jueves, 3 de marzo de 2022

MIS AMIGAS LAS DOS MARTA

Tuve mientras ejercí el reporterismo periodístico dos entrañables amigas con el nombre de Marta las dos: Marta Sierra y Marta Peña. Ignoro si sus padres la llevaron al Bautisterio con ese nombre en honor a Santa Marta de Betania, venerada el 29 de julio, a Santa Marta de Astorga, venerada el 23 de febrero, a Santa Marta de Roma, venerada el 19 de enero, Santa Marta de Persia venerada el 19 de abril o Santa Marta de Siria, venerada el 5 de julio. Poco importa, lo más interesante es que eran empáticas y bizarras. A Marta Sierra la conocí cuando, al igual que yo, presentaba examen para optar al título de locución. Nos intercambiamos las respuestas y salimos tan airosos que sobre la marcha fundamos el programa “Espacio Libre” trasmitido durante dos años por Radio Orinoco. Luego conocí a Marta Peña como secretaria de la Corresponsalía de El Nacional. Ambos solíamos los fines de semana a disfrutar el río, no sólo para bañarnos sino para navegarlo. Una vez fuimos hasta El Almacén, alquilamos una curiara y a canalete atracamos en una de las tantas islas que tiene el Orinoco, la más cercana al Guárico. Al regreso, ya casi de noche, nos atrapó un chubasco de padre y señor mío. Mientras Marta Peña achicaba la curiara yo a canalete limpio remontaba las olas encrespadas del río hasta ganar la costa. Costeando llegamos y casi todos los moradores nos aguardaban inquietos y nerviosos ante un posible naufragio. ¡Qué susto!!! Nunca más he sabido de estas dos Marta, quizás protegidas por sus onomásticos nombres. (AF)

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