domingo, 6 de septiembre de 2020

GIORGIO GIANICOPULOS



El 8 de noviembre de 2004, con una masiva afluencia de votantes se realizaron las elecciones en la Cámara de Comercio e Industria del Estado Bolívar, para escoger a la nueva directiva, que regiría los destinos de este ente en el período 2004-06.
Desde las 8:00 de la mañana, la comisión electoral, presidida por Carlos Rieño, habilitó la mesa de votación, para recibir a los 400 votantes con derecho a sufragar en estos comicios, en los que se escogería la nueva directiva entre dos planchas, la 1, presidida por Leopoldo Méndez; y la 2, por Georgio Gianicopulos.
De acuerdo a la normativa, ambas planchas contaron con cuatro representantes entre principales y suplentes ante la mesa electoral. Rodolfo Sánchez, y Fernando Rosales por la plancha 1; y Juan Zakur y Pedro Caringella, por la plancha 2.
De acuerdo al presidente de la junta electoral, Carlos Rieño, todo el proceso se rigió cumpliendo normativas del CNE, fundamentados en la resolución de dicho organismo que rige todo proceso eleccionario gremial.
Rieño aseguró que cada una de las actuaciones para este proceso fueron consignadas ante el árbitro electoral, incluso el cronograma para la realización de estas elecciones.
Queremos que se entienda que este es un proceso interno de un gremio, dijo por su parte Mariela de Figueredo, secretaria de la comisión electoral, quien reiteró las funciones a las que está sumido el árbitro electoral en torno a estas elecciones, significando que “ellos son los receptores garantes de todos los pasos que se cumplieron en este proceso”.
Además, subrayó que “se hizo la participación ante el CNE con todo el reglamento de la Cámara de Comercio”. Recalcó que aun cuando el CNE supervisa el proceso, no es de su competencia autorizar o desautorizar estas elecciones, pues, “todavía el reglamento para elecciones gremiales no está en gaceta”.
Según la comisión electoral, los resultados se conocerían pasadas las 6:00 de la tarde, una vez cerrada la votación e iniciado el conteo de votos de manera pública, significando que sería a las 7:00 de la noche, aproximadamente, cuando se conocería la nueva directiva de la Cámara de Comercio e Industria del Estado Bolívar.
Efectivamente, esa noche se dieron a conocer los resultados, pero a las nueve pm en medio de una febril expectativa gremial. La plancha 2, encabezada por Georgio Gianicopulos, se alzó con la victoria en estas acaloradas elecciones de la Cámara de Comercio.
Esta plancha logró obtener 177 votos contra 92 que obtuvo la plancha 1, liderada por Leopoldo Méndez, y que contaba con el respaldo de la directiva de Fedecámaras Bolívar, y de su presidente, Senén Torrealba.
El conteo de votos se vio afectado cuando de manera sorpresiva se produjo un apagón en la ciudad, que llevó a que muchos pensaran en un saboteo, al parecer que cesó al restablecerse a los pocos minutos el servicio.
La comisión electoral, en presencia de representantes de ambas planchas, incluso hasta de un tribunal que fue habilitado por miembros de la Plancha 1, abrió la urna de votación contenida de la voluntad del sector empresarial y comercial de Ciudad Bolívar.
Se totalizaron 341 votos, de los cuales cuatro resultaron nulos y 177 a favor de la plancha 1; y 92 a la plancha dos.
Lamentablemente, el nuevo presidente de la Cámara, Georgio Gianicopulos, no pudo concluir su período, La muerte agazapada en la vía le cortó el hilo de la vida. El 29 de abril 2005, Georgio Gianicopulos, dejó de existir a consecuencia de las graves lesiones sufridas tras volcar en la autopista Puerto Ordaz-Ciudad Bolívar. Su camioneta Jeep Cherokee, color gris, placas FAX-45J, que manejaba volcó al reventarse el neumático trasero izquierdo y dar varias vueltas.  (AF)



sábado, 5 de septiembre de 2020

CONSEJOS DE BOLÍVAR PARA EL ANGOSTUREÑO TOMÁS DE HERES



El angostureño Tomás de Heres primero fue realista y luego republicano al lado de San Martín, de Bolívar y Sucre.  Finalmente protegido de Paez y de Soublette.  Nació Heres el 18 de septiembre de 1795.  Aprovechó al máximo los consejos de Bolívar y la Historia patria lo reconoce como prócer de la independencia suramericana, cuyo nombre ostenta desde el siglo diecinueve el municipio cabecera y capital del Estado Bolívar, por decisión que tomaron los bolivarenses después que un trabuco naranjero segó su vida.

El trabuco, primitivo artefacto de pólvora y fuego, fue disparado en noche aciaga desde la ventana de su casa y lo desangró hasta morir en los brazos de monseñor Talavera, con quien solía tertuliar en horas nocturnas.
Al médico Siegart, conocido por su famoso elixir Amargo de Angostura, no le alcanzó su afecto por el amigo, ni su capacidad científica de médico cirujano del ejército patriota para recuperar la vida de quien tuvo el privilegio de estar al lado de San Martín, Bolívar y Sucre durante la ardorosa Campaña del Sur.
El aniversario de su natalicio, que seguramente será relegado por quienes tienen el deber de celebrarlo, se hace oportuno para destacar la condición de diplomático y periodista de este militar y político de la emancipación.
Retenido en el Perú como ministro del despacho de Relaciones Exteriores por sugerencia de Bolívar, -lo necesitaba allí para coadyuvar en su plan de una gran federación que involucrase a Panamá, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Perú-, el Libertador le da algu¬nos consejos:
“En los asuntos diplomáticos (decía a Heres desde Ica), daré a Ud. una buena máxima: calma, calma, calma; retardo, retardo, retardo. Cumplimientos: palabras vagas: consultas: exámenes: retorsiones de argumentos y de demandas: referencias al nuevo Con¬greso: divagaciones sobre la naturaleza de la cuestión y de los docu¬mentos... y siempre mucha cachaza, y mucho laconismo para no dar prenda al contrario. Excúsese U. con que es militar: con que no conoces la naturaleza de los negocios de que lo han encargado (ver¬balmente); que U. es interino y que los negocios del Perú son muy delicados. Sobre todo, téngase U. siempre firme en los buenos princi¬pios y en la justicia universal... Tengamos una conducta recta y deje¬mos al tiempo hacer prodigios”.
Desde ese ministerio, Heres dirige El Observador, periódico sema¬nario del Gobierno al cual Bolívar, desde Copacabana (14 de agosto de 1825) le hace recomendaciones:
“(...) Los artículos deben ser cortos, picantes, agradables y fuertes. Cuando se habla del gobierno, con respeto; de legislación, con sabiduría y gravedad. Yo quiero que se proteja a ese periódico; pero no aparezca Ud. como principal, más bien que sea Larrea o un amigo, y que se organice con elegancia y propiedad. . Pídale U. dinero a Romero para proteger las letras”.
Ese mismo año de 1825 Heres fue ascendido a general de brigada por el Congreso de Colombia y al año siguiente volvió a encargarse del Ministerio de Guerra y Marina. Allí se sostuvo hasta 1827 que estalló una insurrección militar peruana contra la presencia militar colombiana en Perú. Esta insurrección con respaldo de sectores civi¬les, desconoció la autoridad del Libertador y nombro presidente del Perú, primero al general José de Santa Cruz (boliviano) y luego al general José de La Mar (guayaquileño).
El nuevo Gobierno del Perú presidido por La Mar pretendió recu¬perar el Alto Perú (Bolivia) y Guayaquil (Ecuador), aprovechando la crisis política gran colombiana y el forcejeo de Venezuela por la separación, pero tales pretensiones se vieron frustradas el 7 de febrero de 1829 con la Batalla de Tarqui (Ecuador) conducida triunfalmente por Sucre y en la cual participó activamente el general Tomás de Heres. Fue la última batalla en la cual participó activamente el seve¬ro angostureño, batalla de despedida para darle una lección de gue¬rra a sus perseguidores, en fin para dejar tranquilo al Sur, a cada país sureño con propio gobierno soberano, y retornar al seno de la familia en la lejana y amada Angostura del Orinoco (AF)

viernes, 4 de septiembre de 2020

NUESTROS RÍOS SON NAVEGABLES



El guayanés Marco Tulio Carrillo con un tiempo de 34 minutos y 30 segundos en su embarcación Express One de la categoría VTC, dominó sin ningún inconveniente la "Etapa de Velocidad" copa Citgo también séptimo y último tramo de XXXI Rally Internacional Nuestros Ríos Son Navegables, que se desarrolló ayer en 105 kilómetros o 65.2 millas náuticas saliendo desde la Piedra del Medio del Río Orinoco en Ciudad Bolívar hasta la marina del Club Náutico Caroní en Ciudad Guayana.
El 4 de septiembre de 2004,  a casa llena en las instalaciones del Club Náutico Caroní culminó el mencionado Rally, el cual arrancó el 28 del pasado mes en San Fernando de Apure navegando los principales ríos de Venezuela y visitando las poblaciones que los bordean. En el 2004 participaron 120 embarcaciones de la cuales 112 reunieron los puntos necesarios para estar dentro del cuadro general de posiciones de las diferentes categorías en disputa.
Los competidores de las 120 lanchas que en las nueve categorías tomaron parte en la XXXI Edición del Rally Náutico Internacional Nuestros Ríos Son Navegables, culminaron el primer tercio de competencia, entre sol y lluvia, al arribar a la ciudad de Puerto Ayacucho, en el estado Amazonas, luego de recorrer un total de 582 kilómetros (352) millas desde San Fernando de Apure, donde se dio la partida el sábado 24 de agosto.
La lancha Zero Defect, de Petróleos de Venezuela, al igual que las tres embarcaciones de Citgo, filial de Pdvsa en los Estados Unido, mantenían el máximo de puntos acumulables en las tres etapas disputadas en seis fracciones.
Los también llamados a ocupar el podium de vencedores  en Puerto Ordaz, las lanchas Andrea II, Lago X, Jostry y Qué Olas, mantuvieon una cerrada disputa en cada una de las fracciones con el catamarán de Pdvsa, y los tres prototipos de Citgo, especialmente acondicionados para este evento y conducidos por expertos pilotos norteamericanos que poseen actualmente sendos cetros de campeones mundiales en las categorías de velocidad y fuerza libre.
La caravana náutica hizo su partida en San Fernando de Apure, desde donde se dirigió a San Rafael de Atamaica, allí los lancheros hicieron su respectivo abastecimiento de combustible. Seguidamente se emprendió el segundo tramó que concluyó en la población de Cunavich.
Nuestros Ríos son Navegable   es un rally náutico internacional que se viene cumpliendo anualmente cuando el Orinoco llega al tope de sus aguas desde 1973 y es el más largo del mundo a través de los ríos de Venezuela, demostrando que es posible navegar el eje fluvial Orinoco-Apure, al mismo tiempo que contribuye a la integración fluvial suramericana. Dicha competencia, logra conjugar el más exaltado espíritu deportivo con miras a la protección de la naturaleza, promover la sana recreación familiar, además de ser una oportunidad para incentivar e impulsar el turismo a través de la imponente geografía venezolana. También busca promover el desarrollo de obras sociales, ya que durante la travesía este grupo de personas se encargan de efectuar donaciones, operativos médicos y recreativos para todas las comunidades ribereñas que se visitan.

Se cumple en 8 días de navegación llenos de adrenalina y emoción, donde se recorren alrededor de 2000 kms bajo los ríos Apure, Cunaviche, Atamaica, Capanaparo, Arauca, Payara, Parguaza, Caura, Orinoco y Caroní entre otros, tocando de esta manera 05 estados venezolanos como son Amazonas, Anzoategui, Apure, Bolívar y Guarico. También en esa travesía se hace una breve parada en tierras colombianas, específicamente en la población de Puerto Carreño, Departamento de Vichada. (AF)

jueves, 3 de septiembre de 2020

CUANDO LOS PANARE SE MUDARON A LA CIUDAD


 Eso fue ¿cuándo? Creo que en el 2004 o antes. Cuando los mineros penetraron sus predios y horadaron sus tierras, cuando los madereros talaron sus árboles y cuando caucheros, balateros y sarrapieros espantaron su fauna. Entonces decidieron probar suerte en la gran ciudad. Ofreciendo artesanías o estirando las manos como los pordioseros. En diciembre de 2004, Correo del Caroni reseño que en la prolongación del Paseo Gáspari de Ciudad Bolívar, debajo del puente San Rafael del sector Barrio Unión, se encuentraba una comunidad indígena que se mantenía hermética a la comunicación, razón que permitía que fácilmente fueran catalogados "como un grupo de indios que piden dinero". Pero lo cierto es que esta comunidad que pocas veces abre sus puertas para recibir a "extraños", no son mendigos, y a diferencia de lo que piensan sus vecinos, tampoco vivían allí desde hace años. Aunque el punto estaba establecido hacía alrededor de siete años, este grupo de indígenas que permanecía bajo el puente San Rafael, vivía en constante movimiento. En este sentido, lo que parecía ser una comunidad indígena mal puesta, era en realidad un campamento para la etnia Panare y de acuerdo a lo explicado por ellos actuaban como un centro de operaciones comerciales. En este campamento a orillas del río San Rafael se alojaban alrededor de treinta personas provenientes de la comunidad Panare -radicada principalmente en las zonas de Puerto Ayacucho y en Caicara del Orinoco- quienes no se quedaban más de dos meses en Ciudad Bolívar. Los Panares habían marcado su territorio en este sector de Ciudad Bolívar, que contaba con algunos recursos similares a los que encuentran en su comunidad ubicada en el municipio Cedeño, sobre todo en el aspecto natural, como el río y los árboles. Francisco Torres pertenece a la etnia de los Panare, y hacía tres semanas que llegó a Ciudad Bolívar, para instalarse hasta la próxima semana en esta especie de campamento y así vender la mercancía que fabricaba artesanalmente en Caicara. El campamento contaba con sólo una estructura de láminas de cinc, además de cinco "carpas", que consistían en varios troncos clavados en la tierra, los cuales soportaban plástico negro como techo. Según un ensayo de la antropóloga María Eugenia Villalón, los Panare son conocidos como E´ñapa. Es decir, E'ñapa es el autogentilicio de los "panare', pobladores autóctonos de lo que hoy en día es el Municipio Cedeño del Estado Bolívar. La voz "panare", predominante en la literatura etnográfica, se deriva depanali, una antigua voz caribe que significa "amigo o compañe-ro". Los e'ñapa pertenecen a la familia lingüística Caribe (o Cariba¬na). Son indios de orientación terrestre, que se diferencian de sus más famosos hermanos por carecer de una tradición náutica. Ninguno de los gentilicios mencionados aparece en las crónicas de la conquista, razón por la cual no es conocida la etnohistoria e'ñapa durante la invasión europea. La única pista fue suministrada por Gilij, quien legó las más amplias noticias sobre la cuenca del Cuchi¬vero —patria ancestral y tradicional de los e'ñapa. La población e'ñapa asciende, conservativamente, a unos 2.500 o 3.000 individuos habitando diversas comunidades o grupos locales esparcidos entre los ríos Cuchivero y Suapure. Se distingue los grupos sureños habitando la cuenca del Cuchivero de los norteños habitando la región del Orinoco medio. Los primeros tienen menos contacto con la población criolla, son más conservadores, y su principal fuente de proteína animal la constituye la cacería, en vez de la pesca como en el nor-oeste. Nin¬guna de las dos divisiones mantiene contacto regular con la otra; más bien prevalece entre ambas un sentimiento de hostilidad que tiene una larga tradición histórica. Existen, además, variaciones dia¬lectales en el lenguaje que acentúan notablemente las diferencias entre el norte y el sur. Aparte de la cacería y la pesca, los e'ñapa acuden a la recolección de insectos y de frutas silvestres, así como al cultivo de viandas. En sus conucos proliferan docenas de tubérculos, principalmente la yuca dulce y amarga, varios tipos de maíz, frutas, plantas medicinales, barbasco, el onoto, y para el uso cotidiano y gra¬tuito, el tabaco que anestesia el dolor que les produce sus predios perdidos. (AF)

miércoles, 2 de septiembre de 2020

MUERTES DE CARLOS RUFINO SAMBRANO Y FÉLIX TOMASSI



El primero de septiembre de 1968, a la edad de 34 años, murió repentinamente en hotel caraqueño, a causa de un ataque de asma, el pintor Carlos Rufino Sambrano Ochoa (el de la derecha en la foto junto con los pintores Rafael Manzaneda y Jesús Soto despidiéndose de su madre doña Emma). Rufino, oriundo de Ciudad Bolívar, era el último de los diez hijos del matrimonio de Ramón Sambrano Morales y María Ochoa de Sambrano.
Vivía este joven artista aislado del bullicio de la ciudad en una casa de terreno amplio, rodeada de árboles frutales y donde frecuentemente pasaban horas de descanso y tertulia los pintores que de otras ciudades venían a exponer en la Casa de la Cultura.
Hacía pocos días había estado allí en esa casa rústica cercana al Club Buena Vista La Piscina, el ex presidente de la Junta de Gobierno, contralmirante Wolfgang Larrazabal, amigo de él y a quien conoció cuando era Embajador de Venezuela en Chile, pues Carlos Rufino Sambrano estuvo varios años en el país del Sur cursando arte y pintura.
El mismo día que cundió la noticia de su muerte, podía verse en el taller de su casa fuera de la ciudad, su última obra, un óleo de 30 por 50, aún en el caballete y muy cerca los pinceles, donde figuran muy juntas tres largas deidades con manto negro simbolizando tal vez a Cloto, Láquesis y Átropos, las Parcas dueñas de la vida de los hombres. ¿Premonición?
Carlos Rufino vivía allí desde su regreso de Chile y desde aquí mantenía una actividad estrecha y fluida con la Casa de la Cultura como miembro de la Comisión de Artes Plásticas de la institución. Una exposición de su pintura se hallaba en Maracay cuando sufrió el dardo letal.
Exposiciones individuales había realizado en Chile, Buenos Aires y Montevideo en 1964. En el Centro Venezolano Americano de Caracas en 1965. Cuarto Salón de la Casa de la Cultura de Maracay en 1966, Salón Julio Arze de Barquisimeto y casas de la Cultura de Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana perteneció al Grupo Arañas del Orinoco.
La muerte de este pintor bolivarense coincidió para consternación de los citadinos con el suicidio de Félix Tomasi, distinguido hombre de negocios, hallado mecánicamente asfixiado con un extremo de su hamaca en la quinta Noreste de la avenida Táchira, a las 6:30 de la tarde del 2 de septiembre de 1968.
Contaba 78 años de edad, nativo de Ciudad Bolívar, hijo de Bartolomé Tomasi, quien estuvo por largo tiempo administrando el primer acueducto que tuvo la capital bolivarense a fines del siglo diecinueve.
Carmen Hurtado, joven del servicio doméstico, dio cuenta del trágico suceso cuando fue al cuarto del señor a avisarle que la cena estaba servida. La esposa del comerciante, Blanca Machado, se hallaba en Caracas.
Tomasi era descendiente de nativos de la Isla de Córcega que vinieron a Guayana para trabajar en las minas de oro de El Callao y prosperó rápidamente en sus negocios de compra y venta de automóviles que extendió a otros ramos igualmente productivos como la ganadería. No tuvo hijos en su matrimonio y a él sobrevivieron dos hermanos que continuaron y han continuado a través de sus herederos, activos en el mercado del automóvil.
Tan pronto llegaron a la ciudad los primeros automóviles montó un “Garaje” como se llamaba a comienzos del siglo veinte el negocio de comprar y alquilar automóviles pues no todo el mundo tenía capacidad para tener carro propio. En 1926, Tomasi tenía su Garaje cerca de la Plaza del Abanico como los bolivrenses llamaban a la Plaza Farreras. (AF)

PRESERVACIÓN DEL MACIZO GUAYANÉS



Muchas veces se ha hablado de las riquezas naturales que tiene Venezuela, pero todo lo que se ha dicho se queda corto ante los nuevos hallazgos de los especialistas, quienes han realizado un extenso arqueo de especies de flora, fauna e ictiofauna, que en muchos casos no eran conocidas y son únicas en todo el planeta.
El Escudo de Guayana es una zona de 2,5 millones de kilómetros cuadrados, en la que cohabitan más de 20 mil especies de plantas y por lo menos 4 mil vertebrados, algunos de ellos únicos en todo el planeta y en la que se puede apreciar una variedad de ecosistemas que van desde el bosque tropical seco, bosque de galería, sabanas, morichales hasta bosques húmedos y tepuyes.
Lo que hoy conocemos como estado Bolívar es la parte central del macizo, la tierra más antigua del continente sudamericano. Se le calcula una edad geológica aproximada de 3.500 millones de años, muchísimo más vieja que Los Andes y el resto de Venezuela. De manera que Guayana siempre ha sido tierra firme mientras el resto de Venezuela tierra inestable sujeta a procesos y alteraciones producidos por presiones de fuerzas orogénicas.
Donde hoy se elevan Los Andes, por ejemplo, el mar cubría profundas depresiones hará aproximadamente 55 millones de años, mientras el Escudo guayanés-brasilero, aunque afectado por fuerzas internas, se mantuvo sobre el nivel de los mares.
El Orinoco no era el mismo de la trayectoria y cauce de hoy. Es decir en el período pre-cretácico, hasta 3.500 millones de años atrás no se sabía cómo corría el Orinoco sobre la tierra positiva formada por el Escudo guayanés-brasilero que era lo único que existía de la América del Sur.
Los geólogos J. N. Perfetti y José Herrero Noguerol, propusieron en el VI Congreso Geológico Venezolano la idea especulativa de que el Orinoco entonces ha podido ser el mismo río Guaviare con salida Sur-Norte hacia el borde del Escudo al que después se agregó el río Meta que en copiosa correntía bajaba de la formación cordillera cuando ésta emergía en pleno período terciario y el mar se retiraba a medida que la sedimentación iba tomando cuerpo.
Podría decirse entonces que el Orinoco del período terciario -dos millones de años- divagaba desde su punto de confluencia con el Meta por y a lo largo de la depresión del actual río Unare, hasta desembocar en el Mar de las Antillas por las abras de los canales Unare-Tuy-Naricual.
Pues bien, en época más reciente -un millón de años- y a causa de una serie de fenómenos estructurales y geomorfológicos, el Orinoco comenzaría a declinar, como el minutero de un reloj, desde la desembocadura del Unare hasta lo que es hoy el Delta. En esa etapa de todo un proceso tormentoso, el Río Padre entró en reposo al encontrar su cauce actual, recostado sobre las rocas cristalinas del Escudo guayanés. Esto hace suponer, que el Orinoco moderno, el de la línea sinuosa descendente que va de Caicara hasta el Delta, debe tener entre 10 y 17 mil años aproximadamente, la misma edad que se dice tiene la aparición de los primeros habitantes de Guayan. El Escudo o Macizo Guayanés se extiende por Venezuela (la Guayana Venezolana), Brasil (región Norte de Brasil), Guyana, Surinam, Guayana francesa y una pequeña parte de Colombia, en la parte de la región Amazónica, en el departamento de Guainía.
Sus límites son el río Orinoco al norte y al oeste, y la selva Amazónica al sur. Tiene una forma irregular y está constituido, desde el punto de vista geológico, por un macizo o escudo antiguo de la era precámbrica, con una cobertura sedimentaria también muy antigua, formada por areniscas y cuarcitas muy resistentes a la erosión. (AF)

martes, 1 de septiembre de 2020

ECOLOGISTAS CONTRA PLANTA CARBONERA


Una de las principales agresiones contra el planeta es la emisión de gases de efecto invernadero. Estos gases, sobre todo el CO2, dióxido de carbono, se quedan en las capas superiores de la atmósfera y provocan lo que hoy conocemos como el calentamiento global. Por ello, en enero de 2004 la comunidad de Ciudad Guayana protestó el proyecto de instalación de la planta carbonera Elkem en la vía a Río Claro. En esta ocasión, Feliciano Guzmán y Rafael Castillo, dirigentes de Fetrabolívar, rechazaron el proyecto, argumentando posibles daños ecológicos derivados del humo que produzca la compañía.
“Este tipo de empresa tiene que estar ubicada en las áreas donde fue concebida en los años 70, que fue en la Zona Industrial Matanzas, por los lados de Sisor. En el plan de desarrollo de Guayana sí estaba contemplada la instalación de una carbonera, pero no en una zona protegida desde el punto de vista ambiental”.
“Deben entender que esa empresa no generará más de 45 empleos y para una cantidad tan pequeña de nuevos puestos de trabajo no se justifica la destrucción de los pulmones y las vías respiratorias de miles de personas en Guayana... eso es desde todo punto de vista irracional”.
El grupo noruego estaba dispuesto a invertir 14 millones de dólares en la planta. Desde el año 1999, el grupo Elkem de Noruega esperaba la determinación oficial para construir con una inversión de once millones de dólares y una producción aproximada de 20 mil toneladas anuales, destinada temporalmente a la exportación.
Este grupo transnacional escandinavo dedicado a la actividad productiva y comercial de ferroaleaciones, metales, aluminio, carbón, micro-silicios inscrito en las bolsas de Oslo y Fráncfort hizo suyo un estudio de factibilidad elaborado por la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) en el año 1986, en el cual se detallaban los soportes técnicos y ambientales válidos para la instalación de una planta de carbón vegetal.
 Ubicado entre los estados Bolívar y Delta Amacuro, la ya constituida Elkem Carbón Vegetal C.A. adquirió el terminal marítimo Río Claro a los fines de establecer su base de operaciones. El vicepresidente de la compañía, Fredrik Kurowski, comentó que a partir del año 99 el proyecto se hizo tangible “con la firma de una carta de intención en Miraflores, en presencia del presidente de la República y la viceministro de Industria de Noruega”. A la fecha ha recibido el permiso de los ministerios del Ambiente y de Infraestructura a objeto de emprender las actividades.
Del proyecto se refirió en varias oportunidades el presidente de la República, Hugo Chávez Frías, en sus programas ¡Aló, Presidente!, sin embargo, indicó, se observan algunas trabas burocráticas y discrecionales por parte de funcionarios medios que impiden el formal inicio de la construcción de la planta y los sembradíos de eucaliptos. Uno de los cuestionamientos públicos expresados refiere que Río Claro es susceptible de convertirse en puerto turístico, adelantó. Pero “si se toma en cuenta que la terminal de pasajeros de Puerto La Cruz (estado Anzoátegui) lleva más de dos años paralizada, que la de Margarita se encuentra en igual situación, que los hoteles de Fogade están cerrados y que el sector turismo está casi en quiebra”, son limitadas las probabilidades de refocalizar ese negocio, cuyas características básicas propenden al cultivo de esos arbustos.
Elkem Carbón Vegetal preveía instalar la factoría con tecnología belga, reconocida y aplicada desde hacía sesenta años en ciudades urbanas europeas, la cual permite incluso la generación termoeléctrica calefacción (AF)