miércoles, 20 de junio de 2018

EL ALBA, PERIÓDICO UPATENSE DE 1922



         El Alba salió a la calle el 15 de febrero de 1922 en formato de 25x32 cms., 4 páginas, con informaciones a 3 columnas, bajo la dirección y administración de Anita Acevedo Castro, Nicomedes Casado Acevedo y Enriqueta Acevedo. Circulaba quincenalmente y “cuando la Dirección lo juzgue conveniente”. Se ocupaba de literatura y de intereses generales. La suscripción mensual era de un bolívar y se canjeaba con todos los periódicos dentro y fuera de la República.
         El Alba circuló durante veinte años y se sostuvo fundamentalmente con los denuncios mineros y finalmente con una subvención de cien bolívares del estado. Refiriéndose a El Alba, en su libro “Creciente”, Rafael Pineda dice que “por su tono y presentación, El Alba no sólo entusiasmó a los entendidos que colaborarían en sus páginas –como los Oxford, Sandalia Siso, Pedro Manuel Castro, César D’Escrivan, Fernando Teodoro y María Cova Fernández, C. De Brindis Pérez, José Mercedes González, Cipriano Fry Barrios, Ramón Otero Fernández, Carlos Rodríguez Jiménez, María Díaz, entre otros- sino que también sirvió para apaciguar las tribulaciones entre quienes tenían familiares entregados al laboreo de las minas, pues parte del contenido del periódico confirmaba la existencia del oro y auguraba días prósperos para todos con la publicación de un cartel en que Andrés Brito, guardaminas del estado Bolívar, hacía saber que las minas de veta aurífera denominada “La Alianza”, ubicada en jurisdicción del Municipio Pedro Cova, había sido protocolizada en su oficina, en caso de que alguien que no fuera su denunciante se creyera con derechos sobre la posesión.
         El Alba, casi todo impreso con tipos sueltos de diez puntos, siempre le dio más importancia a lo literario destacando en primera plana los temas de esta índole en tanto que lo informativo estaba relegado a las páginas internas y la última dedicada a la publicidad comercial. Una muestra es la edición 213 del 15 de agosto de 1928 de la cual conservo copia facsimilar de un ejemplar.
         Esta edición número 213 abre su primera página a tres columnas, con un elogio al autor del artículo “Minas del Yuruari” publicado en el semanario Correo de Guayana de Ciudad Bolívar y el cual no es otro que el doctor Miguel Emilio Palacio, a quien le da los títulos de geólogo, científico, minerólogo práctico, sociólogo, filósofo y eminente profesor de letras. Para entonces Miguel Emilio Palacio, profesor del Colegio Federal y quien fundó en Guayana la primera Escuela Minera, había quedado ciego a causa de una explosión en las minas subterráneas de El Callao. El Alba lo alude diciendo que “es el Milton americano, ilustrado y sabio, como lo fue el inmortal inglés. El Milton inglés llevaba el paraíso perdido que era la luz de sus ojos. Nuestro Milton, con la esplendorosa luz de su inteligencia, canta en himno patriótico el riquísimo resurgimiento del Yuruari aurífero e industrial”.
         En la misma primera plana resaltan dos sonetos: El Regreso, de Juan Santaella y La Bienamada, de J. M. Agosto Méndez, así como una Carta Lírica, de Anita Acevedo Castro, donde llora la ausencia del amado.
         En la segunda página se lee un corto poema en prosa de Virgilio Bártoli Salmerón, seguido a una columna de la nota informativa sobre una Junta de Fomento que preside el doctor Lecuna Bejarano. Luego da cuenta de la visita a Upata del bardo Agosto Méndez, para un recital a beneficio del Cementerio. Informaciones sobre la muerte en San Félix del coronel barquisimetano José Flores Alvarado; recepción festiva al doctor Carlos Rodríguez Jiménez por su discurso en la inauguración en Ciudad Bolívar de un bronce regalado por el Congreso Nacional como homenaje al General Juan Vicente Gómez.
         En la página tres a una columna están las Sociales y a dos columnas una relación, primera quincena de agosto, de la Administración de Rentas del distrito Piar, firmada por le administrador A. Ma. Guerra y el presidente municipal A. Lecuna Bejerano.
         En la última página una publicidad de la Bigott, fabricante del cigarrillo Bandera Roja, “imposible de agualar en calidad”, otra de la sub. Agencia Víctor de C. Lecuna Baldó que vendía vitrolas, ortofónicas, discos y agujas; un anuncio de La Previsora, de Daniel Vera, ofreciendo casabe, leña, tabaco de fumar y de rollo, así como goma china; Rectificación de Licores, de J. A. Medina ofreciendo su nueva bebida el ambarito Chartrense, y de la Zapatería Polar de José M. Silva anunciado su gran surtido de pieles. (AF)


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