lunes, 11 de julio de 2016

Agasajo de fin de año


Ha sido costumbre ya tradicional de Gobiernos como de partidos políticos, obsequiar con fiambre y regalos a los periodistas con motivo de Pascuas y Año Nuevo, de manera que la fotografía donde aparecen Eduardo Santana, Luis Guillermo Pilonieta, Américo Fernández y Diógenes Troncone corresponde  a la época del Gobernador Manuel Garrido Mendoza, específicamente, diciembre de 1972.
         En esa memorable ocasión el Gobernador Garrido Mendoza, famoso por sus abundantes bigotes, almorzó con los periodistas  y obsequió a cada uno una preciosa Agenda Histórica y Turística de Venezuela.  Al final del almuerzo, el Secretario General encargado del Colegio Nacional de Periodista,  Nolasco Guarisma Álvarez en la actualidad Cronista oficial de Ciudad Guayana, tomó la palabra para anunciar que el Gobernador había ofrecido 1.500 bolívares para la adquisición de una vivienda a los hijos del colega José Manuel Rojas (Jomar), pero Guarisma, en vez de decir lo dicho, pecó con el siguiente lapsus lingüe que suscitó hilaridad:  “Colegas, me place anunciarles que el Gobernador aportará 1.500 bolívares para comprar a Jomar”
         Otra nota muy curiosa y que dejó una expresión de incredulidad fue la del doctor Alcides Sánchez Negrón cuando comentó entre sus platos favoritos el “Sancocho de loro”.  Decía Alcides que la carne de loro tiene un sabor muy agradable, sólo que es bastante dura, pero explicó que últimamente había ensayado en su fundo de Mundo Nuevo, enterrar los loros a pleno sol varias horas antes de meterlos en paila.
         El directorio regional de Copei también agasajó a los periodistas con motivo del fin del año.  Muchos entre telones afloraron durante la tertulia y como nota de humor se dijo que el Gobierno de Copei había resultado tan bueno que le dieron la oportunidad de gobernar un día más que Acción Democrática.  ¿Por qué?  Pues el período constitucional  contó con año bisiesto (1972). 
         El Gobernador Garrido tuvo la originalidad de romper con el antiguo protocolo según el cual el Maestro de ceremonia, luego del discurso de fin de año,  llamaba a los representantes de las instituciones para saludar y darle al gobernador el abrazo de año nuevo.  En esa ocasión, después del mensaje la salutación se dejó a todos los asistentes en libertad para felicitar y saludar al gobernador, estilo que hasta la fecha han continuado los gobernadores.
         La doctora Estela Cabrera también presente en el agasajo a los periodistas, celebraba haber sido la primera mujer en llegar a la Presidencia del Parlamento Regional, pero no la primer mujer diputado.  La primera mujer diputado, creo que por ascenso de suplencia a principal, fue Luisa Salazar de Rebolledo, esposa del entonces Secretario General del CES, Santos Rebolledo.
         La presidencia para la doctora Cabrera le había costado hacía tres años su militancia urredista.  La Dirección Regional de URD se opuso y excluyó de sus filas a la doctora cuando ésta insistió y suscribió contra viento y marea un pacto para alternar durante cuatro años la presidencia de la Legislatura entre diputados del MEP, Copei, FDP y ella.  AD, no obstante de disponer de la mayoría relativa (cinco diputados) quedó excluida del pacto, pero nunca sus dirigentes dejaron de trabajar abiertamente o en la sombra para romper lo que ya en ese año de 1972 era irrompible, pues el convenio parlamentario estaba llegado a fin.
         Una experiencia que se continúa repitiendo a través de la historia en aras del Poder.  El Poder, el poder ¿para qué? Al servicio de la verdad y la justicia o simplemente como es lo que corrientemente vemos. el poder para la concupiscencia. (AF)

           

sábado, 9 de julio de 2016

Francisco Morochito Rodríguez


El 18 de noviembre de 1968, Francisco Morochito Rodríguez, a quien vemos en la gráfica abrazado efusivamente por una joven guayanesa, fue objeto de un homenaje por parte de los fanáticos bolivarense que lo esperaron desde tempranas horas en la Terminal del Aeropuerto para felicitarlo por convertirse en el primer venezolano ganador de una Medalla Olímpica.
         El homenaje lo organizó un Comité elegido por una asamblea de deportistas y periodistas reunidos en el Gimnasio Cubierto y el cual quedó presido por el Locutor Héctor Cristofini e integrado por Antonio López Escalona, Ramón Aray Lefebres, Ismael Morales Pérez. Antero Pérez e Hilda Arrioja.
         El 26 de octubre de 1968 en el México Arenas, Francisco Morochito Rodríguez, de 48 kilogramos, subió al cuadrilátero para enfrentarse al púgil coreano Joun.Ju Lee en tres asaltos y regalarle a Venezuela su primera medalla de oro en unos Juegos Olímpicos.
Los Juegos Olímpicos de México 68 estrenaban una nueva categoría en la disciplina boxística, la división minimosca, y en ella estaba inscrito un pequeño venezolano de la costera ciudad de Cumaná llamado Francisco Rodríguez y a quien apodaban "Morochito".
El 17 de octubre subió Morochito al ensogado olímpico por primera vez para enfrentarse a su amigo el cubano Rafael Carbonell, contrincante que le había sido asignado en el sorteo. Su entrenador Ángel Edecio Escobar estaba en la esquina para darle las instrucciones y el púgil cumanés supo llevar a cabo la estrategia de Escobar para vencer por decisión unánime.
Tres días después de superar a Carbonell le tocaba verse las caras con el celandés Khata Karunarathe, a quien Morochito envió dos veces a la lona en el segundo asalto para que finalmente el árbitro detuviera la pelea y le diera el triunfo al boxeador venezolano por nocaut técnico.
El 23 de octubre al pequeño púgil cumanés le tocaba enfrentarse al estadounidense Harlan Marbley, a quien ya había vencido en los Panamericanos de Winnipeg 67. En esa ocasión Morochito repitió ante el norteamericano y le ganó por decisión 4 puntos a 1, para alcanzar la puja final por la presea dorada.
Su contrincante en la final sería el coreano Joun-Ju Lee, quien era considerado uno de los mejores boxeadores de la división de los 48 kilogramos.
El 26 de octubre Morochito y el coreano subieron al cuadrilátero a disputar la primera de las once finales que se disputaban ese día en la disciplina de los puños. Toda Venezuela estaba pendiente de lo que ocurría en el México Arena, a través de la transmisión de Radio Continente, en la voz de Carlos González Ruiz.
Los primeros dos asaltos fueron bastante parejos y el tercero fue el decisivo. Después del sonido de la campana los jueces decidieron y el árbitro levantó la mano del cumanés, que recibió los aplausos de un público mexicano que celebraba la victoria de un latinoamericano.
Morochito se abrazó a la bandera, lloró con el sonido del himno nacional y dejó su huella en la historia del deporte venezolano al recibir la primera medalla de oro olímpica que ganaba Venezuela.
Francisco “Morochito” Rodríguez, nació en Cumaná el 20 de septiembre de 1945, hijo de Olga Margarita Rodríguez de Brito. Su padre abandonó a su familia antes de que Francisco naciera, por lo que no utilizó el apellido Brito al participar en competencias. Rodríguez recibió el sobrenombre “morocho”, por tener una hermana gemela llamada Alida. Se crió junto con catorce hermanos, siendo el segundo, en un hogar de pocos recursos. Trabajó con su abuela vendiendo pescado y nunca recibió una educación formal, por lo que no aprendió a leer y a escribir hasta llegar a la adolescencia. A los once años entró al mundo del boxeo comenzó con sus puños a vislumbrar su escaño en los anales del boxeo. Hoy 24 de abril 2024 me enteré del fallecimineto de esta gloriA del boxeo que me tocó entrevistar.. (AF)





jueves, 7 de julio de 2016

El Conjuro del tabaco


Fumar el tabaco para transportarse hacia un plano superior y conjurar determinado peligro mediante una oración es lo que hacen quienes se dedican a la santería y otras variantes propias de la cultura primitiva en que el chamán juega rol destacado.
         Siendo Guayana región de numerosos grupos y lenguas indígenas, lógico es que el chamanismo o hechicería que le son propios se haya extendido y perdurado, preferentemente en las zonas rurales y en las clases menos favorecidas por las bondades de las ciencias.
         Pero el chamán utiliza el Yopo, que es sin duda un alucinógeno más fuerte que el tabaco, para invocar a sus espíritus mientras que el hechicero de nuestros días utiliza el Tabaco que es tan americano como el Yopo.  Cristóbal Colón dio cuenta de esta rama que hoy producen más de 100 países del mundo, gracias a Francisco Hernández de Toledo que lo introdujo en España a Jean Nicot que lo llevó a Francia y al pirara Francis Drake que lo llevó a Inglaterra. 
         El tabaco es para el campesino guayanés lo que el yopo para el indio y la coca para el boliviano, un buen estimulante y apaciguador del hambre, pero como cualquier alcaloide produce adición, y aprovechado en extremo produce problemas circulatorios y pulmonares. De esto último poco se preocupan los hechiceros que absorben con intensidad las toxinas de la nicotina a la hora de invocar los espíritus que según sus creencias tienen el poder del bien y del mal.
 Junto con Germán González Seguías me tocó satisfacer la curiosidad a través del amigo Ernesto Alcalá, para presenciar en el barrio La Lorena uno de esos rituales que acostumbran quienes se dedican a través del tabaco invocar ciertos espíritus como el de Negro Primero, el Negro Miguel y el Negro Felipe para que respondan a través del fumador interrogantes de los interesados presentes.
         A Germán lo sacaron porque la forma como la  hechicera tomaba ron y chupaba el tabaco le causaba hilaridad.  Yo, por mi parte, resistí el humo chamuscado y el penetrante aroma del ron de 45 grados.
         Juana Petra a quien vemos en la gráfica utilizando un habano como medio de comunicación de su ritual y cuyo nombre seguramente le sirvió al poeta  Víctor Medina para una de sus composiciones musicales, comenzó con una invocación y finalmente con un conjuro.  En el patio de la casa, se hallaban mujeres que habían perdido o sentían sus maridos muy ausentes y querían que Juana Petra las ayudara y ésta después de unos cuantos tragos y fumadas, cerró los ojos y alzó la voz:   
         “Ofrezco los humos de mi tabaco a los cinco sentidos, pensamiento y persona de Mauricio Sanguino. Invoco a los cuatro vientos para que donde quiera que esté venga desesperado, humilde y manso como Jesucristo llegó manso y humilde a los pies de Poncio Pilatos. Invoco a San Marcos de León para que me lo amanse de pies, manos y corazón, así como amansó al León y las otras fieras del monte”.
Después de esta invocación vino la conjuración:  “Yo te conjuro Mauricio Sanguino desde la cabeza hasta los pies, vena por vena, nervio por nervio como reducido te tengo a mí; espero y confío que no podrás estar con mujer alguna, si fueras a estar, tus fuerzas se han de agotar como se le agotaron al Divino Señor”.


Luego de una pausa, la doña hizo una cruz con la mano derecha al tabaco bendiciéndolo tres veces seguidas. Finalmente ofreció la Oración del Tabaco al Santo Ángel de la Guarda instando a la mujer a su lado decir: “… si tienes pies, me busques, si tienes piernas me alcances, si tienes manos me tientes, ojos me veas, si tienes oídos me oigas, si tienes mala intención devórala, por Don Juan del humo para que con el humo del tabaco me lo hagas vencer y rendir a mis pies por la rama carmelita y Santa Marta del Monte”. (AF)

martes, 5 de julio de 2016

La enfermera de José Gregorio Hernández


Aunque usted no lo crea, la enfermera de José Gregorio Hernández vivió y murió en estas cálidas tierras del Orinoco y del Caroní. En 1973 cuando cumplió 77 años se hallaba en Ciudad Guayana en compañía de su único hijo Ángel Cipriano Guzmán, quien laboraba en la sección de radiología del IVSS, pero antes, la afortunada enfermera trabajó en el Centro Médico del Seguro Social de Ciudad Bolívar y quien sabía de sus nexos con el Venerable José Gregorio Hernández, la buscaba para asistir a ciertos partos pues estaba permisada por el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.
María Luisa Talavera de Guzmán nació en Caracas el 29 de septiembre de 1896, murió sin poder dar gracias al Papa Juan Pablo II por lo que considera primer paso hacia la beatificación y canonización de José Gregorio Hernández.  Tal es la distinción de Venerable, proceso iniciado por el Arzobispo de Caracas, Monseñor Lucas Guillermo de Castillo ante el Vaticano.
El Dr. José Gregorio fue nombrado venerable por parte del papa Juan Pablo II el 16 de enero de 1986 y se inició el tramo que lo llevará a la beatificación. De completarse el proceso, se convertiría en el primer santo de procedencia venezolana. Y el tercer beato de este país que tiene hasta ahora  2 beatos y varias religiosas venerables La beatificación del Dr. Hernández es actualmente una meta que espera alcanzar parte de los feligreses católicos así como la iglesia católica venezolana, por lo cual, en diversas partes del país, se rezan diversas oraciones para pedir por el pronto nombramiento de José Gregorio como Santo.
Doña Luisa Talavera de Guzmán, emparentada con Monseñor Talavera, obispo de Guayana, fue enfermera desde temprana edad  y laboró en 1914 al lado de José Gregorio Hernández cuando estalló en Caracas la llamada “Gripe española” tan terrible como lo es hoy en el mundo entero la Gripe H1N1.
Fue enfermera fundadora del IVSS  y ejerció sin faltar un solo día  en Caracas, Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana hasta 1966 cuando fue jubilada.
Solía contar a sus allegados que José Gregorio Hernández  murió trágicamente el 29 de junio de 1919  cuando se dirigía a la farmacia en busca de medicinas para uno de sus enfermos.
Al tratar de esquivar el automóvil que conducía el hijo de un señor que un día antes había tratado, dio un traspié, cayó al suelo y se golpeó la cabeza con el borde de la acera, en la esquina de Amadores, La Pastora. Sus restos reposan en el Templo de la Parroquia La Candelaria  después de estar por mucho tiempo en el cementerio general del Sur. Era la tumba más visitada de dicho cementerio.
Para doña Luisa jamás había visto un entierro tan impresionante, salió a las 9 de la mañana de la iglesia y a las diez de la noche todavía no había llegado al Cementerio General del Sur.  Fue algo impresionante y de un fervor piadoso desbordante, pues José Gregorio Hernández, fue un médico humanitario, integralmente entregado a su profesión, solidario y de una gran fe en el prójimo.    
Era conocido como un profesor culto (hablaba francés, alemán, inglés, italiano, portugués, dominaba el latín, era músico, filósofo y poseía profundos conocimientos de teología), exigente y se caracterizaba por la puntualidad en el cumplimiento de sus deberes profesionales. Formó una escuela de investigadores quienes despeñaron un rol importantísimo en la medicina venezolana. Discípulos de Hernández fueron el Dr. Jesús Rafael Risques, quien fue su sucesor en la Cátedra de Bacteriología y Parasitología, Rafael Rangel (1877-1909) considerado como el fundador de la parasitología nacional. (AF)

lunes, 4 de julio de 2016

Seres de Otro Mundo

Carlos Argenis Durán

 SERES DE OTRO MUNDO
“El camino más largo comienza con el primer paso”, solía decir el increíble Kaliman.  Faltaría saber en el caso de Carlos Argenis Durán y Baduel Parra cuándo dieron el primer paso en ese largo camino que no los deja o dejaba en paz consigo mismo ni con sus semejantes. Argenis caminaba y caminaba, aunque no tanto como Baduel, pero si apresurado, tal vez porque era más liviano y más joven.
Argenis se disparaba un tanto eufórico desde el sector Amores y Amoríos mostrando sus dibujos enrevesados y un tanto caricaturescos, hasta el casco urbano de la ciudad, donde terminaba ofreciendolos y ostentando las profesiones más relevantes y diversas, desde diputado hasta docente de la medicina psiquiátrica de cuyos conocimientos según confesaba se habían nutrido expertos como Iván Augusto Cividanes y el mismito ex decano del núcleo de la UDO, Miguel Grau, incluía también a José Luis Cestari y a los psicólogos César Avendaño y Rómulo Gipson. 
El primero de diciembre, día de su cumpleaños, doña Rosario y Diógenes Troncone Sánchez, sus protectores en cierto modo, lo obsequiaban con una torta de chocolate, precisamente cuando iba por su almuerzo generoso de todos los días.
Argenis quien ordinariamente anda o andaba de paltó y en días muy especiales luciendo una corbata que según advertía le regaló Jaime Lusinchi, comentaba  haber sido alumno de Juan Bautista Farreras aunque este había muerto ante que él naciera y haber intentado su bachillerato en un Liceo de Caicara donde cada 28 de diciembre formaba parte de la comparsa de los locos, decidiendo un día quedarse allí, aunque muy solo, para poder olvidar a sus 50 mujeres y seis mil hijos que ya no podía sostener con todas las profesiones recibidas.
         Pero caminando, caminando, Baduel Parra se los ganaba a todos en fuerza, palanca, velocidad y larga distancia. Tan pronto lo veíamos en el Mercado Periférico de Ciudad Bolívar como en Guarataro y Maripa buscando por los lados de la familia de Brisne  Parras con la que hacía buenas migas.
Baduel,  por los año sesenta, era alto, joven, elegante y estudioso, redactaba y escribía a maquina como todo un experto mecanógrafo, hasta el punto que su compañero de Partido Roger González, cuando era Presidente de la Asamblea Legislativa, lo puso de Secretario. 
De repente nadie más supo de Baduel y una noche de luna llena alguien que preguntó, encontró esta repuesta: “Esta en Bárbula haciendo un curso”. Bárbula ¡Por Dios! Donde queda eso. Estás raspado en historia. Piensa bruto, piensa, piensa con el cerebro de Girardot!.. Pues bien, Baduel Parra un día se apareció hablando hasta por los codos y citando a connotados intelectuales y políticos de la talla de Unamuno, Uslar Pietri, Jorge Luis Borges y Rómulo Betancourt. El sastre Víctor Inojosa era uno de los que desde entonces le soportaba sus interminables erudiciones mezcladas con asuntos menores de la vida cotidiana.  Pero antes de instalarse en el sitio  donde podía dar rienda suelta a sus conocimientos literarios, hacía escala en la Legislatura para chequear el monto de su jubilación; después en la Casa del Partido, donde reprendía a más de uno, y en el despacho del Vicario General de la Catedral, monseñor Samuel Pinto Gómez, a quien saludaba en términos de realeza !Hola Príncipe! Y a la secretaria Iris Aristeguieta  !Hola Princesa! Al día siguiente podía elevarlos: !Hola Rey! !Hola Reina! Y el día más perturbado: !Hola Loco!” !Hola Loca! De todas maneras, Monseñor le alargaba su mesada y él abandonaba la Sacristía persignándose en vez de hacerlo antes de entrar como es costumbre. (AF)



domingo, 3 de julio de 2016

Puchucho y Un Momento en el Deporte


PUCHUCHO Y UN MOMENTO EN EL DEPORTE
Salía  al aire por la antigua Radio Bolívar “Un Momento en el Deporte”, de Francisco Javier García, mejor conocido en el medio radiofónico como “Puchucho” (en la foto), con ese remoquete lo bautizó el operador de Radio  José Vicente Cardozo y Correa.
       Francisco Javier es valenciano y su experiencia de locutor la cultivó en Caracas por una de esas eventualidades que sólo una vez ha podido ocurrir en la vida de quien para ese momento sólo sabía vender empanadas, rematar zapatos y fantasear como locutor oyendo a tantas estrellas como Delio Amado León, Carlos Tovar Bracho, Luís Enrique Arias.y  Alí Khan
       Su aventura comenzó por casualidad cuando un amigo leyó los tips deportivos que escribía y se los mostró a Juan Negretti, director de Prensa Libre de Radio Cultura, que no lo creyó hasta que lo tuvo de frente y lo puso a prueba.  Allí se quedó redactando hasta que logró el título de locutor y pudo alternar con los veteranos.
       Se presentaron los Juegos Nacionales del béisbol doble “A” de 1969 en Ciudad Bolívar. Lo enviaron para la cobertura  y desde entonces se quedó en la capital angostureña atrapado por una guayanesa (Dalila Fernández) que lo enseñó a comer zapoara rellena aparte de morocoto, lau.lau, coporo y bagre blanco pobre.

       En Ciudad Bolívar debutó por eventualidad como narrador deportivo de la  Cadena Radiofónica Nacional que abarcaba Radio Bolívar, Tricolor, Zulia, Radio Cultura que ahora es YVK Mundial, Radio Mil  y Ondas Porteñas. El Director de Radio Bolívar José Antonio Nicolás que tenía buen ojo y buen oído, lo enamoró y dio todas las facilidades para que hiciera carrera en  Radio Bolívar ya cuando tenía los pasajes de regreso a Caracas, haciendo lo que más le gustaba al joven Pachucho: escribir y narrar todo cuanto abarca el mundo deportivo.  Desde entonces se puso las gríngolas y sin mirar por ningún lado ha pasado por sobre todos los baches e hitos de la emisora,  desde el Turco Nicolás hasta  pasando por Gabriel Aguilera Ordaz, Freddy García, Jerónimo Méndez Rojas, Rubén Rossi Vera, Pedro Carreño Reyes y pare usted de contar.  Ahora  “Un Momento en el Deporte” de de 6:20 a 6:30 de la mañana, desde la popular FM de la calle Carabobo,sale al aire despertando muy temprano a los aficionados para darle los resultados de los eventos inmediatos anteriores con sus respectivos comentarios críticos de mucho aval profesional.  Siempre con los mismo patrocinadores.AF)

sábado, 2 de julio de 2016

René Silva, médico y escritor


René Silva Idrogo a quien conocemos como profesional de la medicina especializada, aunque siempre picado por el prurito de la política, comenzó a sentir la necesidad de escribir y lo hacía desde el año anterior que dio a luz “Retazos”, un libro mitad poemas, mitad relatos y que fue como globo de ensayo para medir sus posibilidades de aceptación en la creación literaria.
            Y la necesidad en este campo a René se le volvió ambición y lo percibimos cuando contrapunteamos un poco con él un día de enero sobre “En el nombre de Hipócrates”, su segundo libro en menos de un año que amaneció como la historia novelada de un médico que invocando al padre de la medicina distorsiona los principios de la deontología médica.
            En base a la lectura de este libro de 166 páginas y 20 capítulos dialogamos con el autor  sobre el tema de la novela que nos pareció interesante porque ha sido escasamente tratado en forma literaria, sin embargo dudaba de que tuviese el  éxito que él suponía.
            -El éxito o fracaso –respondió- lo dará la aceptación o no del lector con todas las limitantes que significa carecer del conocimiento de ciertos mecanismos y contactos para que ocurra. 
            ¿Estás realmente sólo en este propósito?         -Yo quiero hacer un camino desde el ABC, sin pasar por encima de nadie, sin utilizar influencias, sin tener que hacer una edición endosada por organismos públicos o privados. Quiero medirme ante el país decidor que es el público.
            ¿Deviene esa animación acaso de tu primer libro?        -Después que terminé “Retazos” quedé con la efervescencia, no hay duda, y ahora me encuentro como en una pendiente que quiero continuar escalando sin temor a dar un mal paso y deslizarme.