martes, 8 de marzo de 2022

SOBRE LAS RUEDAS DE UN PATÍN HASTA GAZA EN LAS PATAS DE UN CAMELLO

Primero fueron unos patines deslizándome por la calzada de la iglesia de mi pueblo. Luego viajé con mis patines a unirme a la pandilla de madrugadores decembrinos del Conde Este de Caracas, Aburrido de tanto ruido sobre el pavimento, disfruté por largo tiempo una patineta de manubrio igual que une bicicleta que no tardé en obtener para rodar de El Silencio hasta Petare haciendo escala en Alta Vista. Hastiado de las calles planas de Caracas, quise respirar la brisa siempre fresca del Orinoco y me vine para Ciudad Bolívar donde aprendí a conducir un Opel Record alemán que me dio sin fianza Ramón Castro, pero como no era anfibio, mi hermano calmó ni frustración con una lancha que me trajo de Cumaná, pero le faltaban alas para hacerla volar como pretendía y pretendí una mañana que me embarque en la avioneta de comeravia pilotada por el capitán Hugo Siverio, con tan mala suerte que se precipitó sobre unos alcornoques en los bosques del Yocoima. Entonces quise probar suerte con un burro que compre en Soledad, después sobre un caballo alazan que me regaló René Vhalis y finalmente volé hasta Israel para cabalgar sobre el lomo de un camello hasta la Franja de Gaza, Allí encontré a la bella Liliana Lara conversando con las biólogas Lesbia Granadillo y Riolama Fernández (en la fotografía) Liliana, profesora de literatura, monaguense, se había casado con un argentino que como ella no le tiene miedo a las bombas y misiles de los palestinos enemigos mortales de Israel. (AF)

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