jueves, 7 de agosto de 2014

La Ley de Vagos y Maleantes


El ministro de la Defensa anunció el 8 de diciembre que de 1990, la Ley de Vagos y Maleantes sería aplicada a los garimpeiros, lo cual suscitó una reacción política en Ciudad Bolívar en contra de ese instrumento calificado de “adefesio” por antidemocrático.
La diputada Pastora Medina (en la foto) de la Causa R, se lamentó que sea el propio ministro de la Defensa quien se pronuncie por una solución de este tipo, a un problema tan complejo, tan delicado y de carácter internacional.
El ministro Jurado Toro en visita reciente a la ciudad dijo que aun cuando el gobernador Andrés Velásquez es opuesto, él considera que la Ley de Vagos y Maleantes es el instrumento expedito con el cual se cuenta para hacer justicia contra los garimpeiros, pues el Congreso Nacional aún no se decidía a aprobar la Ley Penal del Ambiente que evitaría que el Estado perdiera esfuerzo y recursos contra depredadores que muy pronto son puestos en libertad.
La diputada Medina al reaccionar contra la posibilidad de aplicar la Ley de Vagos y Maleantes a los garimpeiros, dijo que lo que realmente corresponde es la aplicación de leyes que sancionen la permanencia ilegal de personas en nuestro suelo con fines como los de los garimpeiros.
Es con la Ley de Extranjeros, con la Ley de Suelos y Aguas, con el Código Penal, con la Ley de Fronteras que se puede frenar la embestida de los garimpeiros y no con medidas efectistas.
La diputada Medina manifestó que tal como viene y se ven las cosas, se puede presumir que no está prevista una respuesta definitiva a la anarquía reinante en materia de minería. Denuncia que el propio Gobierno Nacional promueve e institucionaliza la anarquía minera en Guayana, toda vez que es el propio Gobierno Nacional quien irrespeta la legislación y no se decide a ponerle el cascabel al gato entre CVG y Minas, porque existen altos intereses comprometidos, grupos económicos influyentes, militares y políticos no interesados en que la minería se ordene.
La Ley sobre Vagos y Maleantes fue una copia de la Ley de Vagos y Maleantes española, dictada el 4 de agosto de 1933, durante la II República que precedió la dictadura del general Francisco Franco.
A diferencia del instrumento legal venezolano, la ley española dejaba en manos de los tribunales su aplicación, la cual debía hacerse previa denuncia, mas no a capricho de las autoridades civiles, como sí ocurrió en Venezuela.
En España la ley estaba dirigida al tratamiento de vagabundos, nómadas, proxenetas y cualquier otro elemento considerado antisocial; posteriormente, el 15 de junio de 1934, fue modificada para reprimir también a los homosexuales.
En 1970, se decidió en España que fuera derogada y sustituida por la “ley sobre peligrosidad y rehabilitación social”, muy parecida a la anterior, pero que incluyó el internamiento hasta cinco años en cárceles o manicomios para los homosexuales y demás individuos considerados peligrosos sociales, a fin de que se “rehabilitaran”.
En Venezuela, la Ley sobre Vagos y Maleantes fue aprobada el 14 de agosto de 1939 y reformada el 15 de julio de 1943, cuando se le quitó la potestad de intervenir a los fiscales del Ministerio Público, y de revisar las decisiones a los jueces. Entró en vigencia el 16 de agosto de 1956. La misma regulaba a los individuos agrupados en las categorías de “vagos y maleantes”, los cuales se consideraban entes peligrosos que estrictamente no pertenecían a una calificación moral sino más bien a una valoración preventiva, pues eran elementos que acomodaban su conducta a hechos perturbadores para la sociedad.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Alberto Minet, armador del Orinoco



Alberto Minet, integrado a Guayana desde 1947, abortado por la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un armador de barcos, muelles y barcazas que fortalecieron la navegación por el Orinoco.
Nació el 11 de enero de 1916 como uno de los muchos niños de la Primera Guerra Mundial, concebido entre el desastre de Charleroy y la guerra de Verdun que dejaron en las trincheras varios millones de muertos.
Como pudo su familia lo hicieron estudiar en medio de la crisis de la guerra y a los 17 años ya tenía una sólida formación profesional. Recibió del ministro de Educación la Medalla de Vermeil y el Diploma de las Industrias Mecánicas de Francia, de Fresador de quinto año y el de Tornero una Medalla de Plata. Ajustador y Diploma de Dibujante de Ejecución. Entonces su padre, alto oficial del Ejército, le dio la responsabilidad de la Oficina de Estudio de Troqueles y Maquinaria Automáticas, ocupado anteriormente por su tío Lucien, que más de 2 años antes se había liberado del Patronato Francés a levantar una empresa propia, de instalación de calefacción para casas y edificios basado en circulación del vapor de agua en tubería y radiadores.
Antes de los 19 años había realizado varias máquinas automáticas y troqueles y en particular la máquina automática de producción de las cintas desechables que se usaron años para sellar la tapa de hojalata de los recipientes de vidrio.
Se construyeron 3 máquinas, que 20 años después fueron clasificadas como las máquinas más productivas. Por la empresa Jovignot donde prestaba servicio.
Don Antonio Levanti, su paisano, quien falleció el 8 de junio de 1968, a la edad de 84 años, natural de Marsella, era dueño de la Compañía Anónima de Transporte Fluvial que hacía el transporte en chalanas entre Soledad y Ciudad Bolívar, pero eran chalanas de madera y para competir con la iniciativa de la sociedad Inaty y Lugo en la introducción de chalanas de hierro, se trajo a Ciudad Bolívar en 1948 a su paisano francés Alberto Minet, quien tenía experiencia como armador.
Minet se hallaba en Caracas desde 1947, a donde llegó vía Puerto La Cruz en un barco carguero, trayendo consigo solo una maleta, una liviana máquina de escribir y 600 dólares. Atrás había dejado el desastre de la guerra donde sirvió en una subterránea fábrica de aviones de caza.
Levanti quien operaba en sociedad con Félix Tomassi y Enrique Planchart, ofreció todas las facilidades a Minet y éste improvisó un varadero en La Trinidad donde fabricó las primeras chalanas de hierro, entre ellas, La Múcura, nombre que respondía a una guaracha muy de moda para la época y en cuya letra el pueblo encontraba un mensaje que asociaba negativamente con la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez.
Minet en su varadero de La Carioca (Trinidad), que finalmente reubicó en Soledad, comenzó a ser solicitado desde todas partes para intervenir como armador en las más complejas operaciones de ingeniería náutica, incluyendo los primeros muelles de la siderúrgica. Pero también Minet tenía sensibilidad para las artes plásticas. Su sensibilidad artística lo había llevado a ser un fiel visitante de los museos, pasando mucho de su tiempo libre admirando las pinturas de los grandes, de los cuales muchos se quedaron grabados en su memoria. Probablemente, después de 70 años, en un corto periodo, donde libre por pocas semanas, de los problemas de su vida, sacó su caja de pastel, para principalmente comprobar que le quedaba algo de su juventud. Logró hasta el día de su fallecimiento, al lado de su fiel e inseparable Margarita que todavía vive en las colinas de Soledad.(AF)

martes, 5 de agosto de 2014

El Piloto Martín Enrique de Paz


Podemos decir que Martín Enrique de Paz era un piloto amigo, simplemente porque amigo era de todo el mundo, servicial. En la Terminal del Aeropuerto de ciudad Bolívar incrustada en uno de sus muros una placa de bronce habla de su cualidad y calidad de hombre de bien. Era, un piloto fuera de serie, pero saturado de tanto volar. Al fin en un avión Queen de su empresa Aerobol, encontró la muerte la mañana del 15 de julio de 1988 junto con nueve personas más y un niño que sobrevivió al accidente.


Además de este Piloto perecieron José F. García, Sandalio Rojas, Bruno Briorio, José Farreras, Mireya Muñoz, Soledad Rita Villalba, Rafael Ramírez, José Linares, Coromoto Rivilla y su hijo de cinco años Renny Rivilla, quien sobrevivió con quemaduras.

El Queen Air fue hallado totalmente destruido a siete millas de la capital bolivarense en la zona de Los Báez. El capitán Martín Henríquez de Paz había tenido la licencia suspendida durante un año, por saturación de vuelo, hasta que se la restituyeron. Desde entonces volaba normalmente, cubriendo todas las rutas asignadas a su empresa Aerobol, con una flota de ocho aviones.

Era nativo de las Islas Canarias, pero la mayor parte de su vida la pasó residenciado en Ciudad Bolívar, donde se consolidó a fuerza de energía y trabajo. Realizó vuelos por las más apartadas comunidades indígenas. Este no fue su único accidente. Había sobrevivido a otros, de los cuales salió con suerte. El penúltimo lo registró el 9 de enero de 1983, cuando resultó herido al chocar su avión en pleno vuelo con un zamuro. Anteriormente su avioneta con varios norteamericanos a bordo, había caído en el “Cañón del Diablo”, en la Meseta del Auyantepuy, siendo rescatado con cuerdas. Asimismo sufrió otro accidente en el Alto Caura. En esa oportunidad volaba sólo y se vio obligado a aterrizar en una zona llena de árboles. Estuvo varios días buscando la salida por la intricada selva del Caura y se alimentaba con caramelos, que siempre cargaba a bordo de sus aparatos.

Era un hombre delgado con una virtual paz interior, asequible y divorciado de adverbio “no”. En eso se parecía al Pope Gómez, a quien jamás le escuché responder con ese monosílabo de dos letras. Lo conocí a través del camarógrafo de RCTV. Marcos Dinelli, barquisimetano que se graduó conmigo en la UCV y que era adicto al vino germano “La leche de la mujer amada”. Creo que más que al vino propiamente, a Dinelli lo que realmente le agradaba era la etiqueta. Lo cierto es que ambos, Enrique y él hacían buena miga y cuando se registraba un siniestro aéreo, Martín era el primero que alistaba su modesta flota a la búsqueda y, obviamente, de copiloto iba siempre Dinelli con la poderosa cámara de RCTV. En una oportunidad, Enrique se llevo a Dinelli a pasar el fin de año a Cumaná, donde residía una hermana y de paso me dio la cola hasta la Isla de Coche. Al día siguiente me fue a buscar y pudo disfrutar las tradicionales diversiones pascuales de aquella isla de pescadores, a la que Luis Beltrán Prieto le dedicó un soneto donde la configura como un quelonio solazado en medio del mar.

El día del siniestro que cobró la vida a Martín Enrique y a sus pasajeros, conversé con él una hora antes. No había llegado a la Corresponsalía de El Nacional, cuando la Radio Bolívar difundía la trágica noticia que conmovió a los bolivarenses, pero marcadamente, al mundo de la minería y al gremio de pilotos que lo tenía en lo más elevado de los afectos.

lunes, 4 de agosto de 2014

El "Mal de Ojo"


El mal de ojo es una creencia localizable en cualquier lugar del mundo y nos viene desde el Medio Oriente a través de España y Sur de Europa, dijo Angelina Pollatz Elltz, antropóloga de la Universidad Católica Andrés Bello, investigadora de los fenómenos religiosos populares en Venezuela.
La antropóloga visitó Ciudad Bolívar el 23 de noviembre de 1988, y dictó tres charlas sobre el tabaco en ritos mágico-religiosos y curativos; el valor terapéutico del trance mediúmico, los ritos exorcísticos en el culto a María Lionza y en las prácticas de los curanderos espirituales en Venezuela. Igualmente charló sobre investigaciones hechas por ella en la península de Paria sobre el mal de madre, sereno, pasmo, empacho, pedrejón, bicho, hinchazones provocadas por los rayos de la luna, pasmo en la sangre, museosuelo, susto y mal de ojo. Sobre este último dijo que nos venía del Medio Oriente y, que según la creencia popular, en Venezuela puede producir diarrea, fiebre y malestar en general.
Trató de demostrar que personas afligidas de enfermedades mentales, con la ayuda de trance mediúmico, pueden reestructurar su personalidad y reintegrarse a la sociedad. Personas que creen en la eficacia de manipulaciones mágicas sacan beneficios de ritos exorcísticos, porque están convencidos que todo el mal de su cuerpo puede ser curado por medio de velaciones y otros ritos semejantes.
El mal de ojo, como proceso, puede venir dado de manera voluntaria o involuntaria, y es, según la creencia popular, efecto de la envidia o admiración del “emisor”, que a través de su mirada provoca un mal en el envidiado/admirado. En algunas culturas orientales se cree, también, que las personas de ojos claros (azules, verdes, grises y rayados) tienen mayor poder para el mal de ojo, en teoría estas personas son mucho más envidiosas que alojan y acumulan tanta maldad dentro de sí mismas que con tan solo fijar su mirada en la persona elegida, puede hechizarla con el mal de ojo, trayendo todo tipo de infortunios encadenados, y provocándole continuos episodios de mala suerte y desgracias.
Los síntomas del aojamiento en la cultura popular son los de un cansancio, infecciones oculares severas, adormecimiento o pesadez, que termina enfermando gravemente a su víctima e incluso llegar a la muerte.
Para contrarrestar el mal de ojo, los guayaneses supersticiosos recurren al uso de talismanes o amuletos que pueden ser desde medallas con imágenes religiosas, dijes o manitos de azabache, ojo de venado o de Zamuro, objetos de oro y plata e, incluso, herraduras. Entre los conjuros para alejar la maldición se encuentra el acto de cerrar el puño de la mano, colocar el pulgar entre los dedos índice y corazón y pronunciar las palabras taf tafio anaquendavi.
En otros pueblos de Venezuela, “se manda a preparar el ombligo” del recién nacido una vez que éste se desprende a las pocas semanas de haber sido dado a luz, esto es realizado por brujos o curanderos que rezan y colocan el ombligo en una funda roja pequeña para cargarlo como amuleto o bien depositarlo en la cuna del bebé. Si el bebé ya tiene mal de ojo, se lleva a un “ensalmador” que ensalma (reza) frente al niño haciendo la señal de la cruz repetidas veces, este tratamiento se realiza a veces por tres sesiones seguidas, una por día. Se recomienda que los neonatos carguen una cinta roja en una de las manos además de un amuleto de azabache en forma de puño llamado “higa”.
Según Francisco Javier Rodríguez (1863): Diccionario gallego-castellano “Higa, mano o puño de azabache que se cree, supersticiosamente, ser preservativo contra brujas y mal de ojo”.

domingo, 3 de agosto de 2014

Los ruidos de la Cárcel

TOPICOS
Ciudad Bolívar tuvo cárcel desde su fundación. La primera la hizo construir el gobernador de la Colonia Manuel Centurión Guerrero de Torres, y permaneció en el casco urbano hasta el gobierno de Pérez Jiménez, quien resolvió construir una modelo y moderna en la despoblada zona periférica, llamada Vista Hermosa, pero que en los cinco últimos decenios ha quedado en el centro urbano por fuerza del crecimiento y extensión urbana de una comunidad que ya no tiene ejidos.

Lo mismo ha ocurrido con el aeropuerto. Ambas edificaciones representan un peligro permanente para la seguridad de la población.
La gente de la urbanización Vista Hermosa, a la cual se suman los de Santa Fe, Vista Hermosa II, Caprenco y Urbanización Mendoza, viven quejándose de los ruidos de la cárcel, ruidos de motines, ruidos de disparos, ruidos de riñas, de largas colas de visitantes, ruido de fuga, ruido de sirenas y hasta ruido de papagayos que en un tiempo caían desmadejados en el patio del penal con envoltorios de estupefacientes.
Porque como decía el penalista Jorge Huncal Ramírez en 1990 que lo entrevistamos, uno de los problemas de esta cárcel es el consumo de droga, que llega a la población penal por las vías más inverosímiles, como son las colas de los voladores y en la vagina de las señoras.
Las colas largas que salen de la entrada del estacionamiento del penal hasta la vereda principal de Vista Hermosa se deben a lo lento de las requisas en busca de droga, objetos cortantes y otros, miércoles y domingo, comentaba la señora Cándida Baldivián.
La señora Baldivián visitaba la cárcel desde hacía ocho meses que llevaba su hijo esperando que el juez le dictara sentencia en primera instancia por haberse implicado en un caso de homicidio durante una riña el año anterior.
Contaba que hacer cola bajo sol ardiente y luego entregar la cédula, era sentirse como herrada con un sello en la parte carnosa del brazo, para poder conversar con el preso. Algo terrible. La dilación del proceso es cosa seria. Mucho más grave que las colas. Las colas, a pesar de todo, duran horas mientras que el proceso tarda meses, años.
Otro problema del establecimiento penal de Vista Hermosa es el hacinamiento y la violencia. Esta cárcel de dos pisos y dormitorios colectivos entró en servicio con sesenta presos en 1952 y en el 2009 cuando prácticamente comenzó a desatarse la violencia con ocho reclusos muertos, sobrepasaba el millar.
En abril de 2011 estalló una huelga de sangre que obligó a las autoridades a proceder con una intervención integral. Al mes siguiente, 13 de mayo de 2011 se registraron tres muertos tras detonación de explosivos. El 7 de julio de 2913 se registró una fuga de presos en medio de 45 minutos de detonaciones. En abril de 2014 un tiroteo entre bandas causó la muerte de dos guardias nacionales y en mayo del mismo año se fugaron 16 reclusos.
Dada esta situación de violencia que se viene registrando en la cárcel de Vista Hermosa no obstante las medidas preventivas y represivas tomadas por las autoridades penales, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictó medidas provisionales a Venezuela sobre la situación de la cárcel de Vista Hermosa, en la que ordenó proteger la vida e integridad de los reclusos tras hechos violentos ocurridos en los últimos años.
La corte ordenó al Estado que adopte de forma inmediata y definitiva las medidas que sean necesarias y efectivas para evitar la pérdida de vidas y los daños a la integridad física, psíquica y moral de todas las personas que se encuentran privadas de libertad en la cárcel de Vista Hermosa.

sábado, 2 de agosto de 2014

Julián Yánez y sus cañoneros

Julián Yánez y sus Cañoneros
El 9 de julio de 1988, el músico y compositor Julián Yánez fundó la agrupación musical conocida como “Julián Yánez y sus Cañoneros”, caracterizada por interpretar piezas de antaño que le imprimen cierto aire bucólico a la ciudad del pasado y marcan una época esencialmente romántica.

Julián pertenece a una familia de músicos que tiene sus raíces en los primeros tiempos de la ciudad. Se recuerda que los Yánez de color estuvieron ligados con los Yánez españoles criollos que junto con los Machado, los Contasti, los Afanador y los Cardozo estuvieron comprometidos y fueron expatriados, perseguidos y presos por pronunciarse a favor de la Junta Suprema de Caracas.

Julián Yánez, al igual que sus hermanos Luis, Manuel, Felipe, Carlota y Venecia, es hijo de Catalina Yánez, tradicionalista que estuvo durante su vida afianzada en la tradicional artesanía de los Caballito de San Juan y guardiana de la Cruz de la Plaza Centurión que es vestigio del antiguo Convento de los Franciscanos.

Cuando fue demolido el entonces en estado de ruina el Convento de los padres franciscano, la Cruz de madera pasó a ser resguardada en la cercana vivienda de la calle Los Culíes de Catalina Yánez, quien durante el mes de mayo la colocaba en los predios del antiguo convento para que los cantores en velorios de Cruz de Mayo vinieran a cantarle de todas parte de Guayana y de Oriente.

Pero cuando el gobernador Luis Raúl Vásquez Zamora (1967-8) transformó el terreno vacuo del antiguo convento en un la actual Plaza Centurión, la Cruz no salió más de la vivienda de Catalina Yánez hasta que el gobernador Jorge Carvajal Morales decidió construirle una capilla en la propia plaza, diseñada por el artista Rafael Torrealba. 

De los hijos de Catalina, fueron Luis y Manuel Yánez, los que trascendieron fuera de Ciudad Bolívar. Luis Yánez fue un excelente ejecutor del Saxofón y el clarinete como Julián. Trascendió tanto en el resto del país como fuera de sus fronteras. Fue integrante de famosas orquestas como Los caciques, Pedro Belizario, Rafa Víctor, Leonard Melody y los Peniques. Murió joven, a la edad de 40 años.

Manuel Yánez, desparecido en el mejor tiempo de su vida, no ejecutaba más instrumento que el bongó, pero disponía de un excelente oído y extraordinaria sensibilidad musical. Vivía eternamente inspirado y conmovido por todos los componentes del paisaje guayanés, incluyendo al Orinoco que le arrebató la flor viajera, Canción de resonancia nacional inspirada en la separación de su esposa, la economista Beatriz Taberoa.
Lo asombroso es que cinco años antes de morir, Manuel Yánez no se había descubierto como poeta y músico compositor. Tres infartos: uno al corazón, otro al pulmón y renal el tercero fueron necesarios para que asumiera su atávico rol de artista. Desde entonces, me confesó un día en compañía de su gran amigo Mario Vargas, el hijo del Negro Alejandro Vargas, desde entonces vivía acosado por dulces sonidos telúricos hasta el punto de tener concebida toda una geografía musical de Guayana donde sólo faltaba por incluir los tepuyes porque, aparte de los pueblos, ya el Orinoco tenía su flor.

Los Cañoneros de Julián Yánez actuaron durante mucho tiempo integrados, además de Julián, por su hermana Venecia como cantante, Oscar Yánez con la tumbadora, Adrián Amado con el Bajo, Juan Lezama con la batería, Jesús Hernández, cuatro al igual que, Esteban Lara, Pedro Luna con la charrasca, Nardi Baena con su voz, Gladis Magín haciendo coro con Maritza Carreño, Gerson García, invitado especial y Frank Rodríguez, técnico de sonido

viernes, 1 de agosto de 2014

Los bosques de Guayana

Los bosques de Guayana
En la región Guayana se concentra el mayor potencial de bosques naturales del país, según el vicepresidente de la CVG, Roberto Arreaza Contasti, ante una asamblea de ingenieros forestales instalada en Ciudad Bolívar el 6 de agosto de 1988. La CVG ha cuantificado 37.500 hectáreas que representan el 71% de los bosques naturales de Venezuela.
Sólo el estado Bolívar cuenta con una superficie cubierta de bosques naturales de 17.940.146 hectáreas, de las cuales 15.247.150 hectáreas se encuentran amparadas bajo el régimen de administración especial, y un 50% de ellos (7.233.750 ha), lo constituyen las reservas forestales y lotes boscosos destinados para la producción forestal. El resto, 6.138.400 hectáreas cumplen funciones de protección de los otros recursos existentes en la zona del sur del estado y 1.885.000 hectáreas están decretadas como parques nacionales.
Arreaza, quien fue gobernador de este estado 1975-77, señaló que existen otras áreas de bosques no amparados por ninguna figura de régimen especial que cubren una superficie de 2.629.996 hectáreas.
Por otra parte, al norte del río Orinoco se han venido desarrollando los proyectos de plantaciones de pinos Caribe más grande del país pero parte de los organismos estadales Conare y CVG, acumulando a la fecha una superficie aproximada a las 250 mil hectáreas de bosques de coníferas.
Estas situaciones le confieren al estado Bolívar y a la región Guayana (Bolívar y territorios federales) y zonas de influencia un carácter eminentemente de vocación para el desarrollo forestal y en consecuencia el valor y la atención que requiere este subsector en la economía regional y nacional y particularmente la necesidad del conocimiento profundo del recurso, de su manejo y preservación para el futuro.
Destacó la presencia permanente de la Corporación en el sector forestal y ambiental participando activamente en el estudio y conocimiento del gran potencial de los bosques de Guayana, del aprovechamiento del potencial hidroeléctrico de sus aguas y de la prospección de la existencia y reservas de recursos minerales.
En el año 1961 la CVG participó en el estudio del reconocimiento agropecuario forestal del oriente de la Guayana venezolana conjuntamente con el MAC y el Consejo de Bienestar Rural. En 1964 se iniciaron los estudios de preinversión para el desarrollo forestal de la Guayana venezolana mediante la cooperación de la ONU a través de la FAO, MAC y CVG.
La puesta en ejecución de los planes forestales de la región Guayana se realizó en 1965 con la transferencia del Ejecutivo nacional a la CVG, mediante decretos 367 del 20 de julio de 1965, de un lote de terreno que constituye la unidad sobre la cual se realiza el Plan de Ordenamiento Forestal de 144.000 ha, cuyo objeto es aprovechar los recursos forestales disponibles mediante un plan de manejo que permitiría abastecer un complejo industrial constituido por una planta de pulpa de fibra corta, de 50 mil toneladas al año; un aserradero de 33 mil m3, de madera aserrada por año; una plancha de chapa y contraenchapado de 7 mil metros cúbicos de contraenchapado por año; una planta de tablero de aglomerado que aprovecharía los desperdicios de las anteriores plantas.
En los últimos tres años, CVG inició seis proyectos forestales nuevos y fortaleció el tradicional proyecto de plantaciones de Uverito al sur de Anzoátegui y Monagas.