sábado, 2 de octubre de 2021

123 AÑOS DEL LAUDO ARBITAL DE PARIS

El 3 de octubre de 1899, diecinueve días antes de entrar triunfante en Caracas la Revolución Restauradora del General Cipriano Castro, y por Laudo Arbitral de un Tribunal Internacional dictado en París, Venezuela fue despojada de las tierras -150.000 km2- con las cuales limitaba hasta la costa oriental del Río Esequibo. El Tribunal Arbitral reunido en París y que dictó sentencia favorable a la Gran Bretaña, estuvo integrado por cinco jueces: los británicos Lord Russel, Justicia Mayor de Inglaterra y Lor Collins, Justicia de la Corte Suprema de la Gran Bretaña; M. Fuller, Presidente de la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos y D. Brewer, Magistrado de la misma Corte; y como Presidente el profesor de derecho internacional, Frederick de Martens, de al Cancillería de San Petersburgo, de la Rusia zarista. Como se ve, Venezuela carecía de representación. Se instaló este Tribunal en enero de 1899 y sesionó durante varios meses conforme al Tratado firmado en Washington el 2 de febrero de 1897 y mediante el cual se sometía el viejo conflicto de límites a un arbitramiento que determinaría la línea divisoria entre los Estados Unidos de Venezuela y la colonia de la Guayana Británica. De acuerdo con el Laudo, la nueva frontera de Venezuela con la Guyana Británica comenzaría en Punta Playa, a varias millas de la desembocadura del Orinoco y remataría por el Sur, en fuente del río Corentín. Es decir que otorgaba a Venezuela una zona de la desembocadura del Orinoco y una pequeña faja al Sur del Venamo. En resumen, unas cinco millas cuadradas de las 60 mil en disputa. La nueva demarcación coincidía de esta manera con la línea del naturalista prusiano Robert Shomburgk expandida en 1840, y privada a Venezuela de un inmenso territorio heredado de España a raíz de su independencia. Venezuela, obviamente, jamás estuvo de acuerdo con ese Laudo descaradamente parcializado, pero una nación pequeña, desguarnecida y enervada por las luchas intestinas, poco podía hacer, de manera que hubo de esperar más de sesenta años que duró su investigación en los archivos británicos, norteamericanos y franceses, para poder reaccionar con la fuerza de la razón por la vía del derecho internacional. Fue así como en noviembre de 1962 bajo el gobierno de Rómulo Betancourt y dada la decisión de Gran Bretaña de darle la independencia a su colonia, que el entonces Canciller de Venezuela, Marcos Falcón Briceño, denunció ante las Naciones Unidas, el Laudo Arbitral de 1899 y de allí en adelante Venezuela se lanzó a una ofensiva que dio lugar al Acuerdo de Ginebra que fijó las normas y alternativas para una solución pacífica de la reclamación. El Acuerdo de Ginebra se dio bajo el gobierno de Raúl Leoni y fue firmado el 17 de febrero de 1966 por Ignacio Iribarren Borges, Ministro de Relaciones Exteriores en representación de Venezuela; Michael Steward, Secretario de Relaciones Exteriores, por el Gobierno del Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte y Fobes Burnham, Primer Ministro de la Guayana Británica. El Acuerdo de Ginebra fijó en ocho artículos las normas y alternativas para una solución pacífica de la reclamación y en el curso de los acontecimientos vino a dar lugar a lo que se conoció como el Protocolo de Puerto España. El 18 de junio de 1970 los gobiernos de Venezuela, de la República Cooperativa de Guyana y del Reino de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, firmaron en la Isla de Trinidad el Protocolo de Puerto España mediante el cual se aplazaba por doce años la reclamación que Venezuela venía haciendo del territorio ubicado al Oeste del Río Esequibo. El Protocolo fue firmado por el Canciller Arístides Calvani, en representación del Gobierno de Venezuela; Shiridath S. Rampthal por el Gobierno de Guyana y Roland Charles Colin Hunt, por la Gran Bretaña. Se buscaba con este diferimiento disminuir las tensiones que habían derivado en incidentes fronterizos, siendo la Revuelta de Rupununi el más notable. El Protocolo de Puerto España fue denunciado bajo el gobierno de Luis Herrera Campins por el Canciller José Alberto Zambrano, quien planteó ante el Secretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, la reclamación venezolana sobre el Esequibo y la necesidad de encontrar una solución práctica, amistosa y satisfactoria para ambas partes, de esta manera, la reclamación venezolana, conforme al Acuerdo de Ginebra, regresó a las negociaciones bilaterales con le gobierno de Guyana. A partir de entonces ha habido un proceso de ablandamiento de las tensiones que se inició con la visita del Presidente Carlos Andrés Pérez y la firma de la “Declaración de Ayacucho” en la cual se subraya la aceptación del pluralismo ideológico. Luego vino a Venezuela el mandatario Forbes Burnham en abril de 1981, tiempo de Luis Herrera Campins. La muerte de Burnham, quien siempre tuvo una posición dura y casi intransigente frente a la reclamación venezolana, dio paso a Desmond Hoyte, mucho más abierto a un entendimiento y al igual que su antecesor también vino a Venezuela y se suscribieron convenios que abrieron una etapa de entendimiento para ambos países. Los convenios firmados el 27 de marzo de 1987 establecen supresión de visas, creación de una Comisión Mixta para concretar convenios de cooperación económica y un programa de acción conjunta contra el narcotráfico. El segundo gobierno constitucional de Carlos Andrés Pérez fue todavía más abierto en la cooperación económica como vía que busca dejar las cosas como están, pero insistiendo en que todo desarrollo que el Gobierno de Guyana planifique para el Esequibo sea con participación venezolana.(AF) ----- (Para el viernes dentro de dos semana, estoy invitado por la Fundación Venezuela Esequiba que dirige el ingeniero josé Jatar para hablar sobre Guayana y su extensión hasta el Esequibo)

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