniente darle un nuevo uso, en este caso, el de un Centro de Arte, con el nombre del insigne artista venezo1ano nacido en Guayana, A1ejandro 0tero. Desde su origen, esta Casa estuvo destinada a la actividad mercantil. Fue construida con ese fin por Rafael y Tomás Machado, hijos del prócer de la Independencia, Capitán de Navíos José Tomás Machado, a quien en la parte occidental también le construyeron una residencia, tal la Casa de las Doce Ventanas, sobre un terreno antiguamente anegadizo y pedregoso adquirido de la Municipalidad. En 1880, el inmueble pasó a propiedad de Guillermo Bailón, quien en 1901 lo dejó en herencia a su viuda Isabel Machado. Luego, lo heredó su hermana Nieves Machado de Reverón y esta a su vez lo dejó a sus hijos. En 1944, Pedro Liccioni, sobrino de don Antonio Liccioni, formó una compañía y compró el inmueble para instalar en el mismo una Fábrica de Pastas de la que sólo queda como reliquia y símbolo de antigua ciudad fabril, un rodillo metálico de grandes dimensiones en la franja superior de uno de los muros. Este inmueble desde mediados del siglo pasado hasta 1977 que lo adquirió dl Señor Alaimo, estuvo dentro del circulo de la familia Machado Liccioni. pues don Pedro Liccioni estaba casado con María Machadlo Siegert, quien era hija del propietario original del inmueble, vale decir, Rafael Machado en el matrimonio con Lecires Siegert. Feliz coincidencia ésta de complementar la Casa de las Doce Ventanas, en manos de la UNEG para sus actividades académicas, con la Casa Liccioni destinada a las artes plásticas, pues ambas casas, no sólo tienen valor arquitectónico, sino que la última ha sido destinada a un Centro de Artes y ocurre que un nieto de don Antonio Liccioni y, por lo tanto, pariente de Don Pedro Liccioni y por esa vía de los Machado Siegert, representa a partir de 1820 la evolución y continuidad de las artes plásticas bolivarenses iniciada en 1850 con la obra de Emeterio Emazábel y Roberto Liccioni, primer maestro de Aimée Battistini, fundadora en París del llamado Grupo de los Disidentes y quien dio cobijo en aquella ciudad francesa a numerosos creadores venezolanos de las artes visuales. De manera. pues que esta casa de triple fachada y grandes naves rectangulares, columnas de hierro, cornisa corrida en sus fachadas y cerraduras en las aberturas de sus puertas, ha sido rescatada y restaurada dentro del programa de revitalización del Casco Histórico de Ciudad Bolívar, por su valor arquitectónico de estilo neoclásico que honrará su destino de Centro de Artes donde las nuevas generaciones de pintores, por el mismo hecho de estar sujeto a una Universidad, encontrarán la calidad de técnicas y enseñanzas teóricas. (AF)

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