Recopila las crónicas que diariamente vengo publicando en el Correo del Caroní y Red Social
domingo, 10 de marzo de 2024
MÉDICO JOSÉ RAFAEL ORTA VÁSQUEZ
José Rafael Orta Vásquez, hoy jubilado, es Obstetra pre y postgraduado en Montevideo y en la Universidad de los Andes. Tiene un doctorado en ciencias médicas y empezó en la Escuela de Medicina de esta ciudad como docente instructor, ascendiendo escalonadamente hasta titular. Un titular que llegó con resistencia a la jubilación y hoy podemos decir que celebra la octogenariedad 85 a la que es difícil llegar, Ingresó al Núcleo Bolívar de la Universidad de Oriente, junto con su primera esposa, pediatra Graciela Isolina Burgazzi Simonetti, y a ella entregó lo mejor de su profesión y en ella cifró sus esperanzas, al final frustradas lamentablemente por un proceso de involución pues jamás el Núcleo llegó a ser Universidad independiente. Orta Vásquez, alternó el ejercicio de la medicina y la docencia con el deporte motonáutico. Una vez lo acompañé en su lancha y me confesó que él como Arturo Uslar Pietri, no estaba de acuerdo con la jubilación y opinaba que la gente no debería jubilarse sino por incapacidad física o mental. El hombre mientras sea hábil y capaz no debe rehuirle al trabajo ni alentársele para que lo abandone cuando está en plenas facultades. El, por supuesto, hablaba con propiedad, pues aborrece la flojera y la molicie. Cuando tenía tiempo de sobra se iba al rio con sus tres hijos y participaba en alguna competencia. Sobre el techo de su biblioteca se ven los trofeos, entre ellos, dos internacionales. A veces, fuera de competencia, navegaba con su lancha hasta el estuario, para ver, a decir de Gallegos, el rio repartiendo como hijos sus caudales hacia la gran aventura del mar. La identificación de Orta Vásquez con el Orinoco no es sólo por haber nacido en su orilla, allá en Soledad el 02 de febrero de 1936, que en el pasado fue parte integral de Ciudad Bolívar, sino porque como el rio, él también reparte o ayuda en todo caso a repartir hijos hacia la gran aventura de la vida. Es el acto sublime y profundamente humano de la maternidad. Tal vez por eso el gineco-obstetra, en general, además de ser científico, es idealista como en cierta ocasión lo expresó Fernando Rísquez: comprende lo grande de la capacidad genética de la mujer y la ayuda a parir. Cuántos niños dieron el primer grito de vida entre sus manos mientras la tensión y el dolor de la madre afloraban de alegría. Bastaría con decir que en la Sala de Maternidad del Hospital “Ruiz y Páez” integrada al Departamento de ginecología y Obstetricia, del cual fue Jefe durante varios años, nacían para unos 6.000 niños, muchos de los cuales parteados por él. Orta Vásquez fue un crítico rotundo de la UDO. Decía que la UDO como institución rectora se manejaba con criterios reducidos y en el caso de la UNEG señalaba no ser realmente el reflejo de la promesa electoral de Luis Herrera Campins, pues Guayana demandaba el ensamblaje de todas las instituciones de educación superior en una nueva concepción. La UDO se volvía un monstruo en Cumaná mientras en los demás estados aún se aguarda la conversión de los núcleos en universidades pequeñas, pero administrativa y académicamente autónomas. Durante muchos años se alimentó la ilusión de que el Estado Bolívar tuviese su propia universidad. El proyecto original de la UDO debía en los primeros 25 años transformar cada núcleo en universidad. Se hablaba de que cada universidad llevara según la entidad federal, el nombre epónimo de sus héroes: Universidad Sucre, Universidad Anzoátegui, Universidad Monagas, Universidad Mariño y Universidad Piar y todas integradas bajo una confederación”. Pero ¿qué ha pasado? “Que hoy en día nos sentimos muy, muy defraudados” (AF)
viernes, 8 de marzo de 2024
FALLECIMIENTO DE JORGE INATTI, INTRODUCTOR DE LAS CHALANAS DE HIERRO EN EL ORINOCO
Jorge Inatti falleció el 9 de marzo de 1961 en su casa de la calle Santa Ana. Fue masón de relevantes méritos, comerciante de origen libanés, dueño de una de las principales estaciones de gasolina de la ciudad e introductor junto con Del Valle Lugo de la primera chalana de hierro.
Esa primera Chalana de hierro fue lanzada al Orinoco el 13 de octubre de 1948. La construyó la sociedad Jorge Inatty y Del Valle Lugo, con capacidad para transportar hasta seis camiones. En el mismo lugar escogieron el nombre: “Inalugo” y fue bendecida antes de lanzarla al río por el Obispo Monseñor Miguel Antonio Mejía. Su construcción se inició en el sector de La Cerámica. Allí se soldó el casco para lo cual hubo que apelar muchas veces a técnicos soldadores de fuera, ex compañeros de Del Valle Lugo en compañías petroleras. Fue realmente una empresa arriesgada, difícil, debido no sólo a la falta de experiencia en construcciones navales sino por los insumos, equipos y recursos especializados que encarecía la circunstancia de la Segunda Guerra Mundial, realmente más desastrosa para la economía global que la Guerra del 14.
Esta primera chalana se autopropulsaba con dos motores Gray Marine, a los lados, lo que le permitía entrar de frente y salir hacia atrás sin las usuales maniobras de abordaje. Su primer Capitán fue Juan de Dios García Requena y posteriormente su hermano Eduviges Coraspe, popular por su llamativo vozarrón y gran sentido del humor.
Después de la Inalugo, la misma sociedad Inatty y Lugo construyó la segunda chalana, bautizada con el nombre de Santa Ana, patrona del barrio, al poco tiempo la sociedad se disolvió. Las dos chalanas fueron vendidas y estuvieron prestando servicio hasta naufragar en las aguas del río Apure.
A la chalana de hierro de Inatti le salió más luego un competidor: Alberto Minet, quien había venido de Francia traído por Antonio Levanti para construir igualmente chalanas metálicas en sustitución de las tradicionales barcazas de madera.
Alberto Minet montó un Varadero en el puerto de La Trinidad (La Carioca) para sus construcciones navales.
Minet, quien se hallaba en Caracas, fue contratado por su paisano Antonio Levanti, quien operaba en una empresa de transporte fluvial en sociedad con Félix Tomassi y Enrique Planchart, para construir chalanas de hierro. De allí salió La Múcura, de 20 metros de eslora y con capacidad para 50 toneladas de carga. Esta chalana después de 13 años de navegación, naufragó por sobrecarga, el 27 de febrero de 1952, cerca de la Piedra del Medio.(AF)
jueves, 7 de marzo de 2024
TULIO RAMÓN BADARACO RIVERO, CRONISTA DE CUMANÁ ENVÍA MENSAJE AL CRONISTA DE CIUDAD BOLÍVAR
“”Américo, o América toda, es increíble la magnitud de tus conocimientos, desde las cosas más pequeñas hasta las más grandes. Como me gustan tus crónicas, llenas de conocimientos, como no los he visto en ninguna otra persona que conozca. La verdad, viejo amigo, me llenas del orgullo de ser un viejo amigo, desde que te visite en Ciudad Bolívar, y te obsequié un tabaco cumanés, y me dijiste con cierta repulsión: “No fumo”, pero yo insistí y después de encenderlo, me dijiste, Es peor de lo que pensaba, en cambio yo seguí fumando, y tu sonreías socarronamente. Y después de aquel largo día, me regalaste un libro que estabas leyendo. Yo te dije, pero hermano, lo estás leyendo, y me enseñaste otro ejemplar. Verdaderamente, amigo, que lastima que no pueda estar contigo hoy 8 de marzo, día de mi cumpleaños”.
miércoles, 6 de marzo de 2024
Gabriel García Márquez en Ciudad Bolívar
El 6 de marzo de 1927 nació, Gabriel García Márquez, escritor, guionista, editor y periodista colombiano., autor de la universal novela "Cien años de Soledad", Premio Nobel de Literatura, y a quien recuerdo personalmente, pues el 28 de marzo de 1990, , estuvo de paso visitando durante dos horas Ciudad Bolívar, acompañado de su esposa Mercedes, María Di Mase, Ceciia Matos, del capitán de fragata, Julio Peña Acevedo, edecán del Presidente de la República Carlos Andrés Pérez y del Jefe de Relaciones Públicas de Edelca, William Riera.
Yo, en mi calidad de Cronista y corresponsal de El Nacional le serví de cicerone al distinguido visitante que deseaba desde hacía tiempo, según me dijo, conocer la ciudad donde nació el nombre de su patria. Para mí, realmente, fue una sorpresa y lamenté que la visita fuese tan efímera y más de las veces a bordo de una buseta militar.
Gabriel García Márquez estaba virtualmente de incógnito en Venezuela, atendiendo a una invitación de C.A.P. y como parte de esa invitación estaba programado un paseo por los pasajes edénicos de Guayana, específicamente la Gran Sabana, los imponentes Tepuyes y el Salto Ángel
Lo que no estaba en el programa era la visita a Ciudad Bolívar que el Gabo García Márquez decidió en el trayecto de regreso a Maiquetía, primero porque desde hacía tiempo quería conocer esta ciudad que tuvo mucho que ver con Santa Fe de Bogotá y donde se forjó la República de Colombia y, segundo, porque en su novela “El General en su laberinto” editada un año antes (1989) por la editorial Oveja Negra, se refiere a la ejecución de Manuel Piar en la Plaza Mayor de Angostura y a los sueños perturbadores de Bolívar revividos cuando estaba con su fiel mayordomo José Palacios en la villa de Soledad (Colombia): “Vamos nos de aquí, volando -dijo el general- No quiero oír los tiros de la ejecución”. Fue un 16 de octubre cuando al levantarse se asomó a la ventana de la casa donde se hospedaba y vio la plaza solitaria y polvorienta, la iglesia de muros descascarados, y un pleito de gallinazos por las piltrafas de un perro muerto”.
Entonces, quería verificar en el sitio de la ejecución si el manejo de los hechos en su novela se ajustaba a la realidad del paisaje. De manera, que en el trayecto del avión, acompañado de su familiar comitiva, manifestó antes de regresar a Caracas, ese deseo que lo inquietaba y de ahí que el oficial llamó al Comandante de la V División y requirió que fuera llamado el Cronista de la ciudad para que atendiera a García Márquez.
Una buseta de la V División vino a buscarme y me llevó a un hangar privado del Gobierno y minutos después aterrizó el avión de Edelca. García Márquez, como si me conociera desde mucho antes, se bajó y me abrazó efusivamente y yo, por supuesto, quedé cortado y alborozadamente impresionado.
Después embarcamos en el vehículo militar y fuimos directamente a la Plaza Bolívar donde respondí a todas sus interrogantes. Posó junto con su esposa ante la lápida incrustada en el muro de la Catedral donde se supone cayó mortalmente herido el héroe de la Batalla de San Félix. Seguidamente recorrimos todos los salones de la Casa del Congreso de Angostura. Hizo un comentario sobre la cúpula bizantina del siglo diecinueve y finalmente, tras un recorrido por las empinadas calles de la ciudad se detuvo un buen rato en la casa de San Isidro, donde se sentó con plácida felicidad, y se hizo tomar varias fotos, incluida la que ilustra la columna. La que se hizo tomar conmigo, prometió enviármela tan pronto llegara a Bogotá, pero todavía la estoy esperando, primero llegó la mala y conmovedora noticia de su muerte el miércoles Santo. (AF)
martes, 5 de marzo de 2024
UN NIETO QUE HABLA SORE LA COTIDIANIDAD Y LA LIBERTAD
Hani Daniel Fernández Coraspe
De la cotidianidad y la libertad
Llego en Sensei y roncan los motores con todas las de la ley,
por el arte son años trabajando con pasión de cierta forma se
lleva una ventaja vamos por nuestro galardón, reconocemos la
maestría en otros pero buscamos la originalidad, han sido
tiempos duros pero nuestro esfuerzo hemos de dejar, mucho
se lo debemos a la fuerza de voluntad y hemos vivido tiempo
duros pero hoy son muchas las cosas que nos motivan.
Como también ha sido duros los golpes pero son muchas las
cosas las que ha seguir adelante nos incentivan y en vano no
vamos a pasar por este plano lo nuestro son años de estudio y
de sacrificio, que si vale la pena luchar por nosotros mismos
por los que amamos y por un futuro grande perseverar que
hay oportunidades donde es bueno de nuevo empezar que
hemos vivido en carne propia el dolor pero no nos hemos
dejado desanimar.
Seguimos transitando el camino y a pesar de la desesperación
que en oportunidades podamos sentir buscamos mantener la
calma que a pesar de las dificultades nos sobran motivos para
seguir viviendo para continuar persistiendo que errores
cualquiera los comente pero hoy seguimos adelante y
aprovechamos esta nueva oportunidad para crecer para ser
más grandes y en cualquier circunstancia perseverar.
Son muchos los sueños que hoy tenemos y mientras pasa el
tiempo luchamos por nuestra libertad que nos han tocado
tiempos difíciles pero con esfuerzo nos resta continuar que la
desgracia duro nos ha golpeado pero como quiera que sea ante
cualquier dificultad ante cualquier adversidad acá luchando
estamos.
viernes, 1 de marzo de 2024
PROFESOR OSCAR PIRRONGELLI SEIJAS
Óscar Pirrongelli Seijas, profesor de castellano y literatura, por muchos años en la Escuela Técnica Industrial, falleciò a los 91 años, pues nació próximo al Orinoco el 3 de marzo de 1934, pero dentro de esa rama genérica, ha sido, en buena hora, ganado por la poesía. Hay varios textos en ese género escrito por él, incluso, una Antología de la Antigua y la Actual Poesía Guayanesa, editado por la Fundación “El perro y la rana”-.
Tuve la oportunidad de ojearla, es bastante completa puesto que, distinto a otras antologías similares, incluye poesía antigua como la de Ramón Isidro Montes y las actuales que abarcan a numerosos poetas públicamente desconocidos, pero que la inquietud indagadora de Pirrongeli nos lo da a conocer con críticos comentarios favorables.
En esta Antología reconoce como guayaneses aunque no hayan nacido en la región a intelectuales que han vivido muchos años en ella y como él mismo dice “…escritores que, sin ser nativos de esta región selvática y minera, se han dejado seducir por su poderoso magnetismo y le han cantado sutiles versos de su inspiración al paisaje, a los ríos, al cielo, a las estrellas y sobre todo a la mujer que ha sido centro de atracción por su sensualidad y su exuberante belleza”.
La diagramación es de Arturo Mariño y la corrección de Alcides Izaguirre (AF)
130 Años de haber Domingo Sifontes expulsado a los invasores del Cuyuní.
«
2 de marzo de 1894. El General Domingo Sifontes asumió la Comisaría del Cuyuní, recién creada por decreto del Presidente de los Estados Unidos de Venezuela, Joaquín Crespo, para resguardar y defender los soberanos intereses territoriales de Guayana y Venezuela amenazados por las persistentes incursiones y ocupaciones del reinado británico.
Situó la sede de la Comisaría en la confluencia del Cuyuní con el Yuruán, frente a la Casa-Fuerte de los ingleses, situada donde se instaló en 1944 la Colonia Penal de El Dorado. Allí, luego de necesarias exploraciones y de haber ocupado las sub-comisarías de Acarabisi, Yuruán y Chicanán, que funcionaban en ranchos y tiendas de campaña así como ejecutados otros trabajos que le fueron encomendados en función de la comunicación y la vigilancia, levantó las primeras casas dando lugar al pueblo que él mismo bautizó con el nombre de El Dorado.
Exactamente a los diez meses -- 2 de enero de 1895—ocurrió lo que el General Sifontes tenía previsto ocurriría tan pronto quienes estaban del otro lado intentaran ocupar la margen derecha del Cuyuní.
Douglas D. Barnes, Inspector de Policía del Distrito de la Guayana Británica, junto con otros oficiales y agentes de tropa fue reducido a prisión sin dispararse un tiro, por los hombres del Capitán Andrés Avelino Domínguez, lugarteniente del Comisario de Fronteras, quien se hallaba enfermo en Tumeremo. Conducidos presos a Ciudad Bolívar por el coronel Luis Manuel Betancourt, fueron puestos en libertad por el entonces Presidente del Estado, General Manuel González Gil, al disponerlo así el Presidente de la República Joaquín Crespo.
Mientras tanto, refuerzos provenientes de Demerara, al mando de Michael Mac Turk, trataron de ocupar nuevamente el lugar, pero fueron, esta vez si a tiro limpio, expulsados definitivamente y con refuerzos de voluntarios provenientes de Tumeremo, para dejar limpia la zona que permitió al incipiente pueblo de El Dorado crecer, abrir vertientes y caminos hacia el dominio de unas fronteras legítimas e históricas que si bien fueron defendidas valientemente, más por espontaneidad de los yuruarenses que por voluntad obligatoria del Gobierno Federal, quedaron truncas en unos 250 mil kilómetros cuadrados, merced al funesto Laudo Arbitral de 1899, dado en París. (AF)
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