domingo, 2 de mayo de 2021

LUIS PÉREZ, ARTISTA DEL SONIDO Y LA PINTURA

Conocí a Luis Pérez y esposa Nirian Guevara, artista como él, a través del poeta Jesús Grau Ortega, creador del “Festival de Música y Poesía” que él desde hacía unos cuantos años escenificaba en el salón más grande del hotel Laja Real de Ciudad Bolívar. Un hotel montado sobre la geológica “Laja de la Llanera” Él y su esposa colaboraban con el “Poeta de la fe” retratando con su pincel sobre el lienzo a los personajes, siempre artista de distintos géneros, escogidos para ser homenajeados en cada evento anual programado. Ambos estaban inclinados por el retrato pictórico, un género, por cierto, calificado, de ambiguo dentro de la pintura, toda vez que por un lado representa a una persona hecha a semejanza de Dios, pero por otro glorifica la vanidad. De todas maneras, debemos coincidir, como siempre lo han expresado algunos críticos, con quienes creen que un retrato bien ejecutado debe representar la esencia interior del sujeto desde el punto de vista del artista y no solo la apariencia externa. Esto, obviamente, era una cualidad encomiable de Luis Pérez. Presentaba la apariencia externa, pero igualmente su significado interno como testimonio de la realidad ontológica y objetiva. Los artistas pueden esforzarse por un realismo fotográfico o un parecido impresionista, pero no de una caricatura que pretende revelar el carácter a través de la exageración de los rasgos físicos. El artista en general intenta un retrato representativo, como afirmaba el diseñador inglés, Eduard Burne-Jones: «La única expresión que se puede permitir en la gran retratística es la expresión del carácter y la cualidad moral, no nada temporal, efímero o accidental». He leido que el pintor francés, Paúl Cézanne postimpresionista y Padre de la pintura moderna, requería hasta de un centenar de sesiones para hacer un retrato y que el pintor hispano Francisco de Goya, por su parte, prefería uno o dos días. Debemos señalar que a Luis Pérez sólo le bastaba ver el personaje aunque fuese de lejos y saber de su obra y tal vez una foto o un dibujo para pincelar un retrato. En el siglo dieciocho podría tardarse hasta un año, según Martínez Barrios. La producción de retratos se ha enervado con el surgimiento y auge del arte no figurativo o abstraccionista, óptico, cinético y constructivo, pero se mantiene gracias al impulso que le dio primitivamente origen. Otra faceta de Luis Pérez, quien hace varios días partió “hacia el infinito” como suele decirse del fallecimiento del ser humano, es el de artista del sonido pues ejecutaba bien la guitarra como lo vemos en esa pintura de su esposa Nirian Guevara, Es raro al artista plástico que no ejecute algún instrumento de cuerda o viento. Paúl Klee, pintor alemán nacido en Suiza, tocaba el Saxo, Kandinski, pintor ruso precursor del abstraccionismo, el violín, Soto, la guitarra y Juvenal Ravelo, el cuatro, Roberto Liccione, padre de las rtistas Malú Liccione y María Cardozo, cantaba ópera y Omar Granado, para poder pintor escuchaba música clásica a todo volumen. (AF)

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