martes, 19 de enero de 2021

EL GENERAL VICENTE LA ROSA

Cuando Simón Bolívar moría en Santa Marta, en Ciudad Bolívar, salvando la distancia, nacía un niño que también tendría figuración en la guerra defendiendo los principios liberales. Los bolivarenses lo recordaban con mucha fricción hasta los años sesenta, después ha decaído su memoria acaso por la fuerte inmigración producida en toda Guayana por boom del hierro y el acero que ha ido desplazando la tradición y conocimiento de los valores bolivarenses. Ese niño se llamaba Vicente La Rosa, de padres provenientes de Huesca España y su primera figuración histórica la registra Bartolomé Tavera Acosta en su libro “Anales de Guayana”, según indagación historiográfica de Ennio Rodríguez, quien estuvo algún tiempo en la Dirección de Cultura del Estado acompañando al doctor Víctor Medina Silva, ambos se complementaba porque Víctor canta y ejecuta la guitarra y Ennio toca mejor el Cuatro, a decir de mi hermano Luis José, quien lo alojó un tiempo en su posada “El Palangre” de la isla de Coche. Tavera Acosta escribe que en 1867, Vicente La Rosa, con 37 años encima, ya era General y contribuyó con 2 pesos y medio en la colecta general que se hizo por instrucción de Juan Bautista Dalla Costa Soublette para erigirle una estatua al Libertador Simón Bolívar en la plaza mayor de Angostura, la primea pedestre y de bronce en Venezuela. En la Revolución de Abril, 1871, que hizo posible la llegada al Poder del General Antonio Guzmán Blanco y la vindicación del prócer civil Juan Bautista Dalla Costa, El General Vicente La Rosa se portó como los buenos. Con sesenta hombres abrió fuego en el punto llamado “Las Palomeras”; se replegó por detrás del Cementerio y salió a la Plaza del Convento donde preparó con éxito la toma de la “Laja El Chivo” hasta hacer morder el polvo a “Los Azules”, responsables del derrocamiento del prócer civil Juan Bautista Dalla Costa y en general del primer gobierno federalista que tuvo la nación. A raíz de esa victoria de los liberales de vuelta al Poder, el General Vicente La Rosa fue designado Prefecto del Departamento Heres y el 27 de abril de 1874, aniversario de esa revolución guzmancista, el gobierno local le hizo un homenaje perdurable haciéndole levantar un Obelisco en la zona de la Casa de San Isidro donde vivió Bolívar. En 1892, con el Orinoco sublevado hasta tapar la Piedra del Medio, El Mocho Hernández y Domingo Sifontes tomaron Ciudad Bolívar luego de la sangrienta batalla de Orocopiche, de la cual formaba parte el General Vicente La Rosa comandando la Columna “5 de Julio”. Entonces el oficial contaba 62 años de edad y decidió retirarse del ajetreo de la guerra interna. Se refugió a descansar en la Isla el Degredo del Orinoco, la cual le fue concedida en premiación por sus servicios a la región e Guayana. La isla o islote más bien, frente a Ciudad Bolívar, en medio del río, le decían “Isla el Degredo”, porque allí la autoridad de Salud Pública obligaba a cuarentena los barcos provenientes de puertos denunciados con brotes de fiebre amarilla o peste bubónica. Pero cuando se creía ya retirado lo apremió su lealtad con el liberalismo que profesaba Cipriano Castro y al lado de Gómez combatió contra el último reducto de la Guerra Libertadora. Apoyó al General Juan Fernández Amparan con catorce caleteros descamisados del puerto del Orinoco en la toma del Fortín El Zamuro que al final decidió la batalla a favor del Gobierno. Ahora sí, el General con 73 años a cuesta volvió a la Isla de su propiedad a vivir bajo el cuidado de su hija Paulina La Rosa (en la foto) en cuyos brazos murió el 27 de noviembre de 1925.(AF)

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