martes, 23 de marzo de 2021

EL CRUCIFIJO DE PIAR

El Crucifijo d Piar fue restaurado por Freddy Torres Bello, en tiempos del Gobernador Andrés Velásquez. Se le dice "de Piar" porque estuvo en las manos del héroe de San Félix. Se lo había entregado su confesor, el padre Remigio Pérez Hurtado, minutos antes de ser ejecutado. Pero, en realidad el Crucifijo pertenecía a la Catedral y se utilizaba en determinados ritos sagrados de la Iglesia catedral. Piar le dio connotación y trascendencia con tenerlo un momento en sus manos. El momento de su muerte. Hasta entonces, aparte de la imagen de Jesús que siempre la tiene y está en todas partes, al Crucifijo muy pocos lo admiran tanto por su data, valor religioso y material artístico intrínseco que lo tiene y muy alto, pues el crucifijo es de plata, data de mediados del siglo dieciocho y salió de las manos artísticas de un oficial margariteño que prestaba servicio en los coloniales castillos de Guayaría La Vieja. Entonces, los capuchinos explotaban una mina de plata en la zona de Capapui y de la misma muestra que enviaron a España ha podido quedar una parte que los misioneros pusieron en manos de este oficial identificado en la peana del propio crucifijo como Juan González Navarro, quien era hijo del Gobernador de la isla oriental, aparece en la lista de los exploradores del Alto Orinoco que infructuosamente buscaron el misterioso país de los Omaguas, donde algunos colonizadores hispanos, entre ellos, el gobernador Agustín Arrredondo, situaban a El Dorado. El crucifijo. no obstante, estuvo un tiempo como relegado en algún sitio de la Catedral hasta que un día, comienzos del siglo XX, escudriñando sus rincones, el '"historiador Bartolomé Tavera Acosta, lo ratificó y' llamó la atención del obispo Antonio María Darán, quien de inmediato se interesó por ia joya y la hizo colocar en su oratorio del Palacio Episcopal. Posteriormente, en 1942, Monseñor Antonio Mejía, lo confió al doctor José Gabriel Machado para que lo conservara y exhibiera en el Museo Talavera, donde permaneció hasta que fue rescatado, por el Gobernador Pedro Battistíni Castro y guardado en una caja de seguridad». Luego el Gobernador Andrés Velásquez dispuso que se exhibiera en la Casa Piar donde permanece. El crucifijo tiene 26 centímetros de alto por 1.5 de ancho de un extremo a otro del brazo y sobre la superficie de la base la siguiente inscripción: "De la Yglesia del Ssmo. Ssto y Sto. Thme de la Gvayana, Se acava de aser el dya 5 de Febo. del año de 1723". De suerte que el Crucifijo ha sido objeto de un mejor trato, pues, por lo menos, ha sido entregado a "Funda-patrimonio" para una limpieza mecánica que le ha devuelto su brillo anterior; pero, no sabemos por qué no le ha sido corregido un defecto producto de una caída posiblemente. El Crucifijo se había partido cerca de la base, nadie sabe cuándo, y para unirlo se utilizó una soldadura muy tosca e inadecuada que incluso lo dejó con una inclinación sobre la base. De todas maneras, ahora está mucho mejor. Exhibido está en la propia celda de Piar, reubicado sobre pedestal de caoba dentro de un nicho construida expresamente en el ángulo izquierdo del muro, con puerta de madera, cerradura y cristal de seguridad e iluminado con un reflector halógeno. Ahora sólo resta que la celda del héroe de Chirica sea limpiada de algunas obras de artistas plásticos modernos que interrumpen la majestad de su silencio trágico y de muerte. (AF)

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