sábado, 12 de agosto de 2023

UNA CRÓNICA DE FICCIÓN

José Francisco Miranda, conocido por los bolivarenses como “Fitzí Miranda”, trascendió como músico y compositor, fundador de bandas y orfeones, incursionó brevemente en la política y llegó a presidir la Municipalidad. Escribió “Misceláneas” un libro de crónicas en el que inserta una titulada “El Fuerte de los Fusilamientos” que no es otro que el “Fortín del Zamuro” que barrunto se trata de una crónica de ficción pues el actual fortín restaurado por la CVG en tiempos de Leopoldo Sucre Figarella, no es colonial sino republicano pues fue erigido a finales del siglo diecinueve y allí jamás se registraron fusilamientos. En todo caso, los fusilamientos que realmente se registraron, sucedieron a partir d 1817 y ocurrieron en la Plaza Mayor o Plaza de Angostura, no antes. Además, el nombre de “zamuro” se lo adjudicó el pueblo porque en el cerro se posaban las aves de rapiña atraídas por los desechos de las reses sacrificadas en el “Matadero de Perro Seco”, y no como dice la crónica de Fitzi, por José Zamudio, uno de los lanceros de Francisco Carvajal “El Tigre Encaramado” de Aragua de Barcelona que, según la leyenda, sostenía entre los dientes las riendas de su caballo y en cada mano las lanzas de guerra contra los enemigos de la Independencia. Zamudio, que había cambiado su arma blanca por una Biblia, cuidaba del caballo del brigadier hispano Miguel de la Torre, pero cundo su bestia fue sacrificada por dos soldados para mitigar el hambre que extenuaba a causa del sitio impuesto por los patriotas, Zamudio cobró venganza, pero fue fusilado y colgado de un Araguaney cuyas flores amarillas conservaron milagrosamente intacta e incorruptible su humanidad y como Marianito en la Angostura colombiana, fue venerado con velas y oraciones por los sorprendidos y abismados lugareñas. (AF)

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