sábado, 6 de agosto de 2022

SOLEDAD Y EL VARADERO DE ALBERTO MINET

Alberto Minet, integrado a Guayana desde 1947, abortado por la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en un armador de barcos, muelles y barcazas que fortalecieron la navegación por el Orinoco. Don Antonio Levanti, su paisano, quien falleció el 8 de junio de 1968, a la edad de 84 años, natural de Marsella, era dueño de la Compañía Anónima de Transporte Fluvial que hacía el transporte en chalanas entre Soledad y Ciudad Bolívar, pero eran chalanas de madera y para competir con la iniciativa de la sociedad Inaty y Lugo en la introducción de chalanas de hierro, se trajo a Ciudad Bolívar en 1948 a su paisano francés Alberto Minet, quien tenía experiencia como armador. Minet se hallaba en Caracas desde 1947, a donde llegó vía Puerto La Cruz en un barco carguero, trayendo consigo solo una maleta, una liviana máquina de escribir y 600 dólares. Atrás había dejado el desastre de la guerra donde sirvió en una subterránea fábrica de aviones de caza. Levanti quien operaba en sociedad con Félix Tomassi y Enrique Planchart, ofreció todas las facilidades a Minet y éste improvisó un varadero en La Trinidad donde fabricó las primeras chalanas de hierro, entre ellas, La Múcura, nombre que respondía a una guaracha muy de moda para la época y en cuya letra el pueblo encontraba un mensaje que asociaba negativamente con la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez. Minet en su varadero de La Carioca (Trinidad), que finalmente reubicó en Soledad, comenzó a ser solicitado desde todas partes para intervenir como armador en las más complejas operaciones de ingeniería náutica, incluyendo los primeros muelles de la siderúrgica. Pero también Minet tenía sensibilidad para las artes plásticas. Su sensibilidad artística lo había llevado a ser un fiel visitante de los museos, pasando mucho de su tiempo libre admirando las pinturas de los grandes, de los cuales muchos se quedaron grabados en su memoria. Probablemente, después de 70 años, en un corto periodo, donde libre por pocas semanas, de los problemas de su vida, sacó su caja de pastel, para principalmente comprobar que le quedaba algo de su juventud. Logró hasta el día de su fallecimiento, al lado de su fiel e inseparable Margarita que todavía vive en las colinas de Soledad, un poco más arriba del atracadero de Óscar Castro, alias “Corocoro”.(AF).

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