domingo, 24 de junio de 2018

200 AÑOS DEL CORREO DEL ORINOCO -Tercera parte-


La aparición del Correo fue recibida por los angostureños con semblante matizado de curiosidad y entusiasmo. Los primeros ejemplares se vendieron en la propia casa donde se editaba y en la Capitanía de Puerto donde también se hacían suscripciones al precio de un peso por mes.
La goleta “La Libertad” así como la inglesa “Halifax Packet”y el bergantín francés “Ana” embarcaron paquetes del “Correo del Orinoco” con destino a las colonias y por esa vía a otros países como Londres y Estados Unidos de donde era esperado un Agente diplomático enviado por el Gobierno de James Monroe.
La prensa de tipos sueltos trabajaba con fuentes long primer y small pica, con sus respectivas itálicas y letras blancas para títulos y epígrafes. El impresor, Andrés Roderick, devengaba 50 pesos mensuales desde el 15 de octubre de 1817 que se instaló la prensa en la casa propiedad de José Luis Cornieles,  un canario que se había refugiado con su familia en Trinidad tras el sitio y toma de Angostura por los patriotas y que luego regresó para ponerse a la orden de la República a cuyo Gobierno le puso a la orden todos sus inmueble.
La suscripción del Correo del Orinoco costaba mensualmente un peso para los habitantes de Angostura. La gente del interior debía suscribirse por el lapso mínimo de tres meses y pagar treinta reales. Se contaba con posta para la circulación del periódico en lugares distantes.
Las suscripciones fueron abiertas en la casa sede a  la Capitanía de Puerto y los comerciantes y personas interesadas en publicar Avisos en el Correo, debían remitirlo a más tardar la víspera de la edición, es decir, el viernes puesto que la Gazeta salía periódicamente el día sábado. La oficina de recepción de Avisos funcionaban en el propio taller del periódico.
El premier comerciante en publicar un aviso por el Correo del Orinoco fue el señor Falconer, un sillero que tenía su taller en el sótano de la casa del Almirantazgo. El aviso decía textualmente: “El Ciudadano Falconer, Sillero, que vive baxo el Almirantazgo, desea encontrar para comprar una cantidad de SERDA. Se pagará a buen precio la de buena calidad. Angostura Junio 27 de 1818”.
Andrés Roderick, impresor del gobierno Supremo, redobló su trabajo con el Correo del Orinoco, pues anteriormente se limitaba a imprimir Boletines, Bandos, Membretes, Decretos, Ordenanzas, Leyes, Resoluciones  y otros impresos, para lo que debió tomar previsiones entrenando ayudantes como Tomás Taverner, Juan José Pérez y José Santos e interesando en el oficio a jóvenes que supieran leer y escribir. (Tomado del libro "Periodismo en Guayana" de Américo Fernández)

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