sábado, 27 de febrero de 2021

EL LUTO Y LOS RITOS FUNERARIOS

¿Cómo guardar luto hoy por un familiar? Es decir, ¿cómo exteriorizarlo? Ya definitivamente no hay manera, al menos, personalmente directa, Los tiempos han cambiado y estamos en una época signada por la evolución de una sociedad que sepulta y ha sepultado muchas costumbres tradicionales, entre ellas, la de usar ropa negra las mujeres y corbata, brazal o botón negro los hombres para manifestar en silenció que la madre, el padre, hermano o algún ascendiente o descendiente cercano se ha sido despedido para siempre del mundo terrenal. Con más razón ha quedado sepultada la costumbre o tradición de guardar luto por el padrino, la madrina, tíos o primos mediante el uso de ropa de negro o de color violeta. El uso de la ropa negra. Corresponde a la cultura occidental, pero, indudablemente que la forma del luto varía o siempre ha variado según la época y la raza. Primitivos pueblos del cercano oriente manifestaban su duelo desgarrándose los vestidos y antíguos egipcios se afeitaban las pestañas, se arrancaban los cabellos o se arañaban el rostro, Al final, la transculturación venida» del mundo occidental impuso el color y así los egipcios pensando que la vida cuando se acaba queda como las hojas marchitas de las plantas, sustituyeron esa forma primitiva de autoflagelación , vistiendo ropa color de hoja seca o amarillenta. En Siria adoptan el color celeste por creer que denota el lugar o sitio que desean los muertos. Los etíopes usan ropa color ceniza - asociado al polvo en el cual se transforman cadáveres. En el Japón es el blanco, símbolo de la pureza de la vida del difunto y en Europa el negro, privación de la luz y de 1 a v i d a. Hoy en día poco importa esa tradición. Al menos, aquí en Guayana, de costumbres muy marcadas por la Europa occidental, el color y forma de la ropa no cuentan a la hora de exteriorizar el duelo. Este, en todo caso, se manifiesta en el semblante y en les ojos casi, siempre ocultos detrás de lentes oscuros. Cuando más una nota. Publicar una nota luctuosa en algún medio de comunicación social tal vez sea la manera actual sustitutiva, pero sustancialmente muy impersonal y efímera. Ello, obviamente, para denotar, tal como lo demanda la reflexión, más pura, que el dolor y la. pena son sentimientos muy personales o, en todo caso, de lá familia, que deben superarse con gran fortaleza moral, procurando evitar la compasión ajena que no todas las veces es de solidaridad sincera. Hasta en Semana Santa, el luto era de rigor por la muerte de Jesús. De esto poco queda, si acaso vestir de violeta como el nazareno. El 17 de' diciembre, aniversario de la muerte del Libertador, sólo, bastaba con izar la bandera a media asta a partir «de la una de la tarde con una cinta negra en el extremo leí asta. Algunos ritos igualmente han desaparecido. En Guayana, el sepelio de los personajes populares tenía la connotación de un espectáculo que recoge muy bien en su romance El Cajón de las Ánimas, el poeta Héctor Guillermo Villalobos. Las gracias se daban en la Plaza Miranda y antes de llegar a ella, en la última esquina, los cargadores de la urna que casi siempre iban ebrios, como queriéndose devolver, marchaban en un solo sitio mirándose las caras, daban una vuelta que el pueblo llamaba “la vuelta reglamentaria”. (AF)

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