La Cerveza es una de las bebidas fermentadas más antiguas de la humanidad. Se la considera de carácter social, con cualidades refrescantes, o con características nutritivas. Su popularidad y más su agradable sabor me mantuvo cautivado por largo tiempo, no sólo a mi sino a amigos como Enrique Aristeguieta que me convidaba los sábados para hacerle honor a esta bebida que antes se fabricaba en Ciudad Bolívar, En la década de los sesenta, “Enriquito” tenía carro y cuando se pasaba de tragos se tragaba las flechas a toda velocidad hasta que se fue para Caracas y entonces mi compañero de cerveza sabatina era el también periodista Jorge Romero hasta que Roberto Arreaza se lo llevó como relacionista. Apareció Diógenes Troncone, quien salía del colegeón, me tocaba la puerta e íbamos a parar al Dagino en el Paseo Orinoco y luego que se enchispaba, el dueño del Bar restaurant tenía que llevarlo a su casa, mientras yo me iba a pie para la mía en el Casco Histórico. Finalmente, el arquitecto José Rivas Gutiérrez, cervecero y buen conversador que parecía, igual que su hermno Marcial, conocer todos los rincones alegres de la ciudad. Bien, los dos íbanos a todas partes. A veces coincidíamos con el médico Camilo Perfetti o John Sampson que no tomaban cerveza sino escosés de 12 años para arriba. Una vez Rivas, Camilo y yo nos pusimos a tomar un vino muy fuerte “El Casillero del diablo” en un bar al lado del hotel de Chalo Guevara. Fue la única vez que perdí el equilibrio llegando a la casa. Concluí en que mejor, mucho más agradable y divertida es la cerveza, lástima que el Socialismo del SIglo 21 haya enervado en cierta forma, la bebida fermentada más antigua y popular del mundo. (AF)
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