jueves, 28 de octubre de 2021

MANDILATA

Mandalay, corrector de prueba de El Bolivarense que tomaba cerveza en el My-Ha-My, veía pasar a Mandilata, un nombre pegajoso y atractivo, y lo encontraba parecido al “ Hombre de Neandertal”, especie extinta del género Homo. Lo apodaban “Mandilata” porque era grande y además tenía la mandíbula pronunciada y pronunciada era igualmente su complejidad humana arremangada con ropas trajinadas, abultados bíceps, no a fuerza de mancuernas como utilizan los atletas de ahora, sino a fuerza de levantar redes y otras herramientas artesanales de pescar en el Orinoco, especialmente durante agosto que el gran río llega al tope de sus aguas y hace contacto con los rebalses habitad de la fauna piscícola. Luego Mandilata iba desde Perro Seco, donde vivía, por las bajadas y subidas de la ciudad, ofreciendo, voz en cuello, Zapoara, bocachico, coporo, laulao, curbinata y sardinata al mejor precio, claro, cuando la pesca era abundante. Durante Semana Santa, Pascuas de Año Nuevo y Carnavales, descansaba y divertía agregándose a las Parrandas y compasas que nunca faltaban y en las que se comprometía mucha gente, marcadamente, músicos y guarichas adolescentes con sus cotas bien abiertas y faldea de jubilosos colores. Pero un mal día, Mandilata, desapareció de las empinadas calles de Ciudad Bolívar como tanto otros trovadores, parranderos y personajes de la picaresca angostureña. Es la ley de la existencia, de la Cosmogonía o de los 99 dioses de las religiones del planeta. (AF)

1 comentario:

  1. Dos años después de haber sido escrita me consigo con esta interesante crónica de la palabra "mandilata". Aunque he vivido en varias ciudades de Venezuela, solo en Ciudad Bolívar le han dado un uso tan coloquial que podríamos decir que forma parte del gentilicio guayanés, a pesar de que su significado difiere al de la RAE. De todas formas entiendo que el objetivo de la crónica no era solemnizar acerca de la etimología de la palabra de marras. Saludos!

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