martes, 14 de enero de 2020

GERMÁN CARREÑO


GERMÁN CARREÑO, SUCRENSE HECHO GUAYANÉS GRACIAS A LA FOTOGRAFÍA

Hubo un tiempo en que la provincia de Guayana era jurisdicción político-territorial de Nueva Andalucía, lo que hoy es el Estado Sucre, y de allá desde entonces venía gente a estudiar,  trabajar y hasta hacer política en Guayana, tal el caso  de Brígido Natera Ricci. Juan Manuel Sucre, Leopoldo Suce Moor, Andrés Mata, Bartolomé Tavera Acosta y tanto otros como Germán Carreño en días más recientes.
        Germán Carreño, seguramente lejano descendiente de aquellos  Carreño, artistas del sonido, que oscilaron entre Margarita y Caracas.  Casualmente, un Carreño, Francisco, es el autor del famoso merengue “La Sapoara” que le dio vuelta a Venezuela.   Pero Germán Carreño,  este del que bien escribimos,  fue artista   de la fotografía, quizá porque él era de poco hablar y prefería que  la gráfica hablara más elocuente y emocional que él.   Realidad sobre la cual han reflexionado los Chinos hasta el punto de sentenciar  que  “una fotografía habla más que mil palabras”. 
        Y así como Carreño fue fotógrafo, ha podido ser pintor.  La distancia es corta,  Manrray, un fotógrafo surrealista, se halla representado en el Museo de Arte Moderno Jesús Soto y  Luis Carlos Obregón  practicaba la dualidad fotografía y pintura.  Como suele decirse, “se lleva en la sangre”, vale decir, viene registrado en los genes y se manifiesta desde edad temprana.  Jesús Soto me manifestó una de las veces que lo entrevisté, tanto para el diario El Nacional como para la Televisión, que siendo niño le sustraía la pintura de labio a su hermana Irma  y se iba  a pintar grafittis y Germán Carreño  siendo un mozalbete le sustraía la mini cámara deportiva a su hermana mayor cuando retornaba a Río Caribe procedente de Caracas donde estudiaba, y se iba a Carúpano a tomar fotografías luego que  un polaco amigo le enseñaba cómo tenía que operar la lente captando a una vendedora de pescado, un barco anclado en el puerto o el atardecer marino o la tempestad agitando las olas.

     De la fotografía pasó a la cinematografía, también con cámara de ocho milímetros sustraída a un cuñado y por cuya travesura lo internaron en un colegio caraqueño donde apenas lo aguantaron tres meses.  Lo cierto es que la vocación y la pasión pudieron más a la larga llegando a los 22 años de edad a dominar las técnicas audiovisuales desde la Agrupación de Cine Amateur, en Caracas y Tiuna Films. En Guayana se desempeñó en el cargo de Director de Cultura del Concejo Municipal del Municipio Caroní y como Director de la Biblioteca Rómulo Betancourt. Y desde su fundación hasta su mueerte reciente  Gerente de Proyectos Especiales de TV-Guayana y buena parte de su producción como artista de la fotografía se halla en el Museo de Rochester de la Kodak, en Washington, (AF)

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